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Por J. P. Enrique
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Crisis: preguntas y respuestas para el debate

    Todo es opinable… y  manipulable. Acabo de ver un video, de los que circulan por internet, en el que Esperanza Aguirre con un papel, tres intelectuales, un asesinato y mucho desparpajo, reescribe la historia. Ocurre lo mismo en economía. Hoy nadie habla del origen de la crisis. Parece que la culpa del desastre económico no es de quienes lo ocasionaron, con una codicia sin límites, en un mercado sin controles, sino “del tonto de ZP”. No seré yo quien le defienda; tampoco seré quien le  convierta  en el chivo expiatorio de todos los males. Voy a detenerme a refrescar la historia de lo sucedido y responderme algunas preguntas.

    ¿Cómo se desarrolló el boom?

    Está fuera de  toda duda (salvo que Esperanza Aguirre diga lo contrario) que aquí en España  la crisis comenzó  a fraguarse con la altísima inversión/especulación en el ladrillo. Veamos los datos:

    En el 96 se iniciaron  258.000 viviendas   Gobierno de Aznar
    En el 98 se iniciaron  407.000   "             Gobierno de Aznar
    En el 00 se iniciaron  561.000   "             Gobierno de Aznar
    En el 02 se iniciaron 623.000    "             Gobierno de Aznar
    En el 04 se iniciaron  690.000   "             Gobierno de Aznar, después Gobierno de Zapatero
    En el 05 se iniciaron 720.000    "             Gobierno de Zapatero
    En el 06 se iniciaron 760.000    "             Gobierno de Zapatero
    En el 07 se iniciaron 615.000    "             Gobierno de Zapatero
    En el 08 se iniciaron 201.000    "             Gobierno de Zapatero

    Como se observa, el boom inmobiliario fue tan tremendo que hemos llegado a construir más viviendas que Alemania y Francia juntas. Es un dato a no olvidar, como tampoco hay que olvidar que los gobiernos, de uno y otro signo, se sintieron cómodos con “el milagro español”. ¿Criticaba ese desarrollismo ZP a Aznar? ¿Lo criticaba Rajoy a ZP?. En el 2006, con la especulación en todo su esplendor, Rajoy y Zapatero  debatían de terrorismo. La economía iba “muy bien”.

    ¿Por qué se produjo ese boom? Fue una alianza de los bancos con los grandes grupos inmobiliarios. Los bancos dedicaron al ladrillo casi todos sus recursos, apoyando a las inmobiliarias y a sus clientes. Si éstos no podían pagar, no había problema: se vendía o se ampliaba la hipoteca sobre una vivienda que subía de precio mes a mes. Los gobiernos de Aznar y Zapatero estuvieron expectantes, callaron y se sintieron satisfechos. ¿Pudieron hacer algo? No. Era el dios mercado el que regulaba  y ¡Vaya si lo ha regulado!,… pero demasiado tarde.

    ¿Qué hicieron los bancos? Con el neoliberalismo imperante, el Estado había dejado de regular a los bancos y  éstos se olvidaron de su prudencia y llenaron sus cuentas de resultados con ingresos de los clientes que entraban a pedir 50.000 euros y salían con 80.000. Los bancos, sin duda, han sido los impulsores de la burbuja inmobiliaria que finalmente les ha quemado. Sus heridas han sido tan graves que el Estado  ha tenido que acudir en su ayuda “para evitar males mayores”. Han recibido enormes  capitales que ellos han utilizado, para invertir, con poco riesgo, en deuda pública. A pesar de todo eso y de las trampas contables (legales, claro) siguen sin levantar cabeza. Ahora sólo buscan incrementar su cuenta de resultados y siguen enfermos con el grifo del crédito cerrado. Con su actuación están contribuyendo a ahogar, aun más, a la economía, sin que ninguno de sus responsables esté juzgado por lo que hizo/hace. Tampoco se le exige  a nadie que se reduzca sus altísimos salarios y despidos blindados. Al socaire del neoliberalismo, los políticos aprovecharon para adueñarse de las Cajas de Ahorros, con el resultado que todos conocemos. Todo legal. No hay imputados.

    ¿Qué hizo ZP? Lo mismo que han hecho otros países europeos: impulsar la inversión pública para intentar animar la falta de inversión privada, al más puro estilo keynesiano. Estas decisiones  lógicas, las ha acompañado de medidas electoralistas, como los famosos 400 euros o las ayudas en favor de la maternidad, todo envuelto con  un mensaje optimista. Su gran error ha sido no hablar con claridad sobre la gravedad de la crisis.

    ¿Qué soluciones tiene el Rajoy? Ninguna. Así lo demuestra allí donde gobierna: otro mes más, en Abril, baja el paro en España  y  aumenta en la CV con un Camps que repetirá ¡asómbrense! “diga lo que diga la justicia”. ¿Cómo incentivar la inversión sin saber cual es el nuevo gran sector que impulse la economía y dé trabajo?. Rajoy puede sanear las cuentas públicas, pero tendrá que elegir entre recortar  maestros o médicos, escuelas u hospitales. Ayudar a los desempleados o a los centros de desintoxicación. Ayudar a comedores escolares o becas. ¿Tal vez se propone suprimir las subvenciones que cobran los partidos? ¿Quizás asesores? ¿O tantas TVs públicas? La solución no es fácil porque el mercado debe adecuarse y eso siempre es un trauma para los más desprotegidos, con el peligro de que todo salte por los aires.

    ¿Qué impulsa la economía liberal?  Teóricamente, a través del beneficio personal, se logra el beneficio colectivo. Con intereses del  3 % y con un mercado inmobiliario al que nadie (digo nadie, ni este gobierno ni el anterior) puso freno; con bajos tipos de interés y excesivas facilidades para obtener créditos, todos los individuos han actuado como cabía esperar: altas tasas de endeudamiento, búsqueda del beneficio rápido, un altísimo consumo y un elevado nivel de vida. Ahorrar aquí tenía poco sentido. Todos: Estado, empresas, Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y particulares obtenían  fácilmente de los mercados exteriores  el dinero necesario que entraba a manos llenas. Fuera los chinos sí ahorraban.

    ¿Para qué la reforma laboral? Que nadie piense que una reforma laboral busca mejorar las condiciones económicas de los trabajadores. Todo lo  contrario: Una reforma laboral busca reducir los costes de la masa salarial.  A eso, sutilmente, lo llaman “necesaria reforma laboral” o “pacto social” o “reforma estructural del mercado de trabajo”.

    ¿Qué son las agencias de calificación?  Mody´s, Standard Poor´s (S&P) y Fitch son las grandes (que no prestigiosas) agencias de riegos que no detectaron los bonos basura y, a pesar de eso, el mercado las escucha. Lo que deciden es  verdad en cuanto los inversores  las creen y actúan siguiendo sus consejos. Ningún banco aguantaría si yo, desde un enorme altavoz, pregonara que va a quebrar y la gente se lo creyera. Añado: S&P mantuvo una alta calificación a Lehman Brothers hasta el mismo día en que quebró. De cualquier modo coincido ahora con esta agencia en los nubarrones que detecta.

    ¿Nos ha ayudado el euro como moneda común? El euro  ha servido para que en España gozáramos de unos tipos de interés excepcionalmente bajos, demasiado bajos. La moneda, fuerte y barata, nos incrementó nuestro poder adquisitivo, nos animó al endeudamiento excesivo y nos hizo disfrutar de un nivel de vida por encima de nuestras posibilidades. El mismo euro es ahora un obstáculo para que a través de una devaluación se rebajen los costes salariales, se favorezca la exportación y se ponga freno a las importaciones. Es la solución que aplicó  González en el 82, devaluando la peseta un 7,6% y meses después depreciándola otro 19%. La gran beneficiaria de que ahora no haya devaluaciones es Alemania que ve favorecidas de ese modo sus exportaciones, por eso es difícil creer que sea reticente en ayudar a Grecia, cuya bancarrota  podría tener graves consecuencias sobre el mayor comprador de bonos griegos: la propia Alemania. No salvan a Grecia,  salvan ellos, otra vez,  a sus bancos.

    ¿Libertad de capitales o especulación?  Los capitales son los verdaderamente libres en la economía liberal. Los grandes fondos se mueven de Londres a Atenas y de ahí a Lisboa o a Madrid. Apuestan al alza o a la baja y si no fallan -no suelen- obtienen siempre suculentos beneficios. La especulación se centra en los países más débiles, aumentando sus dificultades al encarecer el coste que deben pagar para financiarse. Nadie, ningún gobierno, ni siquiera Obama consigue implantar unas reglas en ese poderoso mundo económico. (“Refundar el capitalismo”, como decía Sarkozy, suena hoy  a papel mojado) La receta tradicional  de unos partidos y otros (aunque algunos ven diferencias en los matices) consiste en actuar sobre  impuestos y salarios,…  y a esperar, sin pensar que estamos alimentando la próxima crisis.

    ¿Saldremos de ésta? Después de una larga década de sufrimientos, en la que tendremos que purgar los excesos del pasado, saldremos pero con un coste que habrá recaído, sobretodo, en asalariados y pensionistas. El modelo de crecimiento, al que hemos dedicado todos los recursos, está agotado y en el horizonte no se vislumbra el recambio. De ahí la incertidumbre. De ahí la gravedad de la crisis. De ahí la inexistencia de soluciones inmediatas.

    ¿Cuál es el problema más grave de España? Sin duda la clase política que tenemos, incapaz de entender la gravedad del momento que vivimos y de unirse y hacer un programa conjunto que dé confianza (es lo único que realmente podrían y deberían hacer). También deberían aprobar un decreto de disolución de las Cámaras, en el que se prohibiera volver a presentarse a ninguno de los muchísimos politiquillos que oímos, todos los días, decir bobada tras bobada. El Rey lo ha repetido, la gente lo reclama: “pónganse de acuerdo”. Ellos, ajenos a la realidad, se arrojan basura  y ocultan la mierda que inunda sus bolsillos. Al lado de ellos, millones de parados sufriendo, la Bolsa hundiéndose y Díaz Ferrán rezando, con sus empresas en bancarrota (ellas, no él). Mientras, todos, expectantes, miramos, callamos y estamos dispuestos a volver a votarles aquí y allá.

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    comentarios 6 comentarios
    miguel bataller
    miguel bataller
    12/05/2010 08:05
    a JP

    No es eso exactamente Joan, pero si como tu mismo recordaras, el Psoe, en los ultimos años de Aznar, ya denunciaba todos los dias el gran error que era la construccion masiva, si tenia la obligacion moral de controlarla al llegar al Gobierno, y en vez de eso, la multiplicó. Y te repito, que no soy partidario de un intervencionismo excesivo de la politica en la economía, porque cuando lo hacen, el resultado suele ser nefasto, y si no,, solo hay que ver lo ocurrido con las Cajas de Ahorros, desde que metieron manos los políticos, llevandolas a la ruina, en la mayoria de los casos. En ese sentido creo en el libre mercado, y que cada palo aguante su vela. La obligacion de un buen Gobierno es solo suprevisar para evitar abusos o malos usos.....y nada mas

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