Las Jornadas de Imagen de la UJI reflexionan sobre la influencia de la censura y la autocensura en los procesos de creación y difusión
La «Censura y la autocensura en la imagen». Con este título se han llevado a cabo en el Menador espai cultural las Jornadas de Imagen, una iniciativa organizada por el Servicio de Actividades Socioculturales de la Universitat Jaume I y enmarcadas dentro de la Imaginaria Photography Festival. Durante el ciclo de conferencias que ha finalizado hoy, se han analizado los diferentes elementos relacionados con la censura y la autocensura en los procesos de creación y difusión de imágenes por parte de los profesionales de la fotografía.
Uno de los interrogantes que se han puesto encima la mesa en las diferentes sesiones se ha referido a si la concepción ideológica de aquello correcto condiciona las decisiones que se toman a la hora de crear una realidad social a través de las imágenes. Una situación que ha sido apoyada por la mayoría de los profesionales que han participado. Además, los diversos debates que se han llevado a cabo han tenido en cuenta que la realización de los trabajos y creaciones de los fotógrafos se produce en el marco de una realidad compleja, donde también tienen cabida aspectos como la posverdad, la desinformación y la mentira informativa.
En medio de esta realidad, una de las conclusiones que han surgido de los debates es que la censura sí que afecta los diferentes procesos de creación y producción de la imagen, muchas veces en forma de censura económica o de presión social, incluso fuera del mundo profesional. Según el coordinador de las jornadas, Dani Belinchón, «todo el mundo crea, almacena y comparte imágenes, y los smartphones permiten la creación y las redes sociales la difusión, especialmente Instagram. Pero se crean y/o se imponen modelos de representación que condicionan el mensaje y la creación».
Varios profesionales han explicado sus experiencias durante el ejercicio de su trabajo en los últimos dos fines de semana, concretamente los días 22, 28 y 29 de octubre. Así, el ciclo de jornadas fue inaugurado con la conferencia de José Luis Carrillo que realizó una ponencia titulada «De la idea a la producción, censura y autocensura en la creación», en la que se refirió, sobre todo, a proyectos fotográficos y culturales que sufrieron presiones económicas y políticas y algunos incluso no siguieron adelante. Durante la misma jornada inaugural, Marta Martín Núñez, ofreció la charlada «Huellas y memorias. Silencio y eclosión de la fotografía de la guerra» donde la experta trató el papel de la fotografía memorialista de la Guerra Civil, que hace eclosión en torno al año 2000, en el mismo momento cuando empiezan a realizarse las primeras exhumaciones de fosas con criterios científicos.
Durante la segunda jornada la profesora de la UJI Mónica Carabias Álvaro propuso una reflexión sobre las posibilidades que ofrecen las convocatorias, ayudas, premios, exposiciones y concursos actuales para intervenir, decidir, cambiar e incorporar «otras» propuestas que se ajusten al modelo de inclusión en su conferencia «Prácticas institucionales y privadas para el fomento de la creación artística contemporánea. Cómo mirar (seleccionar) sin sesgos».
Por otro lado, el doctor en Filosofía e investigador de la Estética y la Teoría de las Artes de la UNED, el villarrealense Jordi Claramonte, considera que «cuando te censuran no solo quieren que calles -que también- sino que no existas cuando menos. Esto, dejar de existir, se puede hacer de muchas maneras y entre ellas están cuatro métodos para aplicar la censura, como son la intimidación, la fricción, la inundación y la ignorancia», asegura. Una disertación que ha realizado en la conferencia «Radicales pero elegantes o como reconocer y desactivar cuatro tipos diferentes de censura».
La última jornada ha empezado con la ponencia «Libertad de expresión e información y los derechos de la personalidad y seguridad: límites, colisiones y decisiones», a cargo de la abogada Marta C. Dehesa, quien ha explicado de manera práctica y participativa la situación de la jurisprudencia en el ámbitos del derecho a la información, la libertad de expresión, la privacidad, la «seguridad», el derecho al honor, la intimidad y la propia imagen.
Por su parte, la fotógrafa Natalia Garcés ha compartido su archivo de la Covid-19, «Una cápsula en el tiempo», una iniciativa que busca crear una memoria fotográfica de esta crisis que contribuya al derecho a la información, que sea profunda, diversa, respetuosa y fiel a las difíciles realidades que se han documentado.
Por último, la fotoperiodista Hanna Jarzabek ha presentado los trabajos realizados en Polonia en los últimos años. Un trabajo denominado «El reto de transmitir las realidades en un mundo cada vez más bipolar» y que tiene como objetivo documentar y analizar las razones de la creciente militarización, radicalización y aumento del ultranacionalismo en la sociedad polaca. La autora considera necesario documentar este tipo de temas en un mundo cada vez más bipolar y vehiculado por la manipulación y la desinformación.
