El mal debate sobre el mal estado de la nación
Si los políticos escucharan, como dicen, al pueblo, a la voz de la ciudadanía… Si los políticos se preocuparan de solucionar los problemas… Si el PP y el PSOE, como partidos que conforman la gran mayoría del espectro político quisieran de verdad buscar soluciones para aminorar la gravísima crisis que padecemos, en lugar de estar tan preocupados en arañar votos del adversario, con toda seguridad, ambas agrupaciones, se acercarían en un gobierno de coalición y trabajarían en común para intentar sacarnos del bache en el que estamos metidos o al menos paliar sus efectos tan negativos.
Sin que sirviera para acusar a nadie, sí debieran reflexionar PP y PSOE en los errores cometidos para anotar en sus conclusiones que desde los grandes bancos, hasta los más modestos constructores, pasando por mucha gente de a pie -con mejor o peor buena fe- todos hemos estado metidos en una codicia sin límites utilizando la especulación como instrumento y el enriquecimiento fácil como objetivo. Un desenfreno fuera de toda lógica que ni PP ni PSOE siquiera intentaron mitigar. Estábamos muy cómodos en una situación tan boyante, en la provincia con menos paro de España que ellos se atribuían como éxito de sus políticas. ¿Qué hizo Ud. Sr. Presidente de la Diputación para hinchar el pecho como un triunfo personal en aquellos momentos? ¿Que hicieron Uds. Sr. Camps y Sr. Ferrada aparte de, entre otras cosas, gastar a manos llenas? ¿Qué hizo el mago superministro Sr. Solbes en la primera etapa de Zapatero? ¿Qué hizo Ud.- Sr. Aznar? Nada, absolutamente nada.
implemente ocurrió que ocuparon puestos de responsabilidad en un momento el que confluyeron unas circunstancias de bajos tipos de interés, de dinero abundante, de contagio inversor y de entrada masiva de inmigrantes que consumían y compraban casas, con excesivo optimismo de todos en el futuro. Aquel no era su éxito, como tampoco éste es su fracaso. Simplemente era un boom frenético del mercado que por ser ilógico ha reventado de forma excesiva.
¿Recuerdan Uds. cual fue el tema principal en el debate sobre el estado de la nación previo al estallido de la crisis? Sus señorías se entretuvieron hablando del terrorismo etarra, por que no tenían ni idea de lo que se avecinaba, a pesar de que ya lo apuntaban los organismos internacionales. “¿Burbuja? ¿Qué burbuja? Será un ajuste suave –decían-”.
Y llegados al punto en donde estamos, acabamos de asistir a un debate en el que lejos de producirse debate de ideas en busca de un acercamiento, lo que ha primado es el alejamiento, el rechazo, el lucimiento y la descalificación. Cada cual iba con el guión escrito. Nadie iba a escuchar. Era un diálogo de sordos.
Yo pienso que las propuestas no son buenas o malas según de quien vengan, sino de lo que pensemos la mayoría de los ciudadanos tras un análisis sosegado. En mi opinión creo que es bueno apoyar las energías renovables. Del mismo modo que considero inteligente la propuesta de poner fecha a la desgravación por vivienda porque busca estimular el que se adelante la decisión de compra, en un momento en el que es necesario que aparezcan compradores. También opino que fue un error el reparto generalizado de 400 euros deducibles en la declaración de renta y que no se debería dejar decidir por su cuenta a una cría de 16 años para que se tome una píldora post coital sin el conocimiento de sus padres. Pero pensar lo contrario no debiera ser motivo de grave distanciamiento.
.¿Por qué es tan difícil trabajar juntos y debatir sin descalificaciones sobre esas u otras ideas, como desearíamos la mayoría de los ciudadanos, si PP y PSOE se han unido para votar a Joao Barroso y se han puesto de acuerdo en el País Vasco? Si PP y PSOE han votado al unisono para rechazar el informe Auken porque se han dado cuenta que las barbaridades urbanísticas que ha cometido aquí la Generalitat son las mismas que el gobierno andaluz ha cometido en Andalucía, me pregunto ¿Es más importante y urgente unirse para echar al PNV del poder o para rechazar el informe Auken que trabajar para intentar paliar -que no solucionar- los efectos de la grave crisis económica que padecemos?.
Hay políticas favorables a incrementar el poder del estado que se contraponen a las que quieren minimizar su influencia en la sociedad y que tienen un signo político identificable, pero hay otras que nada tienen que ver con ideario alguno y si alguien lo duda le propongo el juego de que coja los programas electorales de todos los partidos políticos que concurren a unas elecciones, que desgrane en papelitos cada una de esas ideas que configuran un programa electoral y las introduzca en una bolsa. Apuesto que nadie sabría decir, con un 60 % de aciertos, si la propuesta viene del PP, del PSOE, de Coalición Canaria, de Izquierda Unida o de CiU. Sí, con toda seguridad, muchísimas propuestas que configuran un programa electoral podrían pasar de un programa a otro sin variar una sola coma.
Dado que los matices diferenciales entre purisimeres i rosarieres, solo sirven para entretener a los afiliados (“yo lo que digan los míos”), simpatizantes y fanáticos (“yo defiendo lo que digan mis jefes con uñas y dientes”), sería de agradecer un mayor esfuerzo de entendimiento entre nuestra clase política para transmitir confianza a la sociedad que es en realidad lo más necesario en estos momentos tan excepcionales que estamos viviendo. ¿O seguimos sin enterarnos de la que nos está cayendo encima? .
Pienso , que una vez visto el debate, compartimos los españoles, una misma sensación, esa sensación que nos hacen concluir, por lo que puedo leer, tanto en quien comenta, como en quien opina, que los colores políticos, son excusa perfecta de distraer la mirada. Porque en el debate, hubo de todo, menos la búsqueda compartida de hallar soluciones ante esta terrible crisis. En estos momentos,lo peor del tiempo,no es que realice su función y pase, sino la irremediable pérdida de ese espacio irreparable. Personalmente, creo, que los políticos, no estan siendo conscientes de la gravedad de esta situación. Nadie, esperaba, un milagro instatáneo, pero si quizás, un debate, derivado hacia otras formas. No opto yo por se pesimista, pero creo que todos tememos que se avecina un desastre. Vivir para ver.