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Por Ángel Padilla
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Consideraciones sobre «La Bella Revolución» XI

  • Y mientras tanto los animales lloran sangre

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Consideraciones sobre «La Bella Revolución» XI- (foto 1)

 

A todos los animales condenados a servir para la alimentación humana se les obliga a padecer los mil infiernos. El libro de Peter Singer “Liberación Animal” es, efectivamente, un libro fundacional de lo que es, hoy, la sensibilidad animalista generalizada, su cultura, su saber y su marcha, aunque muchos críticos le hayan sacado faltas, sin duda y con todos los méritos, es un libro fundacional y de inmensa relevancia. Explica con sumo detalle todo lo que debe sufrir cada animal que nace en la cadena de explotación, al margen del horror de ser en sí mismo ya esclavo. Indicaremos sólo algunas de las prácticas con unos pocos animales de los más usados, atormentados en una vida de horror perpetuo, para que el consumidor satisfaga su gula. A través de lo que se les hace, podemos imaginar que iguales métodos se usan con todos los demás animales usados por el humano, en todo contexto utilitarista del animal como cosa consumible.

En los laboratorios de vivisección, como dice Javier Burgos, "no existe la exageración", pues cada cosa que nos podamos imaginar en cuestión de tortura a un ser vivo, por terrible que sea, se hace y se ha hecho.

Peter Singer fue el primero en verificar lo que ocurre tras esas paredes que no son de cristal, como desearía Paul McCartney que fueran, de los mataderos y barracones de la ganadería industrial, los miles de Infiernos en esta tierra para los animales (así como las piscifactorías, los animales atrapados en acuarios para diversión del público... y un larguísimo etc.). A raíz de su obra de ensayo filosófico “Liberación animal”, es como se conoció el término especismo en el mundo y tal libro fue fundacional para el movimiento animalista, para cristalizar la visión real de la mayor parte de los dolores de sus defendidos; Singer alertó de lo que ocurría entre las sombras.

La diferencia entre los rumores y al final informes y certezas de lo que realmente estaban haciendo en aquellos campos de trabajo los alemanes con los nazis, al final llevó a Europa a intervenir, los rusos llegaron y abrieron las puertas de todos esos infiernos (da igual que fueran los rusos o los africanos, la cosa es que entró en el infierno Ayuda, Auxilio, Salvación). Hoy sabemos de los Treblinkas de los animales y “nunca terminan de llegar los aliados”. Testimonios como los expuestos, hoy, con la mayor extensión posible en el mayor compendio de pruebas sobre el holocausto nazi, escrito por Laurence Rees: EL HOLOCAUSTO, pusieron en marcha al mundo para detener esa barbarie a la que no se podía girar la cara. Rees, por ejemplo, recuerda, de uno de tantos testimonios, éste de una chica judía de veinte años de edad, que era conducida en los trenes hacia un campo de concentración, con miembros de su familia y otros cientos de judíos, cómo ella expresó que creía que “había llegado al infierno. ¡El olor! ¡Qué olor más espantoso!” La joven pensaba, al ver a tantos cientos de presos, que aquel debía ser un lugar de trabajos forzados. Se obligó a ella y a su familia a subir por un lugar conocido como “la rampa” y se les separó. Los niños y los ancianos por un lado, las mujeres por otro y los hombres por otro distinto. No sabía Freda que estaba asistiendo a un proceso de selección, que llevaba a los niños y ancianos directamente a la muerte. Freda dice: “yo no podía entender qué pasaba, era demasiado rápido. Todo pasaba demasiado rápido”. Rees explica que Freda y sus hermanos habían sido elegidos para trabajar. Aunque el objetivo de los nazis es que los judíos acabaran muriendo antes de hora. Y cada vez ese antes de hora era más rápido. Hasta anunciarse “la solución final” por el Führer.

Quien casualmente pasa cerca de fábricas de animales esclavos, debe cubrirse la nariz. Todo el que se acerca a esos lugares de enfermedad y tortura es Freda. Por eso en el 'Decir de los silenciados' de 'La Bella Revolución', los animales piden "gente que huela esta sangre / [Necesitamos] gente que arribe a esta piel'.

Alrededor de la idea que se despliega en La Bella Revolución surgen estos pensamientos que componen estas publicaciones por entregas en El Periodic denominadas "Consideraciones sobre La Bella Revolución", que no pretenden ser un manual para entender el libro de poesía ni la revolución bella, pues en el mismo libro poético se rompe con la poesía anterior y con toda la cultura humana, sobre todo con la ciencia, y con las estúpidas centenares de certezas más allá de lo obvio de qué es o no es 'lo justo'; estos pensamientos únicamente orbitan alrededor de la idea animalista de la liberación animal y, si acaso, complementa, sin pretenderlo, el poemario para aquellos que tengan dudas respecto a qué se quiere decir en ciertos pasajes y por qué; aunque como digo explicar una idea es estúpido, es humano, una idea, si es esencial se entiende; si es tramposa se debate. La Bella Revolución, la liberación de todos los reos inocentes, se entiende y se ejecuta.

Volvamos a Freda, esa pobre secuestrada judía tenía nombre, al menos, y familia. Los billones de animales que hoy son explotados, hacinados y asesinados por las SS del especismo humano en los países de todo el mundo, por la raza aria cuyo símil para los no humanos es el antropocentrismo, no tienen nombre, son nadies. Son gallinas, cerdos, corderos... siempre en plural. Se evita denominarlos como identidades, como individuos. Examinemos someramente y con algunos casos de las especies más comunes usadas para la explotación carnívora, la realidad que ya mostró Singer y que cualquiera puede confirmar examinando vídeos en youtube, sólo a modo de enunciación -absolutamente necesaria, a cada segundo si es preciso- de todas las fases, los aros del infierno dantesco, que pasan los animales condenados por una cultura humana cruel y falsa, hermanas y hermanos nuestros de planeta. La raza odiada, despreciada, comida en la mesa del hogar... aplastada, usada para la risa, para la burla, la gran bota de la humanidad masacra millones de animales cada día entre risas de una coral apestosa que recorre los cielos como si fuera un gran día.

GALLINA

Para la obtención de huevos fecundados, la industria avícola extrae el semen del gallo y se lo implanta a las gallinas. En ningún momento el gallo entra en contacto con la gallina ni cualquiera de las partes participa voluntariamente en el proceso ni obtiene placer alguno, esto le es negado. Ambos permanecerán toda su vida en jaulas individuales y en ningún momento entrarán en contacto con sus crías ni con otro ser de su especie. La duración de sus vidas dependerá de su ser fértiles, cuando no lo sean morirán.

Al gallo se le extrae el semen engañándolo con caricias estimulantes, éste levanta la cola, muestra el final de su sistema digestivo, cercano al genital, que queda al descubierto, el operario se lo oprime y se rellena una pipeta con el semen. El siguiente paso de la gran estafa a lo digno de nuestros otros familiares en esta tierra, es introducir el semen en la vagina de la gallina, sólo el necesario, para no desperdiciar y que sirva para otras gallinas. El artilugio más usado para esta violación es la “pistola de inseminación”. Tal práctica le resulta en extremo dolorosa a la gallina, por lo que en algunos casos se emplean instrumentos para sujeción como planchas o tablillas a fin de inmovilizarlas. Los huevos que pongan serán recogidos inmediatamente y trasladados a cámaras de incubación. Toda gallina o pollo de explotación animal -incluso las denominadas, falsamente, ecológicas- provienen de este tipo de selección y cría.

A las gallinas se les amputa la parte delantera del pico, a fin de impedir una conducta normal entre animales confinados: que es pelearse entre ellos por el estrés, en el caso de las gallinas, picarse, herirse y hasta matarse, se intenta evitar el desplumaje o el canibalismo. El mecanismo que se emplea para cortar la punta del pico se trata, sencillamente, de un aparato con un mecanismo tipo gillotina, con una cuchilla caliente. Se recomienda cortar al menos un tercio del pico, ya que así es menos probable que este vuelva a crecer y aparezca el picoteo. El procedimiento se realiza rápidamente, llegando a alcanzar las 15 aves por minuto, lo cual implica que el filo de la cuchilla y su temperatura pueden variar, causando 'malos cortes' y lesiones graves.

El pico está muy inervado y contiene distintos tipos de terminaciones nerviosas, así como una serie de papilas dérmicas especializadas que son de gran importancia para la discriminación táctil fina. Por lo tanto el corte producirá invariablemente una pérdida de capacidad sensorial en el ave y un elevado dolor.

Se supone que debería tranquilizarnos el pensar que estas praxis están reguladas por la unión europea y son de igual cumplimiento en todo su territorio, para el bienestar animal.

Se supone. ¿Quién lo supone? Las SS del especismo. Aquellos que no proyectan empatía más que para aquellos de su propia especie.

Durante su vida las gallinas permanecen en habitáculos hacinadas, les corresponde un espacio de suelo equivalente al que mide un folio dinA4.

Las gallinas son animales gregarios que establecen sus propias formas de socialización. Incluso el sencillo acto de poner un huevo para la gallina requiere de un ritual, ha de ir a un lugar separado de las demás, pues son muy pudorosas.

Al habitar con frecuencia en las naves industriales de explotación miles de gallinas en un hacinamiento totalmente antinatural, de tortura completo, la insalubridad es un elemento que es connatural a tal situación; ni aunque quisieran los operarios mantener limpios los recintos, no podrían, siempre son muchos menos de los que se requeriría para ello, y la máxima, como decimos, es reducir gastos. Así, muchas gallinas mueren antes de llegar al fin de su corta vida de producción por enfermedades respiratorias causadas por el amoníaco de sus excrementos, enfermedades víricas y bacterianas, aplastamiento, etc. También, debido a la deficiente limpieza de las granjas, las gallinas sufren quemaduras principalmente en las patas y el pecho.

Los pollos son criados en naves industriales, totalmente masificados (la densidad es de 33kg por metro cuadrado, lo que viene a ser un espacio aún menor que el que tienen las gallinas destinadas a la producción de huevos).

Permanecen en la misma nave toda su corta vida, por lo que la situación de hacinamiento se va haciendo mayor según van creciendo (y engordando), hasta llegar a un punto en el que no pueden moverse ni mucho menos estirar las alas.

El suelo de las naves solo se limpia después de que los pollos son enviados al matadero, por lo que viven entre el amoníaco de sus excrementos que les quema las patas, pies y pecho, y les causa enfermedades respiratorias y ceguera.

Los pollos han sufrido un proceso de selección que hace que crezcan tres veces más rápido y consumiendo un tercio de la cantidad de comida normal, sacrificando el desarrollo óseo. Esto les causa problemas y enfermedades óseas con dolor crónico en patas, articulaciones e incluso la fractura de vértebras, quedando paralizados y muriendo de inanición. El crecimiento acelerado también causa otras enfermedades como ascitis y ataques al corazón. El final de tal estado de tortura legalizada, sigue la misma línea de impiedad crónica por parte de los humanos hacia estas criaturas. Si se trata de aves para la producción de huevos, los machos son asesinados al poco tiempo de nacer, siendo pollitos. Esto es debido a que no son rentables para la industria, dado que los que se utilizan para engorde son de otras razas, por lo que se consideran descartes y se les da muerte. Para ello se utilizan medios mecánicos (cuchillas de rotación rápida o de protuberancias de goma espuma, a las que llegan los pollitos mediante un suelo deslizante y son literalmente descuartizado, hechos picadillo) o por asfixia mediante dióxido de carbono. En otras ocasiones se les echa a un contenedor en el que mueren aplastados.

La gallina a la que le terminó la capacidad de poner huevos, es detectada y enviada al matadero. En el camión pueden estar hasta doce horas sin recibir comida ni agua, allí se lesionan gravemente, con rotura de patas, alas y hemorragias internas. En el camión padecerán los rigores del clima. Si afuera la temperatura es de 40º, eso padecerán, allí, con los huesos rotos, derrames internos y hacinadas entre el amoníaco de un suelo putrefacto de heces y orines.

A la llegada al matadero las gallinas son colgadas por las patas, en unos ganchos de suspensión, a una cadena que las conduce por las distintas zonas del matadero. Se supone que ahora llega la forma ética de “buena muerte”. Para las gallinas hay, nada menos, que el baño de agua eléctrico. Consiste en la exposición de todo el cuerpo de las aves a una corriente eléctrica que les provoca epilepsia generalizada, dejándolas, dicen, inconscientes. Los vídeos grabados sobre estos crímenes demuestran que esto no es así en la mayoría de los casos. Y entonces es cuando se les corta el cuello a las aves, para que se desangren, pero la cadena avanza tan rápido que muchas gallinas no son degolladas (del todo). Se introduce a las aves en un tanque con agua hirviendo con la finalidad de que su piel se pueda extraer con mayor facilidad. Las que no se hayan desangrado o hayan sido degolladas entrarán vivas y conscientes en el tanque.

Finalmente, los cuerpos sin vida de los pollos son desplumados y eviscerados para su comercialización. Durante todo este proceso muchas aves permanecen vivas y conscientes.

CERDO

Para el cerdo la situación no es mejor. La inseminación se produce de igual forma que para la gallina y los demás animales explotados, mediante violación. Extracción de semen con maquinaria del cerdo e implantación del semen con dolor a la cerda. Las hembras pasarán el menor tiempo posible con sus hijos, en jaulas individuales tan pequeñas que no podrán ni darse la vuelta, no pudiendo establecer interacciones normales con ellos. Los machos ni siquiera conocerán a su descendencia.

La forma de inseminación de la cerda es peculiar, porque para evitar gastos y no 'malgastar' semen, se les somete a dolores intensos, ya que la violación consiste en introducir a las cerdas una sonda llamada catéter por la zona cervical. La zona cervical presenta una serie de pliegues enfrentados como si de los dientes de una cremallera se tratasen. En ese punto se produce una resistencia al avance del catéter, lo que le causa dolor a la cerda. El semen será inyectado directamente al inicio del cuerno uterino; de serlo en la zona cervical, podría expulsarlo. Así, como decíamos, aumentan las posibilidades de fecundación y se reducen costes en semen.

Es común suministrar a las cerdas sustancias hormonales como prostaglandinas para interrumpir el parto y provocarles el celo, en aras de ser destetadas e inseminadas en grupos. También se emplean para la expulsión de fetos momificados.

La amputación de la cola del cerdo es práxis usada en la explotación animal, como la del corte del pico de la gallina, y tiene igual fin. Que no se produzcan canibalismos derivados del estrés. El corte de cola se lleva a cabo nada más nacer. Con tan sólo 24 horas de conocer este mundo, ya absolutamente inhóspito para el bebé, se le coloca una goma en la cola, que le oprime tanto que bloquea el flujo sanguíneo -imaginemos el dolor que esto causa-, con lo que a los pocos días se atrofia y cae, sin que el cerdo tenga la posibilidad de quitarse el elástico a pesar del dolor que le produzca. También se usa otro sistema de idéntica crueldad: con bisturí o corte eléctrico, no empleándose ningún tipo de anestesia, el cerdo se queda sin cola y con un dolor que nadie repara. No siendo suficiente este horror, los ganaderos también retiran los caninos y los incisivos de los hocicos de los cerdos en ese primer día de nacimiento. Y siguen las praxis aprobadas por la unión europea, esas del bienestar animal, absolutamente humanitarias (es ironía, ironía lúgubre, ironía furiosa): el corte se realiza con unas pinzas o alicates, sin ningún tipo de anestesia. Además, las heridas producidas por el corte producen hemorragias e infecciones. Este catálogo de los horrores prosigue con la castración, que en el cerdo mejora el olor y sabor de la carne -la ausencia de genitales-. Se emplea para ello el mismo método que para cortarles la cola, en este caso la goma se sitúa al nivel del nacimiento del escroto.

Qué buen paladar tienen los consumidores de animales, ¿verdad? Porque corazón, ése no tienen ninguno...

Pero digamos la mayor trampa, la verdad que de nada vale: aquí la normativa europea establece que pasados los 7 días de vida la castración debe realizarse por un veterinario y con anestesia. Para el ganadero, que la castración se realice pasado este tiempo es mucho más costoso, por este motivo casi el 80% de las castraciones a cerdos de la Unión Europea se realiza sin anestesia, no habiendo controles sobre esta obligatoriedad de la UE, quien es sabedora de que no se cumple lo impuesto.

Los crotales y tatuajes se usan como sistemas de identificación para muchas especies explotadas. Los crotales son piezas de plástico; se les coloca a los cerdos en las orejas por perforación. Para el tatuado existen varias técnicas, entre ellas unas pinzas con una serie de púas que perforan las orejas de los cerdos.

Los cerdos son alojados en recintos por grupos. Las dimensiones de estos recintos dependen del sexo y del número de individuos que haya en él. Todos estos recintos tienen suelo enrejillado, cuyo fin es evacuar las deposiciones y mitigar las emisiones de amoníaco y otros gases que producen los orines y defecaciones de los animales. Este tipo de suelo les provoca heridas, fundamentalmente en pezuñas y rodillas, que dan lugar a dolor y cojera y que pueden infectarse produciendo inflamaciones purulentas.

Los lechones son alojados en grupos de una densidad de 4-5 lechones/m2. A medida que crecen se les traslada a diferentes recintos y, al alcanzar la madurez sexual, son separados por sexos. Los machos serán destinados a engorde para producción de carne y las hembras a la cría.

Los machos irán pasando por distintos espacios según vayan aumentando de peso, aunque el hacinamiento será la tónica habitual en cualquiera de ellos. Así, las dimensiones varían entre 0,15 m2 para un cerdo de menos de 10 kg y 1 m2 para un animal de más de 110 kg. Para que nos hagamos una idea, si pensamos en una habitación de nuestra casa, que suelen tener unos 10 m2, estaríamos hablando de entre 65 y 10 individuos llenándola, sin salir nunca de ella.

Durante el parto y la lactancia, y también buena parte de la preñez, las cerdas permanecen en unas jaulas denominadas "celdas de maternidad", con suelo enrejillado de cemento. Estas jaulas son prácticamente del ancho de su cuerpo, y quedan inmovilizadas. Estas jaulas están diseñadas para que no puedan impedirles mamar a sus crías ni aplastarlas al acostarse; también impiden que puedan mantener contacto o establecer vínculos con ellas. Pasado aproximadamente un mes, con el destete, vuelven a ser agrupadas e inseminadas.

Los machos son enviados al matadero una vez que alcanza el peso considerado, lo que sucede entre los 170 y 190 días de vida. Las hembras lo serán cuando su capacidad reproductora ya no sea rentable, sobre los 2 ó 3 años de vida, tras una media de 7 partos.

Tanto machos como hembras pueden llegar a vivir en libertad sobre unos 15 años.

Los datos que aquí se exponen han sido extraídos y cotejados tanto de libros y webs abolicionistas como de la misma información que se puede extraer de distintos lugares donde se explica la praxis en los lugares de explotación animal. Para escribir mi poemario "La guadaña entre las flores" hube de leer muchos libros taurinos. Puedo decir que encontré más material contra las prácticas taurinas en los libros netamente taurinos que en los que los critican, porque sin reparo explican lo que hacen, ya que la ley 'de bienestar' les permite y se sienten impunes.

El viaje al matadero del cerdo es de iguales condiciones terroríficas que los viajes de las gallinas y otros animales esclavos de la cadena de explotación.

Todos hemos visto alguna vez un camión de transporte de cerdos pasando a nuestro lado en alguna gran carretera, solo hay que imaginar esa situación por muchas horas.

En el matadero, los cerdos pueden ser gaseados con una mezcla de gas con un contenido de dióxido de carbono superior al 40%, en habitáculos estancos. La pérdida de consciencia no es inmediata y el tiempo dependerá de la concentración de gas, el cual provoca irritación de las membranas de las mucosas nasales, además de hiperventilación y sensación de asfixia antes de la pérdida de consciencia. Todos estos efectos provocan que durante la exposición los cerdos intenten echarse hacia atrás, huir y vocalizar.

O pueden ser asesinados -la variedad de formas llama la atención; es al gusto del explotador- aplicando a los cerdos una corriente eléctrica que les atraviesa el cerebro.

Merece señalar que a los lechones o cerdos de menos de 5 kg, con ellos se emplea un método más rápido, se los levanta de las patas traseras y se golpean sus cabezas contra una superficie dura. Sí, llegados aquí podemos decirlo: estamos hablando de seres que querían vivir y cuyas amputaciones comen, entre risas y fiestas, los humanos llamados civilizados.

Evitaré más detalles, porque, al fin y al cabo, son todos parecidos para los animales destinados a una dieta cruel y antinatural, sólo enunciaré lo que viene en forma sucinta: el degollamiento, colgados de una pata y la introducción en un tanque de escaldado, para retirar de sus carnes y piel esos pelos que al consumidor delicado molestan a la hora de la comida, después, quizá, de recitar el Padrenuestro. Oh Humanidad, la máxima expresión de perfección intelectual en la Tierra, ¿no creen ser eso?

Del verdadero averno, esa es toda la verdad, de allí debió llegar esta bestia llamada humano. El mono que desde que se vistió y se alejó de los bosques, se tornó imbécil y sádico. El enemigo número 1 de la Vida.

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