Raquel Marcos abre la segunda temporada de la Z&S School con un webinar sobre los productos frontera en la industria cosmética
Marcos es doctora en química, experta en productos sanitarios y divulgadora científica
La nueva temporada de la Z&S School, el ciclo de webinars sobre la industria química de Zschimmer & Schwarz España y la Universitat Jaume I, ha sido inaugurada por la doctora en Química y divulgadora científica Raquel Marcos, quien ha protagonizado el webinar «Desmintiendo mitos cosméticos: productos frontera, ¿dónde está el límite?».
Durante el evento, Marcos ha analizado algunos de los productos que se mecen sobre la fina línea entre cosmético y medicamento. Tal y como ha recalcado, no es fácil distinguir entre ambos tipos de productos , ya que son muchos los factores que hay que tener en cuenta.
La regulación es muy clara en este aspecto y especifica que la función de un producto cosmético debe limitarse a limpiar, perfumar, proteger o mejorar el estado de la piel, el cabello, las uñas o las mucosas bucales. En este sentido, productos que habitualmente se consideran cosméticos, como los tratamientos antipiojos o los repelentes de mosquitos, no lo son. «Realmente, se trata de biocidas porque su finalidad es eliminar una plaga», ha precisado Marcos.
Sin embargo, algunos productos generan muchas dudas debido a sus múltiples usos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con la vaselina, que se considera cosmético cuando se destina al acondicionamiento de los labios pero se convierte en medicamento si se usa en el ámbito sanitario. En este caso, es el fabricante el que decide su clasificación en función del uso previsto del producto.
Por último, el modo de acción puede provocar que en una misma familia de productos haya categorías diferentes. «Dentro de la familia de los retinoides», ha explicado Marcos, «si actúa a nivel metabólico, como el ácido retinoico, será un medicamento, mientras que el retinol y otros derivados funcionan a través de reacciones cascada, por lo que se clasifican como productos cosméticos».
Las grandes dudas que todavía persisten, sobre todo entre los consumidores pero también entre el público profesional, ponen de manifiesto la importancia de los expertos en regulación en la industria química. Su contribución es necesaria para garantizar el cumplimiento de la normativa, la seguridad y la calidad de los productos químicos.