Miles de niños y jóvenes inician sus campamentos de verano organizados por movimientos juveniles de la diócesis
Miles de niños y jóvenes inician desde este fin de semana, en su mayoría, los campamentos de verano organizados por los distintos movimientos juveniles católicos de Valencia así como por numerosas parroquias a lo largo de los meses de julio y agosto
Así, cerca de 6.000 niños y adolescentes de entre 7 y 17 años, junto a 1.500 monitores y educadores, participarán en los 120 campamentos de verano organizados por el Movimiento Diocesano Juniors, la mayor parte de ellos entre la segunda quincena de julio y la primera de agosto.
Los lugares de destino “varían según las preferencias de los centros, la gran mayoría acudirán a albergues o campamentos situados en las provincias de la Comunidad Valenciana, aunque también hay grupos que se desplazarán a Aragón, Cataluña y Castilla la Mancha ”, según fuentes de este movimiento diocesano.
Para Juniors, los campamentos “son días de convivencia, serenidad, paz, juegos, diversión y oración donde los más pequeños disfrutan y crecen siguiendo el estilo de vida Juniors”. Así, el objetivo principal de los campamentos “es la evangelización de los jóvenes y niños, con los que también se trabajan otros valores fundamentales, como la integración, la solidaridad, el respeto por la naturaleza y el compañerismo”.
Por otro lado, el movimiento diocesano participa este año en una nueva edición del proyecto “Un verano diferente también para ellos”, mediante el que medio centenar de niños pertenecientes a cinco centros de menores participarán en los campamentos de 30 centros Juniors. Una iniciativa en la que “los primeros beneficiarios somos los educadores, ya que nos aporta la sensibilidad que es necesaria para nuestra vida, nuestro día a día, y sobretodo para educar, porque educando desde la sensibilidad siempre se educa mejor”, han añadido.
Por su parte, los 49 grupos que forman la Federación d´Escoltisme Valencià también celebran diferentes campamentos, “quince días de convivencia en la montaña, de compartir con el prójimo una vida austera en cercanía con la naturaleza, de encuentro con nosotros mismos y con los demás”.
Por otro lado, numerosas congregaciones religiosas y parroquias de la diócesis también organizan connivencias y campamentos en los meses de verano.