Valoración de Insomne Vida Sonora por el escritor de Puçol Manel Alonso
Mercè Claramunt es una mujer inteligente, tierna, dialogante, seductora, sensual, con talento y con una capacidad autocrítica tan desmesurada (y discúlpeme este último adjetivo, no es normal en mí, ya que soy de aquellos que creen que un gran nivel de autocrítica es imprescindible en cualquier trabajo) que le ha recortado la ansia que a menudo sufrimos los escritores de publicar al precio que sea, y a nosotros, lectores de poesía, nos ha impedido gozar de una voz poética brillante.
Esta larga espera ha valido la pena. Después de ofrecernos durante décadas pequeñas dosis en muestras y antologías, este año, dentro de la colección de poesía del Petit editor, publica el libro Insomne vida sonora.
Un sustantivo, vida, custodiado por dos adjetivos, insomne y sonora, pero ¿por qué no puede dormir la vida?, ¿por el sonido?, un sonido que no sabemos si es ruido o música, o es el chirrido que provocamos en nuestra navegación diaria, o porque, como decía V.A. Estellés: «No t'han parit per a dormir, sinó per a vetlar...». ¿Vela la poeta?, ¿una poeta que se declara novicia de palabras, o es desvelada por los grandes interrogantes que se le abren ante ella?: el paso del tiempo, el sentido de la vida, la muerte, el hado del destino, el amor... Quizá es eso.
A este título Claramunt le ha añadido un subtítulo, Poemes en quatre temps, cuatro como son las estaciones del año, cuatro etapas en que dividimos la vida (infancia, juventud, madurez y senectud).
Estamos ante un libro muy pensado, donde la autora ha rehuido convertirlo en un simple contenedor de poemas. Ha creado una estructura sólida, que ha dividido en cuatro apartados y un final. Cada apartado lo encabeza con un poema. El apartado lo divide en dos subapartados, con cuatro poemas numerados y un quinto sin numeración que hace de cabecera. El final tiene la misma estructura, pero sin un segundo subapartado.
Las imágenes poéticas e incluso el lenguaje que emplea están vinculados a la naturaleza, a la tierra: «A l'esquerra / s'escolta el riu pel que salta la lluna, / mentre una fulla cau a la revolta / de la tardor, / agitada com si fos primavera» y a los movimientos del tiempo: «Bec pregàries com a gotes de pluja» y el paso del tiempo: «Esdevinc temps i done temps al temps». A lo largo del libro encontramos una autora con una vigorosa capacidad de observación y una consistente formación académica, a la que le gusta ensayarse con un muestrario diverso de formas poéticas que van desde la prosa, pasando por el verso libre, el soneto, hasta el haiku.
Insomne vida sonora está concebido como un edificio con un jardín luminoso y coloreado, un espacio íntimo, personal, para la confesión, la reflexión, el diálogo y donde reina la palabra pero, también, los silencios. Un laberinto de palabras construidas para la reunión, para el encuentro y no para perderse infructuosamente.
La reflexión lleva la autora a sentenciar: «El temps, insensat, no és l'espai que passa / que és mor / és vida». Y por tanto, añado yo, forma parte de nosotros.
Insomne vida sonora es un libro compacto e intenso que nos habla de todo lo que convierte la vida en una navegación a veces complicada y otras llena de alegría.
Como en el resto de títulos de esta misma colección, las ilustraciones de una artista plástica, en este caso Leonor Seguí, acompañan a los poemas. Sus ilustraciones están hechas con líneas, texturas y colores cálidos, elegantes y sensuales. Nunca he visto como en este libro un diálogo tan nítido, espontáneo y directo entre la poeta y la artista plástica. La poesía de Claramunt, como las ilustraciones de Seguí, son sin renunciar a nada y sin hacer ninguna concesión acogedoras, expresivas y vitales.
Cierra el volumen un epílogo del poeta Ramon Guillem, un texto que no sé si calificarlo de atípico, ya que el poeta de Catarroja lo divide en dos partes, una primera escrita en prosa en la que nos habla de la arquitectura compacta y trabajada de los poemas de Mercè Claramunt, y una segunda parte, Variacions sobre una lectura, en la que en forma de extenso poema Guillem nos confiesa de una manera indirecta que se ha sentido interpelado al leer el libro. No gratuitamente Mercè Claramunt lo cierra con estos versos: «Allí també canta l'ocell / i fou després, HIVERN REMOT», justamente el título de uno de los poemarios más celebrados del catarrojense.