El mejor lugar del mundo para vivir
En el mundo hay un país en donde la sanidad es universal y gratuita. Un país que es líder en donaciones de órganos, trasplantes, fecundación asistida y detección precoz del cáncer. Un país al que las estadísticas destacan en Europa por ser tolerante. Un país en donde existe la mayor esperanza de vida solo por detrás de Japón. Un país repleto de playas con bandera azul a donde acuden millones de turistas de todo el mundo en su tiempo de ocio a tomar el sol y a conocer su historia, su patrimonio y su riqueza paisajística. Un país con un extenso entramado de autopistas y con la segunda mayor red del mundo de trenes de alta velocidad. Un país de grandes cocineros (206 de ellos figuran en la guía Michelin) en el que nacieron grandes artistas como Goya, Picasso, Sorolla, Dalí, Miró y Antonio López. Ese país es el de Machado, Unamuno, Cervantes y Berlanga. En ese país sus gentes son apasionadas y pasan muchas horas pensando y hablando sobre todo de fútbol.
Ese país ha alumbrado el nacimiento de la empresa textil más grande del mundo y dispone de una tecnología punta en drones y robótica. Es un país líder en energías renovables. Un país en el que su lengua es la segunda más hablada del mundo y en el que también se habla el gallego, el catalán y el euskera. Un país de países. Un país de contrastes. Un país con crestas nevadas y con suelos aptos para cultivos tropicales.
En ese país, sus gentes se levantan cada día con el anuncio de un nuevo caso de corrupción pero a la vez tiene jueces capaces de haber metido entre rejas a un general golpista chileno y de haber procesado a políticos y a los banqueros Conde y Rato (con González esperando turno) y hasta de juzgar y condenar a un miembro de la realeza, aunque luego cumpla su condena en una cárcel de oro. Esos jueces se han atrevido hasta con los más grandes y venerados futbolistas aunque hayan acabado pactando con ellos para que paguen y no entren en la cárcel, no sea que los hinchas se enfaden y asalten los juzgados.
En ese país hay una ciudad de 35.000 habitantes fundada por los árabes en el s. IX con 17 Kms. de costa que, sin saber cómo, ha logrado estar al margen de la especulación. La ciudad está anclada en un pasado más lejano que sigue vivo en los yacimientos fenicios de Vinarragel.
En esa ciudad sus playas limpias y tranquilas son muy accesibles y han sido bautizadas con los nombres de El Arenal, Grao y la Malvarrosa. Milagrosamente, en esa ciudad, se ha conservado su costa porque no se han permitido construir torres de apartamentos en primera línea que habrían volcado su sombra en la arena. Tiene un puerto deportivo y está bien muy comunicada por carretera, tren y autopista, y a solo 60 kilómetros de Valencia, cerca de un aeropuerto importante y otro construido por un delincuente, caprichoso y dilapidador, que sirve ahora para pasear y que antes fue muy útil para repartir dinero público.
Muy cerca de la ciudad hay un hermoso paraje natural llamado Clot de la Mare de Deu que milagrosamente se conserva virgen, sin edificaciones en sus laterales. El paraje se extiende hasta el mar y es ideal para recorrerlo envuelto en una naturaleza idílica en la que se abrazan aves, peces y vegetación.
Desde esa ciudad, conocida con el nombre de Burriana, se puede practicar el senderismo de montaña con solo desplazarse a escasos kilómetros en donde está la Sierra de Espadán y más allá el pico de Penyagolosa. Es una ciudad llana y por tanto ideal para desplazamientos en bicicleta, aunque la pereza de sus habitantes, anclados en hábitos insanos, llena sus calles de coches.
Un hospital, el de La Plana, está a solo 4 kilómetros, en Vila-Real, comunicado por una carretera con un carril bici en uno de sus laterales. Dicha carretera facilita que muchos ciudadanos puedan desplazarse a trabajar hasta una serie de industrias situadas en las poblaciones cercanas de Onda, Alcora o la ya citada Vila-Real.
Entre lo más destacado del patrimonio de Burriana está la Iglesia gótica de El Salvador (siglo XIII) y en su entorno las viviendas modernistas construidas a principios del siglo pasado en años de esplendor agrícola en los que hubo hasta 400 comerciantes de naranjas. Hoy esa fruta ha muerto sin querer morir y sin que nadie empuje otras alternativas.
En esa ciudad conviven, con la mayoritaria religión católica, otras como la musulmana, además de testigos de Jehová y cristianos ortodoxos, religión esta última que ha traído la numerosa colonia rumana llegada en los años del empuje de la construcción.
La ciudad dispone de numerosas instalaciones deportivas como campos de futbol, la Escuela del mar, club de tenis, frontones, trinquete y piscina. La enseñanza la cubre una red de institutos y colegios públicos y concertados. También hay una escuela pública infantil y centros para la educación de adultos y de jubilados. El CEAM y los espacios culturales de la Merced completan la infraestructura.
Es una ciudad festiva. Destacan las Fallas de san José, las fiestas de San Blas, las Cruces de Mayo y las fiestas de la Misericordia. En verano se celebra el Arenal Sound, festival destinado a un público muy joven.
Su clima suave y sus tierras fértiles permiten cultivar todo tipo de hortalizas y se pueden plantar chirimoyos, aguacates, tamarindos,... El suelo agrícola sigue solapado a la naranja mientras los agricultores, arruinados, y los políticos tratan de justificar esa ruina buscando falsos culpables: una vez la sequia, otra las lluvias, otra las importaciones.
Es una ciudad en donde habita el sol y el invierno pasa sin detenerse. Es una ciudad sin huracanes, sin tsunamis, sin temperaturas extremas, sin heladas invernales… Las lluvias torrenciales son una excepción.
Burriana tiene como hijo más célebre a Vicente Enrique y Tarancón un cardenal alejado del franquismo que estuvo muy cerca de ser Papa. Hoy un burrianero, Manuel Borja-Villel, ocupa el puesto de director del Museo Reina Sofía.
A pesar de los gobernantes que han intentado dañarla con planes urbanísticos faraónicos; a pesar del error de haber instalado una depuradora pegada al mar que incompresiblemente sigue ahí; a pesar de la acequia del Palau a la que demasiados cierran los ojos para no ver lo que en ella se vierte; a pesar del abandono de muchos campos, Burriana es sin lugar a dudas el mejor lugar del mundo para vivir y Burriana avanza incrementando la plantación de árboles y acercándose al puerto con una acceso peatonal y de bicis.
Los que habitan en Burriana no necesitan ponerse la etiqueta de chovinistas o de narcisistas para poder decir que es, como dicen todos del lugar en donde han nacido, “el mejor del mundo”, porque Burriana es, con datos contrastables, el mejor lugar del mundo para vivir, ya que, además de estar ubicada en un país que es ejemplo de muchas cosas, ocupa en él su mejor y más privilegiado rincón.
Ese país y esa ciudad deben seguir siendo espacios de convivencia y de tolerancia.
LOS TAXISTAS SON TONTOS
Digo que son tontos porque tienen en sus manos solucionar sus problemas y no se enteran. La solución es sencilla: basta con que el líder de su sindicato se autoproclame presidente del país para así, con el poder, dictar las leyes que más convengan a sus intereses. Que no se preocupen que al momento será reconocido por Trump. Para lograr su apoyo lo único que tienen que hacer los taxistas es abrir los depósitos de gasolina de sus coches con el fin de que el presidente de EEUU pueda olerla. Ante ese perfume, los inquilinos de la Casa Blanca, sin que se sepa por qué, sienten unas ganas incontenibles de utilizar su ejército y luchar contra las dictaduras exhibiendo la bandera de la democracia y de las libertades que solo guardan para esas ocasiones.
Incluso sin gasolina, el modelo le puede servir a Casado para proclamarse presidente al ser, el de Sánchez, un gobierno ilegal.
IMPUTADOS, PERO NO TODOS
No todos los concejales del Ayuntamiento de Rita Barberá eran corruptos. No todos. Faltaba uno que daba la nota y ya no la da porque acaba de ser imputado. Voces sabias dicen ahora que todo eso pasó hace mucho, mucho tiempo.
Es cierto J.P, tambien estudié en los Salesianos de Burriana y de Valencia y nos pasaba lo mismo, es más en Valencia hablar valenciano era de churros y pueblerinos. En un grupo de amigos que tengo, hay uno de Villanueva de los Infantes que habla perfecto el valenciano, incluido el acento, en cambio una amiga de Oliva no habla nada en valenciano