Chelva celebra del 19 al 21 de enero el ‘Cuentantón’, la fiesta de los cuentos y las hogueras que cada año atrae a miles de visitantes

Chelva ya está a punto para celebrar su tradicional fiesta de San Antón, que tendrá lugar del 19 al 21 de enero. Este municipio de La Serranía está preparado para recibir a los miles de visitantes que cada año congrega para vivir esta popular fiesta, declarada de Interés Turístico Provincial.

Un fin de semana marcado por el ‘Cuentantón’, el festival de narrativa oral que este año cumple su 27ª edición y en el que el Ayuntamiento de Chelva ha organizado un completo programa de actividades en el que las historias, los cuentos y leyendas se convierten en protagonistas. Una fiesta que se vive en unas calles repletas de hogueras en las que chelvanos y visitantes comparten gastronomía y diversión.

El programa de ‘Cuentantón’ comienza el viernes cuando los cuentos se acercan al colegio, el instituto y la guardería del pueblo, pero también de la residencia de mayores y centro de día. Jóvenes y adultos disfrutan de maravillosas historias narradas por cuentacuentos venidos de toda España. El mercado de los cuentos, teatro, espectáculo de fuego y las leyendas contadas al calor de la lumbre son otras de las actividades del fin de semana que convierten a este festival en único.

Pero la fiesta de San Antón no solo es el ‘Cuentantón’. La gente de Chelva ha sabido cuidar sus tradiciones, convirtiéndolas también en protagonistas de este fin de semana. Entre ellas destaca la Cencerrada de San Antón, en la que los niños recorren las calles del pueblo con cencerros de distintos tamaños anunciando la fiesta, o el encendido de la gran hoguera en la Plaza Mayor el sábado a las 20 h, momento en el que también se encienden las más de cien hogueras en numerosas calles de la localidad.

Otros momentos importantes de la fiesta son la vuelta de las caballerías por las hogueras y la Rondalla de San Antón recorriendo el pueblo y que abre paso al tradicional ‘Empujón’. En él se recorren las calles del casco antiguo y los participantes se colocan en los lugares más estrechos haciendo “tapones” humanos e impidiendo el paso. Mientras, el resto de personas tienen que “romperlos” para poder continuar el recorrido. El programa del sábado se cierra con una gran verbena.

La fiesta continúa el domingo con las carreras y juegos populares, en los que los premios, para sorpresa de los visitantes, son pollos que reciben el nombre de ‘joyas’. Le sigue la bendición de animales y la tradicional chocolatada y cucañas.