El Parque Científico abre un Semillero para la creación de miniempresas innovadoras
En 2008, el Parque Científico de la Universitat de València (PCUV) creó el primer Vivero empresarial universitario valenciano, un espacio destinado a dar apoyo temporal a empresas de base tecnológica en sus primeras fases de crecimiento. A la convocatoria acudieron empresas surgidas de la propia investigación universitaria –spinoff– y también empresas externas dispuestas a compartir intereses científicos comunes y a iniciar su funcionamiento con el apoyo y la garantía que supone pertenecer al Parque Científico. En la actualidad, el Vivero aloja a una docena de firmas relacionadas con diferentes campos de aplicación, algunas de las cuales saldrán en breve de la incubadora empresarial porque han conseguido hacerse un lugar en el mercado, y dejarán paso a nuevas entidades todavía en periodo de crecimiento.
El pasado mas de enero, casi tres años después de la apertura del Vivero, el PCUV fijaba un eslabón más en la cadena de los procesos de innovación, generación y consolidación de empresas de base tecnológica, abriendo las puertas del ‘Semillero empresarial’, una iniciativa de fase previa al Vivero, que tiene como objetivo fomentar el desarrollo de ideas empresariales innovadoras, facilitando a los jóvenes emprendedores el acceso a instalaciones de primer nivel, dentro un entorno lleno de sinerdias y oportunidades de colaboración con empresas afines al sector. “La intención es dar impulso a ideas preempresarials acordes con la naturaleza del Parque Científico”, señala Juan Antonio Raga, director del PCUV. “Cada día crece el número de jóvenes emprendedores con propuestas interesantes que, en la presente situación de crisis, tienen dificultades para acceder a los despachos que ofrecen los centros de negocio o los viveros de empresa convencionales. Mediante el Semillero empresarial, el Parque Científico les ofrece no solamente el apoyo necesario para desarrollar de manera correcta la gestión de la empresa, sino también el acceso a todo el potencial cientifico-tecnológico de la Universitat de València”.
Así, desde el pasado mas de enero, el PCUV presta servicio a ocho protoempresas de aplicación en los campos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la eficiencia energética, la geografía, la sociología y la química. Todas conviven en el nuevo Semillero, de manera transitoria, hasta que se encuentren en disposición de independizarse o, si procede, de ocupar un lugar en el Vivero del propio Parque.
Dreue Electric, una joven firma de ingeniería industrial, trabaja en el diseño de un plan de desarrollo de eficiencia energética orientado a la pequeña y mediana industria, y lo hace compartiendo oficina con una miniempresa TIC, recientemente incorporada al Semillero. Las dos han querido aprovechar la tutorización y el apoyo empresarial que ofrecía el Parque Científico para poner en marcha sus proyectos. En el despacho de enfrente, en el campo de la química y compartiendo oficina con un geógrafo emprendedor y una empresa unipersonal de TIC, la firma IDQA se estrenó hace tres meses en el Semillero, con personal formado en la Universitat de València y en su Instituto de Ciencia de los Materiales. Tiene una creciente actividad centrada en proyectos de I+D+i, mediante el uso de tecnologías sostenibles medioambientalmente, y trata de comercializar una tecnología de limpieza, desinfección y desodorización in situ desarrollada con productos naturales no contaminantes; un método más limpio y rentable, aplicable a los ámbitos alimentario, agrícola, ganadero, hostelero y hospitalario, que ya está teniendo buena acogida entre los fabricantes del sector, gracias a los resultados de una investigación innovadora y al aval que le proporciona ser una empresa del Parque Científico; “sin duda –aseguran sus responsables–, la mejor carta de presentación ante la tesitura de ofrecer un producto o una técnica para su transferencia e implantación en el mercado”.
Con la creación del Semillero empresarial, el Parque Científico de la Universitat de València coloca una piedra más en este gran complejo multidisciplinar que aloja ya seis institutos de investgigación y casi 70 empresas de base científico-tecnológica; un espacio para la innovación que cuenta con todos los servicios necesarios para vincular la investigación universitaria y su potencial científico con el sistema productivo, y que persigue, al fin y al cabo, la generación de riqueza, de trabajo y de bienestar social.