Crónica de un lunes negro y festivo: 5 sepbre

A mediodía, tras pasarme la mañana trabajando en el campo, pongo el noticiario. La bolsa está cayendo más de un 3% y hay fuertes bajadas en todas las bolsas europeas. A media tarde (después de leer el periódico oigo decir a Cospedal que los consejeros del gobierno anterior tenían en sus despachos televisores que valen 9.ooo euros) enchufo de nuevo las noticias y escucho que se confirma la caída bursátil, que de nada han servido las declaraciones de Barroso hablando, para calmar a los mercados, de que “va a continuar el crecimiento en Europa”, ni tampoco las compras masivas de bonos efectuada por el BCE. Al cierre, la bajada, después del fuerte batacazo de la semana anterior, es del 4,7 en Madrid, del 5,2 en Frankfurt, en Milán del…. La prima de riesgo española sube hasta 341 puntos y la italiana alcanza los 370 (aquí, necesariamente he de acordarme de lo que me decía un amigo al venir de Italia no hace tanto: “España es un desastre. Aquí no funciona nada. Vengo de Italia y allí sí se ve actividad. Las carreteras se ven llenas de camiones que se mueven. Aquel país funciona”). Rajoy dice que ellos son la solución y Rubalcaba pide comparar el desastre del Prestige con la huelga de los controladores. En la calle suena el oeoeoeoeeeeee.oe.oe en un ambiente festivo.

Estoy a punto de llamarle a mi amigo Vicente, que seguro está muy al tanto de lo que sucede a nivel económico y dejarle que escuche los gritos de alegría del pueblo que elige a sus gobernantes con su voto y que ahora, ajeno a todo los problemas, disfruta de la fiesta.

Un grupo de amigos que solemos reunirnos en las fiestas de la Misericordia, hemos cenado y hemos hablado sobre los políticos. Alguien insiste que “es de ellos -los que tienen el poder- la culpa de todo lo que pasa”. Opino que son simples peleles que viven muy bien, derrochando mucho pero que están al servicio de los grandes poderes económicos. “La crisis no la han creado los políticos sino los mercados” “En las grandes masas monetarias -opino- está el origen de la crisis y no en la deuda, ni en los déficits, ni en el derroche de quienes están en el poder.”

Pasa un empresario y se ríe de Ferrandis (el que fue segundo se Sanchordi) y dice de él que “se llenó los bolsillos”. Estoy a punto de mandarle al carajo e invitarle a informarse como es debido de que Ferrandis no sólo no robó nada sino que hoy vive muy humildemente vendiendo cuatro cacharros en los mercados y sembrándose lechugas en macetas, algo que no se verán obligados a hacer jamás los que pienso que él ha votado.

A la 1,30 me acuesto. A las dos una charanga, pegada a mi dormitorio, pone la percusión a tope y el gentío grita: oeoeoeoeeeeee.oe.oe. Hace calor, son las 2,30, e intento conciliar el sueño. A las 4 un grupo de jóvenes se pasan más de media hora cantando canciones populares y festivas con sus voces roncas.

Un poco después del concierto sigo intentando dormir y a las 6 las máquinas de limpieza empiezan a barrer con su ensordecedor ruido (¿Cuándo se medirán sus decibelios y se obligará a la empresa concesionaria a que las sustituya por otros vehículos más silenciosos?). Hace mucho calor. Una gota de sudor se resbala por mi pecho. ¡Vaya día. Vaya nochecita! Me levanto a las 6,30, ante la imposibilidad de conciliar el sueño y me siento frente al ordenador.

Son las 7 y cuarto de la mañana. Empieza a amanecer y el silencio por fin se ha adueñado de las calles. En quienes recae la responsabilidad de analizar las causas de la crisis económica y son responsables de elegir a los que han de gobernarnos reina la paz, se abrazan a Morfeo, después de haberse reunido con Baco y no tienen ninguna preocupación por lo que este día nos ha dejado. El veredicto ya se tomó hace tiempo: La culpa de todo es de Zapatero y ahora vendrá Rajoy, que ha dicho que “el sabe como solucionar esta crisis porque ya lo hicieron en el 96”, a resolver todos los problemas. Mientras tanto a descansar. Mañana nos lamentaremos durante unos instantes, un poquito, de que las cosas están mal y esperaremos a que venga el PP con la varita mágica a solucionar los problemas y a mostrarles a europeos y americanos cual era la fórmula secreta. Mientras tanto oeoeoeoeeeeee.oe.oe.

La fiesta sigue gracias a que el presupuesto municipal no admite, en ese capitulo, drásticos recortes. Estamos en fiestas, como hace poco nos tomamos las vacaciones de S. Roque. Luego vendrán las de Todos los Santos y las Navideñas que empalmaran la salida del año con Reyes. En Febrero vendrán las fiestas de San Blas. Otra semana de fiestas en fallas. Otra semana en Pascua. Las fiestas de San Juan y ya estamos de nuevo en el verano para continuar el ciclo. ¡Que trabajen los chinos!

Entre fiesta y fiesta nos lamentaremos de que las cosas siguen mal y, sin aportar ninguna solución, seguiremos a la espera de que algún mago venga a solucionar todos nuestros problemas.

El Ayuntamiento recortará de donde sea, pero contribuirá (este año y el que viene) con el dinero que sea necesario a que las fiestas se llenen de esplendor otra vez en honor de la patrona. Se quitará, con el coste que sea necesario, la arena del recinto taurino para que pase por allí la procesión y luego se volverá a expandir, sin que ningún feligrés diga que es un gasto innecesario o que el cura se exprese diciendo que “No vale la pena gastar dinero en ese trabajo, que no importa que los fieles pasen en procesión pisando la arena y si percibo que a algunos les importa, tampoco tenemos problema en variar el recorrido del acto religioso”.

Oeoeoeoeeeeee.oe.oe. ¡Que siga la fiesta! ¡Ya vendrá alguien a solucionarnos los problemas! Pero ¿Hay problemas?