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Por J. P. Enrique
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Reflexiones sobre la emigración

    A raíz de la noticia bien estructurada y clarificadora, como todo lo que sale de la pluma de G. Ríos, publicado en este medio el pasada día 27 bajo el título: “Los robos se suceden…”, después de leer los comentarios de muchos lectores y escuchar las manifestaciones irresponsables de algunos líderes políticos, voy a permitirme hacer algunas reflexiones.

    Hechos y datos.

    • Hace dos meses llevé a mi madre al Centro de Salud y mientras esperaba, vi llegar el coche de la policía municipal que llevaba a urgencias a una mujer mayor, muy excitada “porque un rumano la había dado un tirón y robado el bolso en un paso de cebra”. Me pregunté cómo sin mediar palabra, la anciana podía deducir que su ladrón era de nacionalidad rumana.
    • A raíz del artículo mencionado de G. Ríos muchos de los comentarios de los lectores han dirigido su dedo acusador al colectivo de extranjeros. Santiago Ríos, mencionado en el referido artículo, ha sufrido nueve robos en su alquería y él sabe muy bien que al menos 3 ó 4 fueron cometidos por un individuo que conoce, tiene DNI, es español, y vive muy cerca. Del resto de asaltos sufridos por él, nadie sabe quienes ni de donde son. Con estos datos ¿en base a qué se culpa de forma generalizada a los extranjeros sin papeles?
    • En un estudio sobre la delincuencia, xenofobia y racismo, al que asistimos el año pasado en la UNED, dos compañeros de curso fueron a pedir datos a la policía municipal y volvieron con la información de que “los extranjeros porcentualmente cometen menos delitos que los españoles”. Es por lo tanto una falacia afirmar que “hay delincuencia porque hay muchos extranjeros” y ello a pesar de que los inmigrantes son personas que sufren más que nadie las secuelas de la crisis.
    • España y Europa, envejecidas, necesitan de la llegada de inmigrantes. Lo dicen claramente las pirámides de población.

    Reflexiones y  otros datos:

    1. Los inmigrantes llegan huyendo de las pésimas condiciones de vida de sus países (como nosotros nos fuimos, en otros tiempos, sin papeles a Alemania, Argentina, Brasil, etc.) en busca de un trabajo y una vida digna. Aquí, con una demanda hinchada por la burbuja inmobiliaria, los empresarios necesitaban mano de obra y se produjo el encuentro que fue muy beneficioso antes del estallido del globo.
    2. Los inmigrantes cubren los trabajos que los españoles han rechazado: Nadie quería que su hijo trabajara en una panadería por la noche. Nadie quería ir a coger naranja y ahora se ofrecen cuadrillas enteras de extranjeros a tres euros la hora, por supuesto en negro. Nadie quería cuidar enfermos, y las rumanas vinieron dispuestas a hacerlo por la tarifa nocturna de 300 euros, por supuesto en negro. Nadie quería trabajar en el campo y ahora hay extranjeros que lo hacen por seis euros la hora, por supuesto en negro.
    3. Es decepcionante que a uno le roben (a mi me han robados tres veces en S. Gregori y otras tres se han llevado animales), no por el valor de lo robado sino porque rompen una ilusión. Una gallina vale cuatro/cinco euros, pero para el dueño, el valor es muchísimo mayor, porque hay en ella un cariño y una ilusión, que nada tienen que ver con el precio de mercado.
    4. El robo es un delito tan viejo como los seres vivos (en el mundo animal también se roba) y debe estar perseguido por la Guardia Civil, la policía local y rural. Los políticos que nos gobiernan deben ocuparse del problema, pero sin fomentar con sus declaraciones el racismo y la xenofobia simplista y ciega.
    5. Delito es también consentir pagar una factura en negro. Lo hacemos personas normales como Ud. y como yo, y al hacerlo estamos diciendo: “Yo robo el IVA y tu robas el Impuesto de Sociedades“.
    6. Estaría bien preguntarnos, con la mano en el corazón, qué impulsa a una joven embarazada a abandonar su país y a los suyos, apiñada en una frágil patera en la que puede morir, camino de otro lugar en busca de un futuro que siempre es difícil e incierto, en el que los sueños en lugar de cumplirse se rompen.
    7. El robo es un delito punible que es grave cuando la cuantía es importante y no dejan de serlo los pequeños hurtos, porque al robar en la huerta se derrumba la ilusión de quién planta coles, independientemente de que cada una valga en el mercado un euro.
    8. No vale que los cuerpos de seguridad carezcan de efectivos suficientes y con dotación (eso también es gasto público y también tiene que ver con las demandas de bajar los impuestos) y que una pareja de guardias civiles se presente en una casita destrozada y suelten que “Lo mejor es que Ud. se haga un seguro” o que acudan a uno de los robos de animales que yo he sufrido y digan “Nosotros no conocíamos esta zona”.

    A partir de estos datos, me gustaría que la poderosa e influyente concejala de la policía tomara cartas en el asunto; que cada lector reflexionara  y que los políticos  cuidaran sus mensajes, lanzados con el único fin de ganar votos, para atraerse a los que no quieren ver (y menos reflexionar)  más allá de sus narices y convierten  a los más débiles en chivo expiatorio a sus problemas.

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    comentarios 12 comentarios
    paco
    paco
    08/02/2010 05:02
    omision

    José, discúlpe. Al releerlo percibí un detalle que se me paso por alto. Dice usted" y si el suyo es un camino a seguir" Mi apreciado amigo. No fue un "camino" Fue único camino que encontré para sobrevivir. Agradezco su apreciación, en cuanto "educación y amabilidad. Ignoro si soy educado y amable, pero le aseguro que humilde y respetuoso si lo soy. El que a los setenta y cuatro años no se ubicó Es un huerfano de la Vida.

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