Compromís pide el cierre permanente de la Central Nuclear de Cofrentes
La situación que atraviesa la recientemente cerrada central de Garoña es muy similar a la valenciana
Después del anuncio del cierre definitivo de la Central de Garoña, por las nuevas medidas fiscales de la ley de sostenibilidad energética, Compromís ha pedido el cierre de la de Cofrentes, la cual comparte un historial de fallos, deterioros y repetidas peticiones de clausura por parte de colectivos ecologistas.
Aunque la tendencia internacional en el plano energético es la clausura de las centrales nucleares, en el mapa energético de España y del País Valencià la tendencia empieza a calar ahora. De hecho, los cierres de nucleares a los cuales hemos asistido en los últimos años "responden más a la frustración de las grandes empresas eléctricas por no conseguir los beneficios deseados, que por intereses sociales o por el bien común", ha dicho el diputado de Compromís responsable del área de Medio Ambiente, Juan Ponce.
Para el diputado de la coalición valencianista, progresista y ecologista, "el problema de fondo es que mientras hay nucleares trabajando a pleno rendimiento, se cierra el paso a las energías renovables cuando hoy en día las renovables ya tienen capacidad para producir y producen más electricidad que el uranio".
Para Ponce "alargar la vida de las centrales no tiene ningún sentido porque más allá del riesgo que suponen para la seguridad de las personas, los residuos que genera una nuclear son extremadamente nocivos y todavía no se conoce una forma eficaz de tratarlos. De hecho, el nuevo orden energético mundial está cambiando a raíz de Fukushima, lo que demuestra que el cambio a las renovables es inminente".
Compromís ya ha pedido el cierre de la central de Cofrentes en varias ocasiones, la última de ellas después de conocerse la prórroga que el gobierno de España le dio en 2011.