¿Jesús o Barrabás?
Cuando, hace dos mil años, un político llamado Poncio Pilatos tuvo que tomar una decisión importante, consultó a su pueblo. Quería que su pueblo le dijese, entre dos reos, a cual debía soltar y a quien condenar. Que decida el pueblo -se dijo- y a su pueblo le hizo esta pregunta. ¿A quien queréis que suelte a Jesús o a Barrabás?
No hay datos exactos sobre el número de votos a favor, en contra, en blanco y abstenciones, pero la historia dice que el pueblo abrumadoramente eligió liberar al ladrón y condenar a Jesús.
Los estudiosos que, desde entonces han intentado buscar una razón válida sobre el porqué en esa y en otras votaciones que han tenido lugar en algunos países, a lo largo de la historia, la gente prefiere mayoritariamente indultar al ladrón. Esos estudiosos siguen sin encontrar una respuesta válida.
En busca de explicaciones, los más aduladores prefieren decir que los ciudadanos “son sabios en sus decisiones y que nunca se equivocan”. Yo, que nunca fui ni soy adulador, expreso mi convencimiento de que eso no es cierto. El ejemplo más clarificador fue el de Adolf Hitler elegido con el voto de los alemanes y que luego derivó en el horror que la historia cuenta con todo detalle.
Tampoco parece ser válido el argumento de que el pueblo elige “al menos malo” de entre las opciones que le dan. No creo que en el caso que cito de Barrabás, un ladrón convicto y confeso, la opción votada de dejarle libre fuera mejor o “la menos mala” entre él y el otro candidato llamado Jesús de Nazaret. Francamente me niego a creerlo.
Otro argumento en el que también se insiste hoy, dos mil años después, es de que “no pueden ser ignorantes o torpes las miles de personas que apoyan una elección de manera mayoritaria”. Aunque, francamente, no tengo nada claro que no pueda sea así, ya que mi razón me dice que si una persona puede equivocarse es previsible que un millón de ellas también puedan estar equivocadas, o al menos buena parte de ellas. Nada induce a pensar que lo que es válido para una unidad no puede serlo para un montón de unidades.
Los sicólogos tienen trabajo. Los que realizan estudiosos demoscópicos deben afinar sus datos y todos deberíamos, cuanto menos, dudar de las primeras conclusiones que sacamos demasiado rápido sin mas base que los propios intereses o afinidades ideológicas.
A mí, lo confieso, me resulta cuanto menos bochornoso e incomprensible que pudiendo elegir entre más opciones se opte por un ladrón. Yo nunca hubiera liberado a Barrabás (y mucho menos le hubiera puesto a administrar los negocios de mi familia). Yo me habría decantado por la segunda opción aunque fuera menos pragmática y tuviera más sueños que realidades.
Cert Adolf va ser votat pel poble sota la batuta dels Rotschilds, Siemens, Krupp... No el va elegir el "poble" van ser els Juan Marchs alemanys per aturar el "comunisme". El mateix Francisco o Benito. Els Allende, Sankara, Lumumba, Ben Barka, també van ser elegits o en camí, però no eren com els tres FMH i els van assassinar els "demòcrates". El poble vota als fariseus, sobre tot els de la meua edat o més grans.