Kiko García: “Este 2023 el recorrido de La Vuelta es uno de los más espectaculares y duros”
Entrevista al director técnico de La Vuelta a España, que este año recorre la provincia de Castellón
La Vuelta Ciclista a España volverá a recorrer la provincia de Castellón, este 30 y 31 de agosto, con dos etapas, una de Morella a Burriana con 186 kilómetros y otra que arrancará en la Vall d’Uixó y acabará en el pico turolense de Javalambre.
El castellonense Kiko García, (Burriana 1968) viene organizando La Vuelta desde el año 2015 como director técnico de la competición y cree que este año “el recorrido y la participación es un cóctel perfecto para que todo sea espectacular”.
En elperiodic.com entrevistamos a García, que nos explica cómo se ha planteado este año la 78ª edición de esta competición y qué supone para los municipios por los que pasa.
La Vuelta vuelve a la provincia de Castellón y a tu Burriana natal, ¿qué aporta su paso?
Primero es un gran atractivo a nivel deportivo. La Vuelta es una de ‘las tres grandes’ del ciclismo junto con el Tour y el Giro, que se componen de 21 etapas, en tres semanas y vienen los mejores corredores del mundo.
Pero también es uno de los grandes eventos a nivel mundial y tiene una parte de promoción turística, porque el ciclismo es una plataforma perfecta para mostrar las comunidades, ciudades e incluso los pueblos de un país.
Las imágenes de televisión llegan a casi 200 países y eso supone poner en el mapa ciertas poblaciones y provincias. Es una promoción perfecta: El acumulado de audiencia durante las tres semanas puede estar en torno a los 400 millones de personas.
Este año en Burriana se han disputado varias competiciones, como la Volta a la Comunitat Valenciana, tanto la masculina como la de Fémines, la ciclodeportiva Yuocanyolé y ahora La Vuelta, que vuelve a acabar una etapa en la ciudad después de 30 años. ¿Esto puede volver a revitalizar la cultura ciclista en Burriana?
La sociedad a veces se mueve por tendencias y modas, pero el ciclismo siempre tiene una base fiel y una cantidad de practicantes que se puede comprobar fácilmente en las carreteras.
Sí es verdad que en Burriana hacía falta revitalizarlo y una de las cosas buenas que tuvo la pandemia, si es que tuvo alguna buena, fue que la gente se diera cuenta de la importancia de la práctica deportiva y de estar al aire libre.
Eso ha hecho que mucha gente se una al ciclismo y ha habido un boom en la venta de bicicletas. Todo esto ha revitalizado tanto deporte de élite como el cicloturista.
¿Cómo se diseña el recorrido de una Vuelta?
Esta es la la parte más complicada, porque son 21 etapas y hay que empezar el puzzle por el principio, en la ciudad de inicio que es Barcelona y hay que terminarla en Madrid.
Dependiendo de hacia donde queremos orientar La Vuelta o si buscamos un perfil concreto de etapas montañosas, hay que hacer encajes para que cuadre todo.
Este año yo creo que el recorrido es uno de los más espectaculares que hemos tenido en los últimos años a nivel de paisaje y de dureza.
Pasamos por puertos míticos como el Tourmalet en Francia volvemos a Andorra después de algunos años, tenemos varias etapas en la Comunitat Valenciana y etapa y media en la provincia de Castellón. Se tocan muchos territorios con mucho atractivo y con mucha afición ciclista.
Me parece muy atractivo y muy duro, creo es una de las Vueltas más duras que hemos hecho y parece que además la participación va a acompañar porque ha confirmado Vingegaard, el último ganador del Tour; el campeón del mundo y el vigente ganador de la Vuelta de 2022 Evenepoel; Roglic, que acaba de ganar el Giro y las figuras ganadoras Enric Mas o Juan Ayuso, jóvenes y emergentes.
El recorrido y la participación que va a haber es un cóctel perfecto para que todo sea espectacular, pero al final todo depende de los ciclistas.
Y sobre las etapas en Castellón, ¿cómo las describirías?
La primera, que empieza en Morella, paisajísticamente me parece muy chula, porque atravesamos de norte a sur la provincia por el interior y la última parte recorre la Serra d’Espadà, que es una joya por la que salgo mucho con la bici.
Además, parece que podremos estrenar el puerto de la Ibola, que se está asfaltando ahora. De hecho creo que ese puerto de segunda categoría puede ser el punto clave de la etapa para ver si a la playa de Burriana va a llegar el pelotón compacto al sprint o pueden producirse algunos ataques y diferencias que rompan el pelotón.
¿Qué se tiene en cuenta para diseñar una etapa como esta?
En las 21 etapas que componen La Vuelta hay que buscar un poco de todo, para que no que sean las 21 etapas de montaña, ni de ‘sprint’ ni contrarreloj.
La dificultad viene porque cada una de las provincias quiere tener la etapa más dura, y tienes que explicarles que a veces no puede ser.
En Castellón ha habido años que hemos llegado al Mas de la Costa en Llucena, donde ha habido etapas muy duras, y este año tocará una etapa algo más fácil, con una llegada totalmente plana pero espectacular a la playa de Burriana
Sin embargo, al día siguiente salimos de la Vall d’Uixó y ya es una etapa de montaña, que termina en el observatorio astrofísico de Javalambre y pasando por varios puertos de montaña, por lo que será una de las etapas decisivas de cara a la clasificación general.
Tiene que haber un poco de todo y a veces las etapas que pueden parecer más fáciles resultan ser las más atractivas, porque se produce una gran batalla, así que esperemos que las dos etapas de Castellón sean muy bonitas y que la afición las pueda disfrutar al borde de la carretera.
Te vemos dentro del coche rojo durante las carreras. ¿Cómo se vive una etapa desde dentro?
Es muy emocionante y se viven cosas increíbles, sobre todo a la velocidad a la que bajan y el riesgo. A veces se produce por delante la carrera de ciclistas y por detrás otra carrera de coches porque hay una pelea entre los equipos.
Lo cierto es que a nosotros, que llevamos toda la vida haciendo esto, ya no nos parece tan especial pero cualquier invitado que ha tenido la suerte de vivir la etapa desde dentro queda muy sorprendido con lo que ve.
Yo tengo mucha amistad con el piloto Nani Roma, ganador en motos y en coche del Dakar, que sabe lo que es saltar dunas a 150 por hora y cuando bajó del coche al acabar una etapa de montaña nos dijo: “Estáis completamente locos”. Y eso te lo dice un tío que es capaz de ir por la arena a casi 200 por hora.
Por desgracia de vez en cuando también hay caídas que no son agradables y también las ves en primera fila, pero hacemos todo lo posible para evitarlo y priorizamos la seguridad.
Nuestro coche es el que va justo detrás del pelotón, con el presidente y el juez principal. Dirigimos el tráfico de la carrera, dejamos pasar las motos de los fotógrafos o permitimos que los coches de equipo vayan hacia la escapada o no. Somos un poco los que ponemos orden a todos los vehículos que componen la caravana de La Vuelta.
¿Con cuánta antelación se ha de organizar una Vuelta?
Ya hemos empezado con algunas etapas del año que viene, con más de un año de antelación y vamos diseñando opciones de etapas para el futuro.
Luego cada una de las etapas del año la revisamos como mínimo tres veces porque a veces vas a ver una carretera y está bien y cuando vuelves después del invierno ha habido un desprendimiento o se ha estropeado por las lluvias y hay que hacer obras o cambiar el recorrido
Incluso a veces vuelves al sitio y te han puesto una rotonda donde no la había.
¿Un año electoral como este afecta a la organización?
Sí, porque hay muchos cambios y la gente con la que hablabas hasta el mes de mayo ya no está, por lo que ahora tenemos que volver a empezar prácticamente de cero a explicar la carrera a los nuevos equipos de gobierno.
Tenemos asumido que es así cada cuatro años y forma parte del trabajo y a veces se retrasa todo un pelín, aunque en un 99% de los casos están súper volcados y encantados y comprenden que lo que se acordó se tiene que respetar.
¿Recuerdas algún año especialmente complicado de organizar?
Sin duda fue el 2020 porque estábamos en plena pandemia. Aun así, el ciclismo fue uno de los pocos deportes que logró salvar la temporada, de lo que estamos muy orgullosos porque tuvieron que ponerse de acuerdo todas las familias del ciclismo para mover todas las competiciones en el tiempo.
La Vuelta al final la terminamos en noviembre y eso tenía un riesgo a nivel meteorológico y estando en pandemia, donde cada una de las comunidades se regía por unas normas concretas.
Era complicado, porque llegábamos a sitios donde la hostelería cerraba a las diez de la noche y hubo que hacer excepciones y pedir permisos especiales. Hay que pensar que La Vuelta es como un circo itinerante que mueve entre 2.000 y 2.500 personas todos los días.
Incluso había comunidades donde la situación era límite y se planteaban nuevos confinamientos y se tuvieron que anular carreras. De hecho, la etapa de este año del Tourmalet es una etapa que teníamos pensada en el 2020 y que no se pudo hacer porque los franceses no permitían el paso en la frontera.
Ahora aunque seguimos con algún protocolo covid, por lo menos el gran público puede disfrutar de la carrera y esperemos que todo quede en el olvido.
Supongo que también estáis pendientes del factor de la meteorología
Sí, cuando venimos aquí a finales de agosto nos preocupan mucho las tormentas que se forman por la tarde, pero también entendemos que forma parte del deporte y del ciclismo que llueva, nieva y haga calor. También tenemos protocolos climáticos para adaptar la etapa en casos extremos, pero esperemos que no sea así.
Comentas que las etapas pasan este año por zonas por las que sales a rodar. Cuándo haces una salida por la provincia, ¿cuáles son tus zonas preferidas?
Yo soy un practicante de la especialidad del gravel, que es como una bici de carretera pero más preparada para ir por caminos de tierra, sin llegar a ser una moutain bike.
Esto me permite huir un poco del tráfico, que me asusta, y vas mucho más tranquilo por los caminos y te permite descubrir paisajes increíbles.
La gente se va a la otra punta del planeta cuando aquí cerquita tenemos cosas increíbles, desde los humedales de la playa de Almenara hasta la Sierra de Espadán, toda la zona de Benlloch y Cabanes, que me encanta, o Adzaneta, un territorio para descurbrir nuevos caminos entre pinos.
Lo bueno de la provincia es que tenemos un montón de opciones y el que quiere llano lo tiene y el que quiere hacer montaña la tiene también, porque tenemos todo tipo de terrenos y somos unos privilegiados.