Dirigida por un castellonense, se estrena en Belgrado la película sobre la travesía polar Trineo de Viento
“El film es una denuncia y una llamada de atención sobre la fragilidad de los territorios polares y las consecuencias del cambio climático”, señala su director, el ‘ochomilista’ y realizador Carlos Pitarch
‘Anori, inuit windsled’, la primera película sobre la expedición polar Trineo de Viento, liderada por el explorador Ramón Larramendi, sigue ampliando su trayectoria en festivales de cine. Este jueves, 23 de mayo, aterriza en la sección especial del Festival de Beldocs (Belgrado), el certamen de cine documental más destacado de los Balcanes. Será la primera proyección fuera de España del film, que ha dirigido el alpinista castellonense y cámara especializado en deportes de montaña y aventura Carlos Pitarch.
Tras su estreno, el pasado mes de noviembre, en el Torelló Mountain Film Festival, uno de los certámenes referentes del género en el mundo y en el que fue seleccionado entre más de 200 obras; y su emotivo pase en el castellonense Teatre del Raval, en el marco del Festival de Cine de Montaña de Castelló, ‘Anori, inuit windsled’ busca reforzar su palmarés en su salto a la capital serbia. Lo hará en la sección especial del Beldocs junto a las otras 10 propuestas incluidas en esta categoría.
“La idea del documental era mostrar la vida a bordo del Trineo de Viento durante la expedición SOS Artic 2022; una inmersión en territorio polar con su perfil científico, su reto de aventura, las incertidumbres, los miedos y las alegrías de las y los tripulantes. Esa idea original que trabajamos con Ramón Larramendi se ha mantenido intacta”, explica el director de la película. Un film que además de compartir la travesía en el “primer vehículo eólico” para “recorrer e investigar por el interior de Groenlandia, documenta los estragos del cambio climático”, apunta Larramendi.
Su hora y 23 minutos de duración condensa 18 horas de grabación de material bruto y un año de trabajo de edición.
Sin off, con el único diálogo que aportan las voces del equipo de SOS Arctic 2022, el sonido del viento y una conmovedora combinación de silencios y pausas, ‘Anori, inuit windsled’ –‘Anori’ significa ‘viento’ en inuit-, proyecta mensaje ambiental a través de esas imágenes que cubren el espacio al que no llega la palabra. “Es una denuncia y una llamada de atención sobre la fragilidad de los ecosistemas polares y las consecuencias del cambio climático”, señala Pitarch.
La realización y edición estuvo a cargo de Luis Aguilar, y la música original fue compuesta por Andrei Surotdinov. El equipo también incluyó a Juanjo Clausell y Edgard Bernad en la producción ejecutiva, con Maya-Marja Jankovic al frente de la dirección de producción. Goran Crevar y Janko Maraš se encargaron del sonido, mientras la supervisión artística fue dirigida por Mima Miroslava Jankovic.
El alpinista y realizador castellonense conoce bien el mecanismo del Trineo de Viento. Fue uno de los tripulantes de la expedición SOS Arctic 2022 con Ramón Larramendi -creador de este trineo movido únicamente por cometas- al frente y de la que ahora se cumplen dos años. Durante mes y medio, el equipo al que se sumaron las investigadoras Lucía Hortal y Begoña Hernández, el montañero y periodista Juan Manuel Sotillos, y el también alpinista Marcus Tobía, cruzó 1.016 kilómetros de territorio groenlandés. El proyecto científico que arropó Trineo de Viento permitió recabar muestras de hielo en varias zonas del Ártico y estudiar los microorganismos liberados a la atmósfera por el deshielo.
Carlos Pitarch sabe moverse por este territorio inhóspito Por esa inmensidad, no exenta de dificultades y momentos extremos, que recopila en ‘Anori, inuit windsled’. Ramón Larramendi incorporó a Pitarch a su equipo por su trayectoria en alta montaña y su destreza como fotógrafo y cámara curtida en territorios hostiles.
Grabar con manoplas por el frío extremo, entre turno y turno al frente del trineo; con la nieve incrustándose en las lentes de las cámaras, que había que secar luego en hornillos. Dormir con las baterías pegadas al cuerpo para mantenerlas a temperatura y que no perdieran efectividad. Soportar tormentas ingentes, y también la incertidumbre que genera la ausencia del viento, motor de las cometas que alimentan el trineo. Correr en paralelo a éste para captar su movimiento. Son algunas de las dificultades técnicas que ha logrado superar el proceso de creación de la película, realizada con un único cámara, hasta ser una realidad.
Todas quedan atrás “cuando te das cuenta de que has logrado captar la inmensidad de Groenlandia, lo más parecido a estar en otro planeta; esa sensación de estar solo en el mundo sólo la he tenido aquí, y vengo de cumbres como la del Himalaya. Creo que hemos conseguido plasmarlo en la película. Mostrar la pureza de estos santuarios del mundo, que son los territorios polares”, sostiene Pitarch.
‘Anori, inuit windsled’ recoge también el descubrimiento -tan bello como preocupante- por parte del equipo de Trineo de Viento de un 'nunatak' (isla de roca rodeada de hielo, en inuit) de 30 metros de altitud fruto del deshielo motivado por el cambio climático. Ya se dice en la película “que somos la primera generación en entender el cambio climático y la última que puede hacer algo al respecto”, cita Pitarch.
Exposición de fotografía documental
La proyección del film en el festival de Belgrado irá acompañada de una exposición documental con fotografías captadas durante la expedición SOS Arctic 2022, y también sobre la estancia de tres semanas, en la primavera del año pasado, en Groenlandia, organizada por Larramendi junto al fabricante de cometas Álvaro Valdés para perfeccionar sobre el cielo del Ártico la efectividad de las mismas. Carlos Pitarch fue, junto a Ignacio Oficialdegui, Juanma Viu y Marcus Tobía, parte de este equipo técnico.
En marcha el Trineo de Viento 2024
Ramón Larramendi pilota desde mediados de mayo la 12ª expedición polar Trineo de Viento por territorio groenlandés, a bordo del trineo más avanzado construido hasta la fecha en sus 25 años de historia.
La travesía suma este año a su equipo más amplio, con la colaboración de científicos y exploradores groenlandeses, italianos y españoles y, por primera vez, con dos integrantes del pueblo inuit (originario del Ártico) a bordo. Un año más, Trineo de Viento mantiene intacta su vertiente investigadora: de las muestras recogidas durante el trayecto se nutrirán los cinco proyectos científicos que alentará la expedición. Se trata de ‘Microairpolar’ (Universidad Autónoma de Madrid); ‘Monitoreo y detección de PFAS’ (Climate Change Institute, Universidad de Main); ‘Pioneer’ (para el monitoreo aéreo de zonas remotas) de la Universidad Foscari de Venecia y el Instituto Italiano de Ciencias Polares; el proyecto conjunto del Instituto Pirenaico de Ecología con el CSIC para analizar las impurezas de la nieve (carbono negro, polvo mineral y microplásticos); y el impulsado por el Instituto de Ciencias Polares de Bolonia para analizar muestras de nieve para identificar contaminantes emergentes y estudiar sus características microbiológicas, como las bacterias adaptadas al frío.