Una gran humareda cubre la Ribera por la quema de la paja del arroz
Este año, se ha autorizado la quema de la paja tras el 9 de octubre
La tradicional quema de la paja del arroz ha vuelto a teñir de gris el cielo de la Albufera. Desde el pasado 10 de octubre, los agricultores de la zona han iniciado esta práctica, que a pesar de ser ancestral, sigue generando un intenso debate por su impacto ambiental.
Tal como pasó hace escasos días, la densa humareda se ha extendido por toda la comarca, alcanzando localidades como Valencia, Cullera, Albalat de la Ribera, Sueca y Alzira, e incluso Godella o Paterna, hace pocos días. Numerosos vecinos han expresado su preocupación a través de las redes sociales, como la usuaria de Twitter que se preguntaba: "¿Están quemando la paja? Es brutal, no se puede respirar en la calle. En Alcúdia casi no lo he notado, pero en Alzira parece una distopía".
Un equilibrio entre tradición y medio ambiente
Los arroceros defienden la quema de la paja como una práctica ancestral que ayuda a eliminar plagas y enfermedades, así como a mejorar la calidad del suelo. Sin embargo, esta práctica también tiene un impacto negativo en el medio ambiente, ya que libera grandes cantidades de partículas contaminantes a la atmósfera y contribuye al efecto invernadero.
Ante esta situación, la Generalitat Valenciana ha establecido una serie de restricciones para minimizar los daños. Este año, se ha autorizado la quema de la paja tras el 9 de octubre y a una distancia mínima de 500 metros de zonas forestales. Además, se fomenta el aprovechamiento de estos residuos para otros usos, como la producción de abono o energía.