Carlos Fabra: “He dedicado mi vida a Castellón, no esperaba ser compensado así”
Elperiodic.com entrevista al ex presidente de la Diputación de Castellón con motivo de la publicación de sus memorias
Carlos Fabra acaba de publicar esta semana sus memorias. El libro, titulado "Fabra: ¿y ahora qué?" está escrito por Jesús Montesinos, y nos muestra a un ex presidente de la Diputación arrepentido y marcado por sus años en la cárcel. El que fuera presidente del Partido Popular en la provincia, se abre en este libro en el que que tampoco deja títere con cabeza. Habla claro y sin tapujos. Elperiodic.com ha querido reflexionar con él sobre estos y otros temas.
¿Por qué decidió escribir un libro?
Realmente no decidí escribirlo yo. Fue Jesús Montesinos quien me llamó en un permiso penitenciario y me dijo que quería contar mi historia. Hay también una parte autobiográfica y estoy muy satisfecho porque lo que he querido es dejar claro a nivel nacional que Carlos Fabra no fue condenado por ningún delito de corrupción. Carlos Fabra fue condenado por tres delitos fiscales que me han hecho estar en la cárcel dos años y medio. Creo que, a parte de Isabel Pantoja y yo, nadie ha ido a la cárcel por cantidades inferiores a los 700.000 euros. Quizás se hizo porque éramos personajes públicos y se ha querido hacer una sentencia ejemplarizante. En cualquier caso, me equivoqué aunque no es eso lo que piensan mis asesores fiscales.
Es usted uno de los presidentes de Diputación más conocidos de la historia de España precisamente por esto que acaba de explicar...
Desgraciadamente, es muy triste ser conocido por esa noticia y es el motivo de querer escribir el libro. Me hubiera gustado ser conocido por haber hecho el aeropuerto de Castellón o por haber hecho un magnífico hospital... Me gustaría que a los castellonenses se nos conociera por tener un nivel de vida importante o por industrias potentes pero la verdad que no son estos los motivos.
Hay algo que me ha llamado la atención de su libro y que me gustaría tratar en esta entrevista y es la parte en la que pide perdón a los castellonenses. ¿Por qué lo hace?
Les pido perdón porque debería haber prestado más atención a mis temas personales. Si realmente tenía un problema fiscal, no debería haber ocurrido lo que pasó. Yo debía predicar con el ejemplo.
Si rememora su trayectoria política, ¿de qué se siente más orgulloso?
De haber atendido a los municipios de la provincia de Castellón de una forma absoluta. Nos hemos dedicado en cuerpo y alma a la provincia y todo lo he hecho con la voluntad única de ayudar a los castellonenses. Te voy a dar un ejemplo: el Hospital provincial de Castellón y su especialidad oncológica, en la que invertimos muchísimo dinero e hicimos un hospital fantástico y modernísimo en su momento. Cuando yo era más joven, mi padre murió de un cáncer y entonces no había tratamientos oncológicos en la provincia. Teníamos que llevar a mi padre a Valencia, el pobre terminaba hecho polvo al acabar cada sesión de radioterapia y entre mis hermanos y yo lo teníamos que traer a casa. Entonces me prometí que, si algún día yo era presidente de la diputación o un político importante, ningún ciudadano de la provincia tendría que ir a ningún otro sitio que no fuera Castellón a hacerse ningún tratamiento de cáncer. Invertimos mas de 5.000 millones de las antiguas pesetas, fue un centro de referencia y desgraciadamente hoy está abandonado.
¿Y de lo que menos orgulloso se siente?
De haber sido motivo de un debate negativo para Castellón y su provincia. Tengo a mi familia y creo que, después de más de veinte años de dedicar mi vida a Castellón, no creo que fuera precisamente el fruto que yo debía recoger. He dedicado muchas horas a mi provincia y a mi pueblo y no esperaba ser compensado con un tratamiento así. Pero la vida te dan estas cosas y lo tengo que asumir, no puedo estar toda la vida lamentándome.
En el libro recuerda su experiencia en la cárcel. ¿Cómo fueron esos más de dos años entre rejas?
Muy negativos , una pesadilla. Te encuentras con gente con la que no soñabas estar relacionándote en esta vida aunque tengo que decir que he sido muy respetado. Lo que más me ha marcado es la soledad, la desgracia y las miradas de tristeza que ves en toda la gente... es muy fuerte.
¿Aprende uno a valorar lo que tiene?
Muchísimo. Valoro a mi familia, a mis hijos, mi mujer, mis nietos, mis hermanos, que han estado todos muy cerca de mi. Además, he tenido un grupo de amigos que siempre ha estado conmigo. Luego están los que me abandonaron y me demostraron que no eran amigos, pero peor para ellos.
A ellos también les dedica una reflexión en el libro.
Si pero no quiero centrarme en eso, no les quiero hacer importantes porque no lo son.
Le pregunto entonces por la política actual. ¿Le gusta a usted Pablo Casado?
Me encanta. Es un político con mucha fuerza y que quiere hacer las cosas muy bien. Creo que está intentando devolver la confianza a sus afiliados, toda la que se perdió con Mariano Rajoy. Creo que hay que darle un margen de confianza.
También le gusta Vox.
Si porque dicen verdades como puños, con las que yo estoy de acuerdo. Espero que el centro derecha de España se articule en base a sus principios.
¿Cómo cuales?
Ellos abogan, por ejemplo, por una tarjeta sanitaria única para toda España, no puede ser que uno tenga que ser atendido en Madrid y se le deba hacer una tarjeta de desplazado. Estamos en España y se te debería poder atender en cualquier sitio. Otro ejemplo, una tarjeta fiscal única o una tarjeta educativa única. Me parece muy bien que se enseñen lenguas en cada comunidad, es imprescindible para nuestra cultura, pero nada más. La educación es igual para todos los ciudadanos españoles. Lo mismo con una policía única en España.
¿Qué opinión le merece la política inmigratoria de Vox? ¿Comulga usted con ella?
Si, también comulgo. Pero es que el Partido Popular también defiende una inmigración razonable y razonada. No puede ser que los inmigrantes vengan a España y tengan vivienda gratis, pensión sin trabajar o seguridad social sin cotizar, algo que no tienen ni los propios ciudadanos españoles. Tampoco podemos ser la llamada para todos los inmigrantes del mundo, tiene que haber una política equilibrada. El PP dice - y coincido con ellos- en que este problema se soluciona más en origen que en destino. ¿Cómo? Los países desarrollados tienen que invertir en estos países para generar riqueza y que no tengan que emigrar. Claro que hay que aceptar a los que vienen en pateras, todo el mundo queremos ayudarles, pero aquí también tenemos que atender a muchos españoles.
Hablemos ahora de Cataluña. ¿Le da miedo lo que está pasando?
Me preocupa muchísimo que un gobierno regional, no nacional, y que debe de velar por el orden, tenga a su presidente animando a los ciudadanos a movilizarse contra el estado español. Me parece una atrocidad y un peligro público. Todo esto está muy bien hasta que ocurre la primera desgracia y el día que haya heridos o un muerto, la responsabilidad será de aquellos que debían buscar vías de aceptación y no tres pies al gato, con ideas que no son ciertas. Nadie que conozca la historia de España se cree que Cataluña era un reino independiente ya que dependía de la corona de Aragón, de la Comunidad Valenciana o de Castilla. Creo que hay que tener mucho sentido común y mucha tranquilidad.
Ya para terminar, ¿Cómo ve la situación política en Castellón?
Creo que habrá un avance importante del centro derecha y el centro izquierda será juzgado por sus actuaciones. Creo que hay cosas que Compromís, Podemos y el Partido Socialista no han hecho correctamente. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana en la plaza mayor de Castellón, con niños presentes, un cantante de un grupo patrocinado por el Ayuntamiento se desnudó delante de la gente. Es un ejemplo del tipo de cultura que no están trayendo y la gente se va a revelar.
¿Le gustaría lanzar un último mensaje a los lectores de elperiodic.com?
Quiero agradecer a la gente el cariño que me ha demostrado. Me siento muy querido en la provincia aunque no todo puede ser unánime: habrá gente que me quiera más, que me quiera menos o que no me quiera. Pero para gustos, los colores.