75 pardelas baleares, las aves marinas más amenazadas de Europa, se concentran frente a la desembocadura del río Mijares
Las aves, observadas por el ornitólogo Virgilio Beltrán, estuvieron alimentándose de peces a unos 200 metros de la costa entre las poblaciones castellonenses de Almassora y Burriana
El entorno del Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares, entre Almassora y Burriana, ha recibido la visita inesperada y valiosa de 75 pardelas baleares (Puffinus mauritanicus), la especie de ave marina más amenazada de Europa según la Lista Roja (Red List) de Especies Amenazadas confeccionada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) y actualizada en diciembre de 2016. En el ámbito nacional el Libro Rojo de las Aves de España la considera en "peligro crítico de extinción" y el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas la registra como en "peligro de extinción". De hecho la población mundial se encuentra alrededor de las 3000 parejas reproductoras según publica la Sociedad Española de Ornitología (SEO-Birdlife). La pardela balear como su nombre indica en todo el mundo únicamente cría en el archipiélago de las islas de Baleares, principalmente en la isla de Formentera, aunque durante sus desplazamientos marinos puede llegar al Cantábrico, golfo de Vizcaya o noroeste de África. << Únicamente se reproduce en las islas Baleares y en invierno normalmente viene en las costas de Valencia, Castellón y Tarragona para encontrar alimento. Precisamente en esta época, desde finales de diciembre, enero e incluso en febrero las encontramos buscando peces, prácticamente su fuente de alimentación en las costas de la Comunidad Valenciana y el sur de Cataluña >>, indica el director técnico de la empresa de turismo ornitológico Virgilio Beltrán.
Pescando frente a la desembocadura del río Mijares
Las pardelas baleares a la hora de pescar o descansar forman balsas, una palabra que utilizan los ornitólogos para referirse a la concentración de las aves en la superficie del agua. Las 75 pardelas baleares estaban nadando y pescando en el mar a unos 200 metros frente a la desembocadura del río Mijares. Después de unos 20 minutos abarrotándose de pescado volaron en dirección norte. << Las pardelas vuelan normalmente agrupadas en bandos -continúa explicando Virgilio mientras observa las aves con un telescopio- y suelen hacer lo que los ornitólogos llamamos trenes, es decir, vuelan en fila india. Por eso es fácil contarlas. Pero cuando encuentran un lugar donde hay pescado que es básicamente su alimento, se concentran todas, amerizan y se dedican a pescar, se sumergen buscando el pescado. Entonces esto forma una congregación, una concentración muy grande de aves y a eso lo llamamos una balsa. Realmente es bastante habitual que descansen o pesquen mediante esta forma de balsa de concentración de aves >>.
Sus amenazas
Las pardelas baleares únicamente tocan tierra firme a la hora de poner los huevos y criar a sus pollos. La principal causa de muerte es la depredación que sufren por parte de ratas y gatos, dos animales introducidos peligrosamente en las islas donde crían por el ser humano. La urbanización del litoral, la pesca accidental o la contaminación del mar por hidrocarburos también están detrás de su declive mundial. << Hay unas pocas miles de pardelas baleares y están muy concentradas. Cualquier interferencia con ellas puede acabar con buena parte de la población mundial. Están en peligro crítico porque sufren mucho las acciones humanas como la pesca profesional con la técnica del palangre, la urbanización masiva de la costa y la contaminación lumínica que descubre el emplazamiento de sus nidos a los depredadores o llega a despistar a las aves >>, termina explicando el ornitólogo.