Las opciones de Burexport
Estuve, como socio, en la junta general de Burexport y salí con las informaciones que nos dio la Junta Rectora, entre las que destaco el decreciente número de socios que es la causa principal de que se incrementen los gastos generales por kilo de fruta de la Cooperativa. Salí preocupado, a pesar de la inyección de moral, en forma de castillos en el aire, que el Presidente y el Gerente se esforzaron en transmitirnos: Paneles solares, gasolinera y reducción de gastos de personal.
He concluido, tras la Asamblea, que las perspectivas son demasiado difíciles como para que los dirigentes no se paren a analizar todas las opciones de futuro con detenimiento.
Es evidente que las asambleas han dejado de ser las multitudinarias de antaño. En otros tiempos más boyantes, no se necesitaban cinco empleados para atender a los socios, ni se contempló nunca la conveniencia de instalar una pantalla gigante, y los socios aceptábamos estar sentados sobre cajones de naranjas en lugar de sillas alquiladas. Las asambleas son hoy más cómodas para la mesa y los asistentes, eso es cierto, pero hay una sangría de socios de la que no hace falta dar datos para saberlo. ¿Qué ha sucedido para que ocurriera eso? ¿Siguen pensando los miembros de la Junta Rectora que la pertenencia a la cooperativa es algo voluntario y que el que no esté a gusto que se vaya? Me da la impresión de que si.
He dicho que la Junta, tanto en esta asamblea como en las anteriores, está tratando de ilusionar a los socios en proyectos y en la “probable” venta del almacén de Cohobo que ya huele a arroz quemado, por no haber aprovechado el momento, de vender en los primeros meses siguientes a la fusión.
En el turno de ruegos y preguntas, los socios, en sus intervenciones, aportaron muy poco, ya que ni siquiera hubo exceso de crítica en sus parlamentos. Que nadie se lleve a engaño. No es la realidad. Cuando la crítica no florece, se piensa y se actúa en voz baja. Lo traduzco en dos ejemplos: Tenía un socio a mi derecha que decía tenerlo claro: “La semana que viene me doy de baja” y otro detrás que decía lo mismo: “Lo tengo decidido, me doy de baja ya”.
Con una situación de crisis tan grave como la que atraviesa nuestro país y en un momento particularmente no menos grave para esta cooperativa (puede enfadarse quien quiera y seguir con la cabeza escondida en el ala, pero es la realidad), los dirigentes deben de ser conscientes de la situación y a partir de ahí tomar decisiones adecuadas por duras que sean. Mi opinión es que se olviden de mirar atrás con reproches, ya que no es el camino para solucionar nada: Primero fue el Gerente anterior al que había que denunciar; se sigue insistiendo en la deuda pasada, para continuar culpando a los tasadores. ¡Basta ya!
Con los pies en el suelo Burexport debe reflexionar sobre las tres opciones, y solo tres, de que dispone:
1) Fusionarse, bien con alguna cooperativa del entorno o llegar a un entente con la Cooperativa de San José, para aunar esfuerzos, reducir gastos y remar juntos en la misma dirección.
2) Disolverse.
3) Continuar, sorteando en el tiempo, la situación. Disponen de un pequeño margen de maniobra para recortar el incremento de algunos gastos generales y que no pasen, rápidamente, de 11 céntimos/Kilo a 13 y luego a 15, pero… ¿qué pasará cuando comprueben que los gastos siguen subiendo por el goteo de socios? ¿Hasta que nivel se lo pueden permitir?
Si la opción hubieran decidido que fuera esta última, ante la dificultad de vender el inmueble de Cohobo, pienso que deberían centrarse en alcanzar un acuerdo con el Ayuntamiento para que lo destinen a Parking de camiones y a almacén de los vehículos retirados por la policía municipal. Hablo de un alquiler justo que beneficie a la corporación y alivie las cargas de la cooperativa, evitando a la vez desprenderse de un patrimonio que no es ni fácil, ni conveniente , venderlo en estos momentos, tal como está de hundido el mercado inmobiliario.
Sabemos de las dificultades que tiene también nuestro Ayuntamiento pero puede ser un objetivo a trabajar con los partidos políticos en las próximas elecciones municipales, porque podría ser de interés para ambas partes y hay argumentos de peso: 1) La conveniencia de tener los campos cultivados y 2) La cantidad de puestos de trabajo que la cooperativa genera. Si mi propuesta no es buena, se puede cambiar por un Museo Fallero, un Llar Fallero, un centro de actividades juveniles o un Salón de jubilados.
Después del rechazo que a buen seguro provocará mi escrito en la Junta Rectora, espero que el paso siguiente sea una reflexión en profundidad de la situación.
Mientras tanto, yo que me impliqué muchísimo en la creación de Cohobo, siento pena de que Burriana pueda abandonar aun mas el campo y quiere creer en la esperanza de un futuro posible.
¿Quien te ha dado ese razonamiento tan sensato? Las coop. coo los comercios tienen variedades para servir fruta a sus clientes de Octubre hasta mas allá de Marzo. Y ademas disponen de cámaras de frio para regular la fruta. Lo sensato para mi es pensar que no todo lo publico o colectivo es malo y lo privado es de matricula de honor.