Nueve combatientes republicanos descansarán en paz 85 años después en el norte de Castellón
Los combates por la defensa de Vistabella del Maestrat se dieron entre el 2 y el 3 de junio de 1938 y en ellos murieron en combate o fusilados, más de 200 soldados republicanos
Tras las pasadas campañas de exhumaciones de combatientes republicanos en el término municipal de Vistabella del Maestrat realizadas por la Asociación Científica ArqueoAntro y promovidas por el Centre d'Estudis de Penyagolosa (CEP) y el Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, el próximo 30 de julio vuelven nueve soldados republicanos que serán homenajeados y que tras un solemne cortejo fúnebre que recorrerá las calles de Vistabella, serán enterrados con la dignidad que se les negó, en dos nichos del cementerio cedidos por el Ayuntamiento. Esta iniciativa se desarrollará en el marco de la celebración de las XIV Jornadas de Memoria Histórica de Vistabella.
Búsqueda de familiares
Los combates por la defensa de Vistabella se dieron el 2-3 de junio de 1938 y en ellos murieron en combate o fusilados, más de 200 soldados republicanos.
De los nueve cuerpos recuperados, uno corresponde a un soldado muerto en combate cerca del Mas de Marimón; otros dos fueron asesinados en el momento de entregarse a las tropas de la 3a Compañía del Tabor de Tetuán, a la llegada de estos al Más dels Arcs; los otros seis, pertenecientes los de Guardias de Asalto -una de las unidades que guarnecía Vistabella- fueron fusilados en el Mas del Collet.
Hasta la fecha, no se ha podido identificar a ninguno de los 9 soldados, por lo que en el día de hoy seis entidades y asociaciones memorialistas lanzamos una campaña de búsqueda a nivel Estatal con el objetivo de localizar a familiares de estos combatientes y poder cotejar su ADN, haciendo extensiva esta búsqueda a cualquier familiar de los más de 200 soldados del Ejército Popular de la República que murieron en la defensa de Vistabella.
Los olvidados de los olvidados
Todos estos combatientes lucharon en muy duras condiciones en el frente y nunca regresaron a casa. Sus familias nunca han sabido qué pasó con ellos ni dónde arrojaron sus cuerpos. Ocho décadas es demasiado tiempo para seguir ignorando su sacrificio y entrega por defender la Democracia, aseguran las asociaciones que se han encargado de su recuperación.