El mercado, algo así como un Dios
Agáchese Ud. un poquito. Un poquito más por favor. Así, así está bien. Va notar algo duro. Le va a doler. No se preocupe. Es por su bien. Tiene que acostumbrarse. Ya verá que con el tiempo se va acostumbrando.
¿No sabe quien soy? Soy intangible y etéreo, pero estoy aquí a su lado y en todas partes. Soy real. Soy el mercado, los mercados. Es necesario que usted no se desespere para que yo esté tranquilo, para que los mercados estemos tranquilos. De ese modo se ganará Ud. mi confianza. Tranquilo, agáchese y aguante, aunque le duela, aunque no le guste, aguante.
¿Todavía soy para Ud. un desconocido? ¿Aún no tiene claro quien soy? Se lo explicaré con mayor detalle. Yo soy quien metió en su casa mucho dinero. Usted creyó que era suyo y vivió muy holgadamente, demasiado holgadamente; tanto, que hasta se puso a derrochar más de lo previsto. Usted y sus amigos compraron casas nuevas, coches nuevos, vestidos caros, móviles nuevos, televisores nuevos y gastaron en joyas y en viajes exóticos. ¿Se da cuenta? Vivieron en una nube, creyendo que esa riqueza era mérito suyo. No era suyo el mérito, no era suyo el dinero. Era nuestro dinero, nuestro dinero ¿lo entiende?.
Ahora nosotros, el mercado, los mercados, hemos decidido que nuestro negocio ya no está en darles más dinero para que sigan gastando y para que las casas y los terrenos suban, sino en quitárselo como hemos hecho en Grecia, Irlanda, Estonia, Suecia, Italia y Portugal, siguiendo criterios de obtener el máximo beneficio, dentro de la libertad de mercado que nosotros utilizamos para rentabilizar nuestras inversiones, como no podría ser de otro modo.
¿Me considerará Ud. arrogante si le digo en secreto que yo soy algo así como un Dios? Un Dios que no es misericordioso, ni siquiera justo; pero sin duda el Dios más grande y venerado al que adoran, con mucha fe, millones de personas en todo el mundo.
¿Ya tiene claro quienes somos? ¿Ya sabe quién es el mercado? Le añadiré algo más: el mercado es el poder por encima de los demás poderes. El mercado es el que nunca se equivoca. Sólo las malas lenguas pueden hablar de que nuestras agencias de calificación no supieron prever el derrumbe de Leman Brothers. Sólo algún despistado como Sarkozy podía decir, en un lapsus, que “había que reformarnos”. Sólo falsas teorías pueden acusarnos de que la culpa de la crisis es nuestra y no de quienes como Ud. han gastado demasiado. Solo los ciegos pueden acusarnos de que estamos haciendo subir las materias primas. No entienden. No entenderán nunca que el cobre, la harina, la plata y el petróleo valen mucho dinero y que irresponsablemente Ud. y sus amigos (y hasta los habitantes de Mali) han estado comprando el pan demasiado barato.
¿Se va Ud. enterando de algo? Ahora nuestros delegados territoriales que Uds. llaman “gobiernos democráticamente elegidos”, sean conservadores, liberales, socialdemócratas o socialistas, van a proceder a situar a todos Uds. en su sitio rebajándoles lo que se ha dado en llamar “derechos sociales en la Europa del bienestar”. Nos hemos dado cuenta de que las empresas pagaban demasiado a sus empleados y que ustedes gastaban en exceso el dinero. Se jubilaban demasiado pronto. Disfrutaban de escuela y sanidad gratuitas. Hay que corregir todo éso. Hay que corregirlo sin demora.
¿Se da cuenta de la cantidad de errores que Uds. han cometido? ¿Se da cuenta de que han querido disfrutar de excesivos privilegios que no les corresponden? ¿Todavía no lo entiende? Pues su ignorancia y estupidez ya me están empezando a cabrear. No pienso darle más explicaciones y aunque no lo entienda, hágame el favor. Agáchese un poquito. Va a notar algo duro. Va a sentir dolor. Tal vez no le guste. No se preocupe, tiene que acostumbrarse y debe ayudar a que yo, el mercados los mercados, no nos pongamos nerviosos y nos relajemos. Es lo mejor para todos. Mientras tanto les dejamos que se distraigan peleándose entre Uds. culpando primero a Zapatero(el que dice estar inmolándose para salvarles sin que le hayan pedido que les salve), luego a los inmigrantes, luego a los jubilados y luego a los jóvenes que están parados durante muchos años y esperan cobrar una jubilación sin haber cotizado. Distráigase pero sin protestar y eviten meterse en algaradas, mientras nosotros, los mercados, ponemos orden en todo este caos que solo usted y muchos como usted han creado.
No sé si se ha enterado de algo. Ya basta. No me entretenga más que estoy muy centrado en mis negocios en Portugal, España e Italia, comprando deuda cada vez con mayor prima de riesgo. En Grecia hemos logrado obtener casi el 10% de rentabilidad y en Portugal ya obtenemos más del 6%. Es una alta rentabilidad, sin apenas riesgos, fruto de nuestro trabajo y dedicación. Nadie nos está regalando nada. No lo entiende ¿verdad? Olvídese y haga el favor de agacharse un poquito más y vayamos a lo nuestro. Usted preocúpese de que yo me relaje. Agáchese y aguante, aunque le duela, aunque no le guste, aguante. Lo demás es cosa mía. Yo sé poner las cosas en su sitio.
Tiene Vd. razón, las cosas desgraciadamente van a seguir igual (de mal) durante años, razón de más para no detenernos. Personalmente veo el futuro más cercano negro pero no insalvable y eso me anima a seguir adelante aún a pesar de ser uno de los rehenes de los bancos para los próximos 20 años.