¿Las escaleras del infierno o del cielo? Así son los 'Dragon Khans' que te puedes encontrar en Castellón
La provincia de Castellón esconde pruebas de resistencia: ¿conoces alguna más?
Si alguna vez has recorrido la Vía Verde entre Benicàssim y Oropesa del Mar, es probable que te hayas cruzado con uno de los secretos mejor guardados del paisaje costero castellonense: unas interminables escaleras que parecen perderse en el cielo. Situadas a mano izquierda del recorrido, justo antes del túnel que atraviesa la montaña en dirección a Oropesa del Mar, estas imponentes escalinatas son un reto inesperado para cualquiera que decida aventurarse a subirlas.
Un ascenso no apto para todos
Lo que a simple vista parece una escalera convencional es, en realidad, una de las subidas más exigentes de la zona. Con un trazado recto y un desnivel pronunciado, estas escaleras se convierten en una auténtica prueba de resistencia tanto para senderistas como para los competidores de atletismo.
Las vistas desde la parte alta compensan el esfuerzo, ofreciendo un panorama espectacular del Mediterráneo y de la abrupta orografía de la sierra litoral. Sin embargo, quienes las han subido aseguran que el esfuerzo es tan intenso que al llegar arriba solo piensan en recuperar el aliento.
¿Las escaleras del infierno… o del cielo?
Muchos de los que se han enfrentado a este reto las han bautizado con nombres tan llamativos como "las escaleras del infierno", por el esfuerzo titánico que supone ascenderlas, o "las escaleras del cielo", por las vistas privilegiadas que ofrece su cima.
Sea como sea, estas escalinatas se han convertido en un icono inesperado dentro de la Vía Verde, captando la atención de senderistas y cicloturistas que, sorprendidos, no dudan en detenerse para contemplar su empinada estructura.
Este curioso rincón de la provincia de Castellón recuerda a otro conjunto de escalones igualmente impresionantes: los 589 peldaños de La Vilavella, situados sobre la urbanización de Santa Bárbara. Este otro desafío, con un desnivel aún más marcado, es una de las subidas más emblemáticas de la zona y otro de los puntos de interés para quienes buscan rutas exigentes. Sin duda, es una subida triunfal a las puertas de la Sierra Espadán.
