Miles de personas reciben la visita del Santo Cáliz en las calles de Carlet
Miles de personas han recibido esta tarde la visita del Santo Cáliz de la Última Cena, que se venera en la Catedral de Valencia, en las calles de la localidad valenciana de Carlet, donde permaneció oculto en una vivienda particular durante la Guerra Civil, entre 1937 y 1939.
La reliquia ha presidido esta tarde una multitudinaria misa de campaña en la plaza del Convento, abarrotada de fieles desde media hora antes, que ha sido oficiada por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, con el que han concelebrado su obispo auxiliar, monseñor Esteban Escudero, y diez sacerdotes.
Nada más ser colocado el Santo Cáliz junto al altar, situado ante la fachada de la iglesia, han sido soltadas decenas de palomas.
En su homilía, el Cardenal ha dado gracias a Dios por la familia que custodió el Santo Cáliz durante la persecución religiosa, el matrimonio formado por Bernardo Primo y Lidia Navasquillo, cuyos nietos han asistido a la celebración. “Ellos expusieron su vida a la muerte por salvar la más preciada reliquia en la que Jesucristo nos entregó su sangre redentora”, ha señalado. También ha alentado a todos a “anunciar hoy, a pesar las dificultades, de las guerras, de la violencia, a Dios y su misericordia infinita”, sobre todo en unos momentos en los que “el olvido de Dios se ha convertido en la mayor indigencia, en el peor mal”.
Tras la eucaristía ha dado comienzo la solemne procesión eucarística en la que el anda con el Santísimo y el Santo Cáliz ha sido llevada a hombros por 80 feligreses por las calles de Carlet, que han sido engalanadas para la ocasión. Las dos bandas de música de la localidad han participado también en la procesión.
La reliquia ha llegado a Carlet esta mañana desde su capilla en la Catedral de Valencia en lo que ha sido su primera salida en diez años, desde que en julio de 2006 fue empleada por el papa Benedicto XVI para la consagración en la misa que presidió junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en el V Encuentro Mundial de las Familias.
El Santo Cáliz ha sido llevado por carretera en un embalaje especial custodiado en todo momento por el canónigo celador del Santo Cáliz de la Catedral, Jaime Sancho, y ha quedado expuesto para su veneración en la iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, de Carlet.
En el propio templo se han celebrado cuatro misas durante la mañana en las que han ganado el jubileo los niños, los enfermos, los mayores y, por último, los jóvenes, según ha indicado a AVAN el párroco de la localidad, José Ribes.
La visita del Santo Cáliz, que tiene lugar con motivo del Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Misericordia, supone “un gran acontecimiento para Carlet, que rinde así un homenaje a la reliquia, que estuvo escondida durante un año y medio en la Guerra Civil, y que volvió a visitar la población en 1964 en la celebración del 25 aniversario de su ocultamiento”.
Permaneció oculto tras un tabique en una casa de Carlet
El 21 de julio de 1936, el canónigo de la Catedral de Valencia Elías Olmos, horas antes del asalto e incendio de la Seo, entregó el Santo Cáliz a María Sabina Suey, quien lo llevó a casa de su madre en la calle Avellanas y, meses después, a la calle Pelayo, donde fue escondido en casa del hermano de Sabina entre los muelles de un sofá.
En enero de 1937 fue devuelto a la calle Avellanas, donde Bernardo Primo lo ocultó realizando una pequeña obra en la cocina pero por temor a nuevos registros y a los bombardeos, el 19 de junio lo trasladó, junto con su mujer, Lidia Navasquillo, de noche y a pie, en una caja de galletas dentro de una cesta, desde Valencia hasta su casa de Carlet, en la calle Padilla, hoy calle del Santo Cáliz.
Ya en la casa de Carlet, lo escondió en el piso superior, en el falso hueco de una ventana, dentro de la caja de galletas y rodeado de algodón, entre tres bloques, y luego se tapió y se pintaron las paredes. El 30 de marzo de 1939 el Santo Cáliz fue devuelto al Cabildo.