¿Un impacto de 31 millones?

Según fuentes de la administración local, se nos ha dicho y repetido que el Arenal Sound tendría y que ha tenido, un impacto económico de 31 millones de euros.

Ante tamaño montante de dinero que los sounders iban a dejar en nuestra ciudad, no han sido pocos los que, apretados por la crisis, se han decidido a alquilar un local o a abrir un negocio en su casa, contratando a parados y sorteando las trabas administrativas, en busca de unos ingresos necesarios.

¿Desde el Ayuntamiento han puesto fácil la apertura de pequeños negocios? No, para nada.

¿Los Saunders se han dejado 31 MM de euros? No, ni de coña. Ni de coña me sale que cada visitante haya gastado 117 euros de media al día.

Realmente ha habido una masiva entrada de asistentes que ha batido todos los records. Se habla de 265.000, pero en su mayoría eran chavalines que, con nuestra oferta rompedora, se han pasado una semana de vacaciones disfrutando, por solo 50 euros, de diversión, música y playa. ¿Hay alguien que puede ofrecer más por ese precio? Evidentemente no. Es lo que yo pienso y lo que me han corroborado también dos mujeres encargadas de mover a 9.000 personas traídas en autobuses desde toda España. “Muchos -me decían- han venido con 15 euros/día y necesitan comprar tabaco porque están enganchados.”

Con tan poco dinero en sus bolsillos, está muy claro que las cuentas no salen. Los que sí pueden han venido en taxi y han pernoctado y comido en Castellón o Benicasim, en donde hay infraestructura hotelera.

Los emprendedores de aquí se asustaron el primer día; despidieron a algunos de los trabajadores contratados y para ganar clientela bajaron sus precios de forma temeraria: la botella grande de agua fría 1 euro, la cerveza 1 euro, el café 1 euro, etc. Precios que no se encuentran en ninguna parte salvo en el bar del Congreso de Diputados.

Los supuestos portadores de 31 MM de euros traían el botellón de casa y se suministraban la comida en Mercadona, principal beneficiaria, además de los organizadores, de los dineros que realmente han entrado.

¿Dónde ha quedado la calderilla? En las multas que el Ayuntamiento ha puesto y en los bolsillos de los funcionarios encargados del orden y la seguridad que, con las horas extras realizadas han mitigado la paga extra que el gobierno les ha arrebatado y a los que quiero felicitar porque han logrado que el tráfico funcionara aceptablemente bien.

¿Qué costes hemos soportado todos? Los propios de una ciudad que ha duplicado su población: basura, limpieza, agua, seguridad, sanidad, etc. etc.

Se fue el festival. Es el momento de reflexionar serenamente y de plantearse una serie de cuestiones: ¿Hay que seguir batiendo records de asistentes con bajadas temerarias de precios? ¿Hay que seguir llamando campings a lo que no lo son? Si queremos que se conviertan en eso ¿No sería el momento de plantar árboles como hicieron hace años un grupo de inquietos burrianenses del CIT de Burriana? ¿Pueden seguir trabajando los comerciantes con precios tirados? ¿No sería el momento de facilitar la instalación en la ciudad de infraestructuras como campings u hoteles? ¿No será el momento de convencernos de que esta ciudad tiene en el desarrollo turístico un potencial jamás explotado? Aprovechando un Festival que nos hemos encontrado ¿No sería el momento de buscarle una ubicación y unas condiciones adecuadas?

Para acabar quiero referirme a una anécdota de las muchas que debe haber dejado esta 4ª edición: Pasan tres jóvenes por delante de un bar. Uno de ellos mira un cartel en donde pone “Un café un euro”.

-Oye mirad -le dice a sus amigos- un café un euros ¿entramos?

-¿Tú tienes un euro? -le contesta su compañero-

-No

-Pues entonces sigamos.

ELLA, MI MADRE

Verano tras frio invierno/ Vencejos surcando el cielo/ Días de inmenso dolor

Hoy, a tu lado, transcurre mi vida que es tu vida. Ahí están guardados mis recuerdos y los tuyos que mil veces me contaste para dejarlos bien grabados con duro bronce en mi memoria.

En estas tristes horas a tu lado florecen los primeros años de mi infancia; los difíciles y lejanos de la pubertad, los años mozos y mi alojamiento al lado de otra madre, de otros hijos. Atrás, madre, quedan sueños, vida, tiempos pasados y amor, mucho amor.

Hoy cobijada en el lecho de tu oscura habitación, el húmedo aire, lo compartimos los dos.

¿Te acuerdas madre, te acuerdas del día en el que nací yo? Yo he sentido y aun siento, madre, torrentes de inmenso amor.

Espera, aun no te vayas. Aun no te vayas, aún no, déjame decir te quiero, déjame decirte adiós. Déjame besar tu frente, déjame darte calor.

Lejos del suelo infinito, a donde tú te encaminas, guárdame un sillón vacío para sentarnos los dos.

¡Oh dioses!, ¡Oh inmenso cielo! ¡Oh creencias! ¡Oh mi Dios!, que la vida es solo sueño entre un eterno lejano y otro que ya comenzó.

Silencio, la noche es larga. En mi corazón dolor.

Ya repican las campanas y en su repicar golpean mi alma, diciendo, diciendo adiós.

Una música lejana. Suena una vieja canción: “Tantos recuerdos y tanto dolor, alrededor de la mamá.”

Verano, tras frio invierno. Vencejos surcando el cielo. Días inmenso dolor.