Un oasis en medio del caos: la UPV acoge a los héroes de la DANA tras largas jornadas maratonianas de trabajo incansable
El pabellón polideportivo de Vera se convierte en la ‘casa’ de alrededor de 300 bomberos, venidos de toda España
Por tierra, mar y aire han acudido (y acuden) los miles de efectivos de los cuerpos de seguridad y asistencia sanitaria o de emergencias venidos de toda España (y el extranjero) para colaborar en las labores de auxilio y restablecimiento de la normalidad en la zona 0 de la DANA. Son disciplinados, eficientes…, pero no son máquinas ni superhéroes, aunque lo parezcan.
La pregunta es obvia: ¿Dónde pueden descansar, después de jornadas maratonianas de trabajo?
La Universitat Politècnica de València (UPV) ha dado un paso adelante en este sentido, al proporcionar, a unos 300 bomberos y personal especializado en emergencias, alojamiento (techo donde pernoctar), manutención (desayunos y cenas), así como la cobertura de sus primeras necesidades (servicio de lavandería, duchas, material de higiene personal…), y medios para estar comunicados con sus familias. Cada día, hasta que regresen a sus destinos.
Llanes, Zaragoza, Mallorca, Ibiza, Miranda del Ebro, San Sebastian, Pontevedra, Madrid, Barcelona, Murcia, San Sebastián, Alicante… son algunas de las procedencias de estos bomberos y miembros de protección civil. No exigen nada, bueno sí: que les dejen trabajar.
¡Gracias!
Y muestran su agradecimiento siempre que pueden, como contagiados por el noble espíritu de aquellas personas a las que socorren. El pabellón polideportivo del campus de Vera les acoge desde el pasado 5 de octubre. Empezaron 200, y ahora ya son 100 más. La voluntad de la UPV es ofrecer un techo al máximo número de efectivos, siempre que estén oportunamente atendidos y haya espacio suficiente.
Y, ya saben, el buen ejemplo atrae conductas similares. Esta iniciativa cuenta con el apoyo del mundo del deporte; concretamente, del judoca olímpico Sugoi Uriarte, titulado y Deportista de Honor de la UPV, y de Alicia García Vigara, trabajadora de la UPV y entrenadora nacional de voleibol. Gracias a los dos, se ha conseguido tal cantidad de colchones en un tiempo récord.
Un desfile de solidaridad
Pasadas las siete o las ocho de la tarde, según el servicio, regresa este particular ejército a la base improvisada de la UPV, donde aparcan sus vehículos y recargan pilas para partir al día siguiente a las 7.00h. Echen cuentas de las horas.
Ver su salida o su llegada es como contemplar un emocionante desfile. Conmueve a cualquiera que lo observa, a pesar del motivo. O quizás, precisamente, por éste.