Los grupos políticos en El Pla / Un honorable a prisión
Leo el boletín municipal “El Pla” de noviembre deteniéndome en la página que cada grupo tiene reservada. El grupo socialista nos habla de “no haber incrementado los impuestos salvo el de basuras y que han aprovechado para modificarlos para no pague igual una gran superficie que una pequeña cafetería y para que no la paguen los afectados por la pobreza energética.” Hablan de accesos para minusválidos, de la carretera del puerto, el IES Llombai, de la expropiación de terrenos para el carril bici del Grau, de haber incrementando las ayudas para emergencias; de la mayor dotación de recursos para servicios sociales y del incremento de 270.000 euros en la partida de ocupación de personas desempleadas. Dicen que han reducido el endeudamiento hasta un 38% y de que se proponen introducir un bus urbano.
Los dos socios que conforman el gobierno añaden en sus planes de futuro los 5 MM logrados en fondos FEDER, la rehabilitación del mercado y de la Casa de la Cultura, el previsto carril bici al Grau, las actividades culturales, el apoyo al comercio local, el Museo fallero y las negociaciones para que no se corte la luz o el agua a las personas con dificultadles económicas.
Hasta ahí, el detalle de realidades y proyectos. Poco que añadir a lo expuesto.
Cuando entro en la página de los partidos que ejercen de oposición sí me llama la atención que hablen muy poco de lo que dice el equipo de gobierno que han hecho si exceptuamos afirmaciones generalistas como que “están empeñados en recaudar” y de que “hacen caja e invierten los ahorros de los vecinos en sus propias necesidades”.
Lo que sí me llama realmente la atención es que PP y Cibur recalquen muy mucho sus preocupaciones en temas sociales.
Los de PP, en su página, acusan al tripartito de que “no sitúan a las personas por delante de los intereses de partido”. De que les parece poco el incremento de 50.000 euros “para un partido que era el de las personas”. Hablan de que “la cola del SERVEF contabiliza 2.422 dramas en nuestra ciudad”. Repiten que “el trabajo y la emergencia social, prioridades establecidas por el PSPV y sus socios de gestión, han dejado de ser urgentes” “Parece -siguen diciendo- como si en Burriana los desahucios, la malnutrición y el desempleo formaran parte del pasado”.
Por su parte Cibur critica (yo lo comparto) una barbaridad que viene de los tiempos de Ferrada: los 323.000 euros destinados a fallas y, algo mucho más grave, los 60.848 que cuesta el alquiler del local para actividades falleras. También se oponen (algo que yo no comparto y que reclamé en mis escritos) a la creación de un bus municipal interurbano. A partir de ese apunte hablan de “adoptar cualquier medida tendente a reducir el nivel de pobreza en nuestra ciudad”. Una expresión que puesta en boca de alguien etiquetado sonaría a extremismo radical puro y duro o sería tachada de populista. Añaden que “se siguen embargando cuentas. Se siguen practicando desahucios”.
Ante la preocupación de los partidos de la oposición por el entorno social y su preocupación por los desahucios y la pobreza no siento sino satisfacción.
¿De verdad todos los partidos quieren hacer “lo que sea” para atender las necesidades sociales más urgentes? ¿De verdad quieren solucionar la malnutrición y el desempleo y los desahucios y los embargos? ¿De verdad creen que lo primero es ayudar a los vecinos que más sufren las consecuencias de esta dura crisis?
O hemos cambiado mucho no dicen toda la verdad, porque ayudar a la gente es disponer de recursos públicos y eso no se logra por la vía de bajar impuestos directos e incrementar los indirectos, ya que éstos también los pagan los que compran poco más que pan y leche. ¿Están todos realmente de acuerdo en las políticas sociales que habría que hacer?
Prefiero pensar que dicen lo que dicen porque las cosas han cambiado y ahora mismo todos tienen la misma preocupación social que sentimos los que, desde siempre la hemos sentido y por ello hemos sido tachados de extremistas y radicales. También de arruinar a las arcas públicas.
Estando todos de acuerdo en la necesidad de favorecer a las personas, entiendo ahora que las críticas y los argumentarios de los centros de decisión de los partidos se centren en un chiste grosero, en una cabalgata, en unos aseos para atender a las minorías transexuales, en una beca o en unos titiriteros. ¡Es lógico! De alguna forma hay que contentar a sus bases más radicalizadas y atacar a los adversarios políticos para intentar ganar votos.
JOSE LUIS OLIVAS, UN HONORABLE A PRISIÓN
José Luis Olivas, un mediocre con mucha ambición, tuvo los apoyos necesarios para situarse al frente de Bancaja. Desde ese puesto fue generoso con sus coleguillas del partido y sus amigos. A todos les fue dando préstamos, sin garantías ni control, tras apartar a los profesionales que trataban de imponerle prudencia y profesionalidad.
A su lado pululaban lameculos como el presidente de la Asociación de jubilados que hasta se atrevió a crear, expresamente para él, “la Medalla de oro la Asociación de jubilados”. Iba a imponérsela en una comida de gala que se anuló en el último momento por el rechazo de algunos jubilados que trasladaron su queja a la asociación y a la prensa preguntándose qué méritos había que atribuirle a una persona que había arruinado a una gran Caja para acabar poniéndola en manos de otra entidad llena de agujeros.
En el primero de los juicios le ha caído pena de cárcel por falsedad documental, multa de 151.800 euros y el pago de 150.000 a Hacienda. Le esperan la quiebra del Banco de Valencia, las inversiones en México que produjeron un quebranto de 250 MM, el caso Bankia y los manejos accionariales en el Valencia CF.
Olivas ha sido uno de los artífices de la quiebra de las grandes Cajas de Ahorros de este país. Para reparar todo el daño (60.000 MM) y la ruina de unas entidades centenarias y la destrucción de miles de puestos de trabajo, que él y otros como él han causado a las cuentas del Estado haría falta que su patrimonio fuera el de Bill Gates. No le dio tiempo. Golpe a golpe se le derrumbó una estructura que, pese a ser muy sólida, no pudo soportar tantas sacudidas.
Con saqueadores como el “Molt Honorable” no sé cómo podemos perder el tiempo preocupándonos por titiriteros o roba gallinas.
Com es nota la puntuació al teu article de la "bona gent"!