Vuelven a faenar después de un mes de parada biológica los pescadores de cerco de Castellón
Se trata de 16 barcas dedicadas a la captura de sardina y boquerón, 13 de la capital de La Plana y 3 de Vinaròs
Después de un mes de parada biológica las 16 embarcaciones de cerco existentes han vuelto a salir al mar. La mayor parte de ellas, 13 concretamente amarran en el puerto del Grao de Castellón y 3 en el puerto de Vinaròs, en la comarca del Baix Maestrat. “Siempre hacemos dos meses de parada biológica. Este año, en vez de hacer seguido diciembre y enero, la hemos partido y hemos hecho diciembre hasta el 10 de enero y todo el mes de abril”, ha indicado el armador José Manuel Ramírez representante de cerco de la Cofradía Sant Pere del Grau de Castelló.
El objetivo de esta veda ha sido preservar los principales bancos de pescado azul que habitan enfrente del litoral de la provincia de Castellón, de especies como el boquerón y la sardina del Mediterráneo. La eficacia de esta parada biológica de un mes de duración comenzará a evaluarse a partir del mes de junio aproximadamente.
La pesca de cerco produce un impacto bajo en el ecosistema marino. Esta modalidad se basa en encender unas farolas y esperar a que el banco de peces se sitúe debajo de la barca de la luz para rodear el banco de peces y más tarde elevar la red. Así, cada noche y si las condiciones del mar y la suerte acompañan, los pescadores de cerco de la provincia de Castellón y el resto de la flota de la Comunidad Valenciana capturan el preciado pescado azul. En cuanto a las especies pescadas, Ramírez ha destacado que, en invierno es cuando la sardina desova más, mientras que en primavera lo hace el boquerón, “y por eso hemos partido la parada en dos”, con el objetivo de beneficiar su regeneración.
A pesar de la reducción de las ayudas del Gobierno para los pescadores que realizan paradas biológicas, los pescadores de cerco de la provincia de Castellón siguen apostando por dejar de faenar durante dos meses aunque cobren como el resto de pescadores de cerco que solo paran un mes. Y es que, desde hace varios años, la ayuda que reciben los pescadores es de 15 días de faena por un mes parados.
Los pescadores son conscientes de la importancia de realizar paradas biológicas para proteger a las especies, por ello siguen parando dos meses, aunque les conlleve pérdidas económicas.
“Hay que hacer más tiempo de veda y eso lo tiene que regular la Secretaría General de Pesca y las Comunidades Autónomas con ayudas, como las del Fondo Europeo, para que los barcos puedan cubrir los gastos del tiempo parados”, ha recalcado Ramírez. También consideran fundamental que las Comunidades paguen al día, y es que la Comunidad Valenciana lleva retraso en los pagos de las paradas temporales.
Con todo, José Manuel Ramírez ha hecho hincapié en la importancia de hacer las paradas biológicas y conservar los caladeros del Mediterráneo al tiempo que ha afirmado que es fundamental que la Dirección General de Pesca haga un buen plan de gestión con más tiempos de veda, aumento de la talla del boquerón y sin topes diarios para poder subsistir los próximos años, sino, en unos 5 años no se verán la mitad de barcos que ahora.
La veda de cerco se divide en dos grandes demarcaciones en la Comunidad Valenciana. La zona norte abarca desde el río Sénia que hace frontera entre las provincias de Castellón y Tarragona hasta la Gola de El Perelló, en la provincia de Valencia. Y la zona sur va desde la Gola de El Perelló hasta el límite con la provincia de Murcia. Los pescadores de cerco de la zona sur estuvieron parados desde el 6 de diciembre de 2020 hasta el pasado 5 de enero. La mayor parte de esta flota pesquera de cerco se encuentra en los puertos pesqueros de la provincia de Alicante, en puertos como el de Altea, Jávea y Torrevieja.
COINCOPESCA, Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunidad Valenciana, se encarga de gestionar y coordinar el trabajo de 20 embarcaciones de cerco en la provincia de Castellón, 13 en la de Alicante y 4 en la de Valencia.
