“Al pan pan y al vino vino”, según Rajoy

Le escuchamos decir al Sr. Rajoy, en su debate de investidura que iba a “decir la verdad sin adornos ni excusas”, que iba a llamar “al pan pan y al vino vino” y los españoles, decepcionados por el gobierno anterior, acuciados por la crisis y faltos de esperanza, le creímos.

Les creímos porque una y mil veces repitieron que sabían cómo sacarnos de la crisis porque “ya lo hicieron en el 96”. Ahora, lamentablemente, todos sabemos que aquellas recetas inmobiliarias no valen y que se limitan a estar a las órdenes de señora Merkel y su errónea política de duros recortes, a la que, como Zapatero a partir de 2010, le presentan los deberes. Por cierto, deberes muy emborronados porque la deuda sigue aumentando, el paro también y los mercados van a la suya sin control con la bolsa en caída libre y la banca, cogiendo cada vez más dinero de BCE, tiene 400.000 millones de exposición al sector inmobiliario (algunos expertos hablan de que las viviendas aun deben bajar otro 40%). Mientras eso sucede Rajoy huye de los periodistas moviéndose pasillo arriba y pasillo abajo en el Congreso y se escapa por el garaje sin hablar de pan de vino ni de nada.

Nos aseguraron que no subirían los impuestos y han tardado sólo una semana en hacerlo, aunque con la excusa de que es “una medida provisional”.

También nos aseguraron que iban a mantener los principios básicos del estado del bienestar: educación y salud. ¿Mantenerlos es hacer impresionantes recortes? Con desfachatez, afirman que no son recortes, que están “reestructurando” la sanidad, sin que ningún médico vea esa reestructuración por ninguna parte y sí reducciones de plantillas, de sueldos, y cierres de quirófanos y camas hospitalarias. Ahora se proponen recortar de ahí otros 10.000 millones. Nos dicen que no serán recortes (palabra proscrita) sino “ajustes para evitar duplicidades y gestionar mejor”. ¿Tan duplicada y mal gestionada estaba una sanidad modélica en el mundo? ¿Dónde están el pan pan y el vino vino?

Nos dijeron que no iban a abaratar el despido. La realidad es que han hecho una reforma laboral “extremadamente agresiva” según han dicho De Guindos al jefe alemán. En un discurso para consumo interno a los españoles nos cuentan que es una reforma “amplia, profunda y equilibrada”.

Ya están en su punto de mira las pensiones y la subida del IVA. Encontraran una razón para explicarnos por qué lo hacen. Tal vez porque tardamos demasiado en morirnos.

Se paseó el Sr. Rajoy por Europa y declaró, sacando pecho, que el límite del déficit para 2012 sería del 5,8%, una decisión tomada dentro de “su soberanía”. A los dos días Bruselas ordenaba fijar el déficit en el 5,3%. Fue curioso escuchar a los ministros manifestarse en tromba expresando que “Europa reconoce la solidez de nuestros argumentos”.

He escuchado al ministro de economía, el pasado 15 de Marzo, declarar que se “aprecian signos incipientes de recuperación”. Después de tanto cachondeo con lo de los “brotes verdes”, me podría reír al escuchar esas palabras si no fuera porque la gravedad de la situación me tiene muy preocupado y no puedo (si pudiera no se me pasaría por la cabeza) ir a Botsuana a cazar elefantes y olvidarme de lo que aquí sucede.

En su manera de decir las cosas, parecen querer tenernos hipnotizados cuando dicen “lo que Ud. llama recortes son reformas” (Rajoy) y que no hay amnistía para los defraudadores sino “gravámenes sobre activos ocultos” (Montoro). El ministro de educación asegura que no son despidos sino “no renovación de contratos”. Curiosa manera de decirnos la verdad y de llamar pan al pan y vino al vino.

Si quien estuvo gobernando fue tachado de mentir y por eso le echamos de la Moncloa, a los nuevos inquilinos, en el poco tiempo que llevan gobernando, ya son alumnos destacados.

Visto lo visto está muy claro que cualquiera que quiera presentarse a unas elecciones lo tiene muy fácil. Solo es necesario tener una jeta impresionante y prometer y prometer y mentir y mentir y mentir, pero afirmando que dice la verdad.

Dado que se puede prometer cualquier cosa sin ninguna obligación de cumplirla, yo voy a dar ideas para las próximas elecciones: Regalar una chalet con piscina y jacuzzi a los que se quieran casar y un viaje a las Bermudas. Prometer que las naranjas se pagaran en el campo a euro el kilo. Prometer que se urbanizará S. Gregori, Santa Bárbara, Pedrera, etc.etc sin que nadie sea capaz de abrir los ojos y ver que S. Gregori está gori, gori, que Santa Bárbara es una barbaridad y que la Pedrera está más dura que las piedras de la playa. ¿Más? Créanse que van a distribuir un elixir de la eterna juventud. No importa que sea una barbaridad. Hay que decir lo que a los votantes les gusta oír. Luego ya hablaremos. Total, ¡si no hay obligación de cumplir nada de lo que se dice!

A mi me encantaría que en la próxima campaña electoral apareciera como candidato un payaso como el Coulouche francés para que, al menos, pudiéramos reírnos con él a mandíbula abierta o mejor que se pudiera meter en la cárcel a quienes presentan un programa electoral y luego se lo pasan por el forro.

¿No se darán cuenta (lo siento por los que quieren leer optimismo) de la gravísima situación de este país? ¿Por qué no se forma un gobierno de emergencia que, sobre la base de recortes asumibles, unos y otros acuerden políticas de impulso económico y de solidaridad con los que más sufren?

Argentina y el recorte de las pensiones
El gobierno ha hecho una piña patriótica anunciando duras medidas contra Argentina y ha acabado dictándolas contra los pensionistas españoles. Rajoy dice que “no le gustan”. Con el fin de ayudarle, yo le propongo otros ajustes/recortes como alternativa que también ayudarían a rebajar el déficit sin hacer recaer la crisis sobre los más débiles: Suprimir las Diputaciones, dejar de gastar en armamento y repatriar a los ejércitos repartidos por el mundo, gravar los signos externos de riqueza, gravar a las Sicavs, perseguir el fraude fiscal, subir el IRPF a las rentas más altas, recuperar el Impuesto sobre el patrimonio,… ¡Sí hay alternativas!