Podem lamenta 'la enorme precariedad laboral de las camareras de piso y las consecuencias para su salud'
El portavoz de Economía del grupo parlamentario de Podem, David Torres, ha lamentado hoy los resultados del informe del estudio del Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat) sobre las condiciones laborales de las camareras de piso de la Comunidad Valenciana, «que revela la enorme precariedad laboral y las consecuencias para su salud».
Torres ha resaltado que este estudio, que se realizó a propuesta de Podem, «confirma lo que han denunciado las camareras de piso continuamente». El diputado ha recordado que en mayo de 2016 Podem impulsó una proposición no de ley, que fue aprobada por la comisión de Política Social de Les Corts, en la que se solicitaba la realización de dicho informe.
Asimismo, ha recordado que a misma iniciativa recogía otras acciones, como la implementación de un plan contra la explotación laboral en los sectores de hostelería, comercio y servicios, prestando, especial atención a la situación de las camareras de piso por ser un colectivo especialmente vulnerable .
También se reclamaba dotar al Invassat de los recursos necesarios para que lleve a cabo actuaciones concretas respecto a las enfermedades profesionales específicas de estos trabajadores y trabajadoras; que se incrementaran las inspecciones para el control del fraude en la contratación, el encadenamiento de contratos y la cesión ilegal de trabajadores y que se realicen campañas de sensibilización sobre prevención de riesgos laborales.
El estudio revela que prácticamente siete de cada diez camareras de piso padecen alteraciones en la salud como consecuencia de su actividad laboral.
En relación a las molestias percibidas por las camareras de piso, el 66% de las mismas percibe molestias en la zona dorsal-lumbar de la espalda, seguidas por las molestias en hombros, brazos y cuello, que están por encima del 50%.
Cerca de la media percibe molestias en antebrazos, muñecas y manos así como en piernas y pies. Finalmente y en menor porcentaje se perciben molestias en las rodillas, caderas, nalgas y muslos. Estas molestias percibidas, aumentan con la edad de la camarera de piso así como con la antigüedad en el puesto, según informó ayer la Generalitat.