La Gran Falla de Valencia
En la Gran Falla de Valencia se ve en una escena a la alcaldesa llena de “el caloret de l´hivern”. La alcaldesa modelada en forma de ninot, de ningún modo logra superar al personaje real de cuyas groserías hay una larga hemeroteca. De su gestión levantan acta los escándalos que la rodean: El Gürtel se movía a placer por sus estancias y ella simplemente recibía unos bolsos sin importancia. Pasó Urdangarín y tampoco supo nada. Ni sabía nada de unos negocios ruinosos en que participaba asociada a Francisco Camps. Ni nada de nada. Si Esperanza Aguirre no se le hubiera anticipado “a destapar el Gürtel” seguro que el tanto se lo habría apuntado ella.
Alfonso Grau, su segundo de a bordo, es también un personaje de falla muy digno de estar ahí. Es un político chulesco, muy al estilo de los que miran hacia abajo desde su elevada órbita y dicen: “Ud. no sabe con quién está hablando. El delincuente lo será Ud. ¿se entera? Y no hablo más porque no me da la gana.”
Rita y su equipo, en la falla, se emocionan con la traca y la “Cheperudeta”, se mueven al son de la música, se envuelven con la bandera, lucen naranjitas en la solapa, cantan entre lágrimas el himno regional, gritan vivas a Valencia… y destrozan la lengua, se olvidan de los naranjales y destruyen el patrimonio urbano y la huerta, a la vez derrochan recursos púbicos.
Con un estilo muy diferente al de Grau, otro personaje destacado en la falla, José Luis Olivas, oculta sus altas ambiciones con su aparente modestia. Este señor ha sido sobre todo un hombre de partido, una persona fiel y leal a los suyos. Tiene pinta de pueblerino bonachón, y encajaría muy bien con una boina, en cualquier taberna de cualquier pequeño pueblo jugando un partida al tute, pero Olivas, tras esas facciones esconde ambición, mucha ambición. Fue Presidente de la Generalitat y cuando se prefirió situar en su puesto a Camps, a él le compensaron con que viera satisfecho su deseo de ser banquero.
José Luis Olivas, sin ser inteligente, sabía hacer una cosa muy bien: recoger y acatar las órdenes si venían desde arriba “Mira José Luis, prepara un acuerdo para que Bancaja invierta 125 millones en comprar un terreno en el Caribe. Cuando esté aprobado me lo dices”. De forma tan simple y sencilla se saqueaban a Bancaja 76 millones que luego iban desviados a cuentas en Andorra y en Suiza.
No fue un pelotazo, fue un rosario de pelotazos. En total Bancaja perdió en el Caribe 300 MM. En Terra Mítica 300. En equipos de fútbol 200. Con empresarios como Ortiz 510. Total 1.700 millones de euros, solo en lo que acabo de apuntar.
¿Estaban mal gestionadas las Cajas? Las Cajas, las grandes -CAM, Bancaja y Caja Madrid- estaban copadas por una banda de saqueadores puestos ahí para arruinarlas.
La misión del “banquero” Olivas era, atender órdenes y limitarse a tener contentos a quienes tenían que firmar sus actas llenas de obscenas inversiones. Para eso utilizaba: dinero, créditos, viajes y regalos. Con todo eso tenía mudos y contentos, a la oposición, a los sindicatos y a las organizaciones empresariales.
Todos se sentían satisfechos con la bondad del señor Olivas. Todos. Hasta el colectivo de empleados jubilados se inventó para él la concesión de una Primera Medalla de oro al Mérito. La cena y el acto solemne no llegaron a celebrarse porque transcendió a la prensa y la asociación y Olivas temieron un escándalo público mayor. ¿Qué valores había visto la Junta Directiva de la Asociación a quien había puesto a Caja Castellón, Caja de Valencia y el Banco Valencia, arruinadas, en manos de Caja Madrid? Por cierto, otra Caja de los líos, en donde los manejos, los movía el mismo partido, pero allí de la mano de Esperanza Aguirre, que en su pelea con Gallardón “quitaba un consejero al hijo de puta -palabras suyas- y se lo daba a CCOO”.
En la falla, al lado de Olivas, asoman las cabezas de Rita, Zaplana, Aurelio Izquierdo, Reig Pla, Francisco Camps, Alfonso Ruz, Domingo Parra, Sonia Castedo, Carlos Fabra y un conocido abogado de Castellón llamado Antonio Tirado. Es una falla impregnada de los olores de Camps: Gürtell, Brugal, Emarsa, Formula 1, Cooperación, Terra Mítica,…
Carlos Fabra tiene también su hueco destacado en la falla. Este poderoso caballero ayudó a ascender a Aznar y su voto fue decisivo para que Rajoy fuera el nuevo líder en el Congreso de Valencia. Sabía ganarse amigos y aupar a los fieles. Compró voluntades. Dio, repartió, enchufó, facilitó, concedió, premió, puso, quitó,… No tuvo rival. Ni un hilo de voz discrepante salió de sus Congresos como presidente del partido. De su cosecha han surgido los alcaldes de ciudades grandes y pequeñas. Él lo decidía todo al calor del aplauso de los suyos, incluso cuando ya iba camino de la cárcel. Su estancia allí no será larga ni demasiado dura.
En un lateral de nuestra falla, once futbolistas se mueven al grito de la afición: “amunt Valencia”. Por encima de ellos, un chino que sabe menos valenciano que Rita, mueve los hilos en busca de obtener algún beneficio.
La “falla” de Valencia, es evidente que es una falla que no tiene ni pizca de gracia y que no puede ser indultada, por más que cambien al equipo, reciban bendiciones o pidan perdón.
“Estas gentes son tan peligrosas -dice uno de los que acuden a ver el monumento- que les entregan la gestión de Microsoft y la hunden en pocos meses.”
1) Los consejeros de Bancaja procedian de distintos sectores de la sociedad. José Rafael Garcia-Fuster fue consejal del Ayuntamiento de Valencia. José Luis Olivas fue teniente alcalde del Ayuntamiento de Rita . Tambien José Luis Heras Celemin venia de la casa. 2) En las asambleas y comisiones de control los poderes municipal y autonomico presionaban para colocar a los suyos, con el fin implicito de que atendieran a los intereses de quienes les habian promocionado. 3) Ayunt. y Generalitat utilizaban a Bancaja para sus inversiones y hasta para vender tIkets de su circuto automobilistico 4) La CAM estaba tan hundida que tuvimos que pagarle al Sabadell 5.000 MM entre todos para que se la quedara. 5) El B de Valencia tambien se lo llevaron para Cataluña. 6) La CR de Almazora, como la Caja de Ahorros de Carlet siguen ahi como un residuo insignificante de lo que fue el poder financiero de Valencia. 7) Lo que han destrudo significa dejar a la CV sin grandes grandes ingresos fiscales