OPINIÓN
CRISIS: Apuntes y propuestas para nuestra ciudad
18/10/2008
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Cualquier persona informada sabe que estamos en el inicio de una situación económica que bastantes analistas comparan con la depresión que se inició con el derrumbe del 29. A la cíclica crisis del ladrillo se une ahora la crisis financiera que se ha iniciado en EEUU como consecuencia de las políticas de ausencia de supervisión y regulación de los mercados que han propugnado las doctrinas neoliberales que ostentan el poder en la Casa Blanca .Con esa desregularización se dieron poderes ilimitados a los bancos y se permitió que empresas y grupos institucionales pudieran asumir riesgos complejos a través de novedosos productos financieros (como los derivados) teóricamente creados como colchón para cubrir las pérdidas de las inversiones más arriesgadas.
Con el hundimiento del mercado inmobiliario en EEUU se han producido allí desplomes de gigantes por todos conocidos: Bear Stearns, Northern Rock, Lehman Brothers, Halifax y a través de esos enormes grupos, los problemas se han extendido a corporaciones financieras como Citigrup, UBS, HSBC, Bank of América, AIG, JP Morgan, etc. todos ellos con pérdidas millonarias que ya han actuado recortando empleos por millares y pidiendo ayuda al “inútil” Estado, tan despreciado por los neo con.
A través de los nuevos productos de ingeniería financiera el pinchazo de la burbuja inmobiliaria se ha difundido por medio mundo. Aquí, en España, muchos ahorradores en fondos elitistas de Banif ( Banco de Santander), Altae ( Caja Madrid) y de todo un amplio abanico de entidades como Bankinter, Bancaja, Citibank, BBVA,… acaban de descubrir ahora que habían adquirido bonos de Lehman Brothers, tal como pone en la letra pequeña que no leyeron porque confiaban plenamente en su asesor financiero el cual sabía más de técnicas de venta que del producto que llevaba en sus manos.
Para “salvar el mercado” al otro lado del atlántico han desembolsado casi un billón de dólares y los europeos más del doble de ésa astronómica cifra para avalar y comprar acciones de los bancos en estado crítico. Paradójicamente con esa decisión hemos tumbado en nuestra propia casa la ortodoxia financiera del FMI y el Banco Mundial sobre como debían actuar los gobiernos de países en desarrollo: privatizando y adelgazando el sector público. Curiosamente China (que destina parte de su ahorro a comprar deuda de EEUU) ha tenido que sortear las presiones de esos organismos internacionales y está en una envidiable situación con una economía que sigue creciendo en su PIB a tasas de dos dígitos, seguida muy cerca de India y Brasil, únicos países importantes que parecen sortear, al menos momentáneamente, las dificultades.
Como consecuencia de de este enorme desorden internacional, la economía mundial, que indudablemente sufrirá cambios importantes, está abocada a una recesión que ocasionará aquí en España crecimientos desorbitados del desempleo y graves problemas por nuestra elevada exposición de riesgo en el sector inmobiliario (se apuntan dos millones de vivienda por vender).Lo más grave es que detrás de un crecimiento incesante de la morosidad que puede superar el 6 %, se esconde una dolorosa fractura social y una drama humano.
Con los pies en la realidad descubriremos, más pronto o más tarde que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que la “séptima potencia mundial y el milagro español”, como se nos publicitaban, estaban llenos de humo. ¿Será fácil apearse a quienes no han conocido otras crisis y se han acomodado a los años de bonanza y dinero fácil como caballos ganadores?
En Burriana, en nuestra ciudad, el pinchazo debiera suponer una reflexión sobre lo que ha sido una larga década pérdida en fantasías y especulación que solo nos ha dejado campos abandonados y solares que trabajan para Iberdrola.
Como pienso que ésta no es una crisis coyuntural de corta duración, desde nuestro Magnífico Ayuntamiento (endeudado y con los bolsillos vacíos) con la colaboración necesaria de la Generalitat (endeudada por obras faraónicas y con los bolsillos vacíos) y Gobierno Central (endeudado y con su dinero puesto a disposición de los bancos), entiendo que se debería:
1) Impulsar alternativas para un suelo agrícola que goza de agua, tierra fértil, buen clima y ágiles comunicaciones.
2) Frenar el ilusorio desarrollo urbanístico programado que a golpes de cuotas de urbanización va a acabar de arruinar a multitud de gente.
3) Moverse (como no se ha hecho en tiempos de bonanza) para conseguir inversiones en turismo: Campins, hoteles de calidad y empresas de servicios asociadas.
En mi opinión, pensar que urbanizando ahora estaremos mejor preparados para cuando se acabe la crisis es ser demasiado optimista porque lo que está cayendo tiene más componente estructural que coyuntural, aunque confieso que me gustaría estar equivocado en mis estimaciones.
Con el hundimiento del mercado inmobiliario en EEUU se han producido allí desplomes de gigantes por todos conocidos: Bear Stearns, Northern Rock, Lehman Brothers, Halifax y a través de esos enormes grupos, los problemas se han extendido a corporaciones financieras como Citigrup, UBS, HSBC, Bank of América, AIG, JP Morgan, etc. todos ellos con pérdidas millonarias que ya han actuado recortando empleos por millares y pidiendo ayuda al “inútil” Estado, tan despreciado por los neo con.
A través de los nuevos productos de ingeniería financiera el pinchazo de la burbuja inmobiliaria se ha difundido por medio mundo. Aquí, en España, muchos ahorradores en fondos elitistas de Banif ( Banco de Santander), Altae ( Caja Madrid) y de todo un amplio abanico de entidades como Bankinter, Bancaja, Citibank, BBVA,… acaban de descubrir ahora que habían adquirido bonos de Lehman Brothers, tal como pone en la letra pequeña que no leyeron porque confiaban plenamente en su asesor financiero el cual sabía más de técnicas de venta que del producto que llevaba en sus manos.
Para “salvar el mercado” al otro lado del atlántico han desembolsado casi un billón de dólares y los europeos más del doble de ésa astronómica cifra para avalar y comprar acciones de los bancos en estado crítico. Paradójicamente con esa decisión hemos tumbado en nuestra propia casa la ortodoxia financiera del FMI y el Banco Mundial sobre como debían actuar los gobiernos de países en desarrollo: privatizando y adelgazando el sector público. Curiosamente China (que destina parte de su ahorro a comprar deuda de EEUU) ha tenido que sortear las presiones de esos organismos internacionales y está en una envidiable situación con una economía que sigue creciendo en su PIB a tasas de dos dígitos, seguida muy cerca de India y Brasil, únicos países importantes que parecen sortear, al menos momentáneamente, las dificultades.
Como consecuencia de de este enorme desorden internacional, la economía mundial, que indudablemente sufrirá cambios importantes, está abocada a una recesión que ocasionará aquí en España crecimientos desorbitados del desempleo y graves problemas por nuestra elevada exposición de riesgo en el sector inmobiliario (se apuntan dos millones de vivienda por vender).Lo más grave es que detrás de un crecimiento incesante de la morosidad que puede superar el 6 %, se esconde una dolorosa fractura social y una drama humano.
Con los pies en la realidad descubriremos, más pronto o más tarde que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que la “séptima potencia mundial y el milagro español”, como se nos publicitaban, estaban llenos de humo. ¿Será fácil apearse a quienes no han conocido otras crisis y se han acomodado a los años de bonanza y dinero fácil como caballos ganadores?
En Burriana, en nuestra ciudad, el pinchazo debiera suponer una reflexión sobre lo que ha sido una larga década pérdida en fantasías y especulación que solo nos ha dejado campos abandonados y solares que trabajan para Iberdrola.
Como pienso que ésta no es una crisis coyuntural de corta duración, desde nuestro Magnífico Ayuntamiento (endeudado y con los bolsillos vacíos) con la colaboración necesaria de la Generalitat (endeudada por obras faraónicas y con los bolsillos vacíos) y Gobierno Central (endeudado y con su dinero puesto a disposición de los bancos), entiendo que se debería:
1) Impulsar alternativas para un suelo agrícola que goza de agua, tierra fértil, buen clima y ágiles comunicaciones.
2) Frenar el ilusorio desarrollo urbanístico programado que a golpes de cuotas de urbanización va a acabar de arruinar a multitud de gente.
3) Moverse (como no se ha hecho en tiempos de bonanza) para conseguir inversiones en turismo: Campins, hoteles de calidad y empresas de servicios asociadas.
En mi opinión, pensar que urbanizando ahora estaremos mejor preparados para cuando se acabe la crisis es ser demasiado optimista porque lo que está cayendo tiene más componente estructural que coyuntural, aunque confieso que me gustaría estar equivocado en mis estimaciones.
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-No soy ningún inversor elitista -Yo sí leí toda la información que me proporcionaron y en níngún lugar figuraba Lehman como garante del bono garantizado que suscribí. -En un documento escrito figura que es un producto "lanzado" por Banif, 100% garantizado y 0% de riesgo. -Ante la quiebra de Lehman, Banif se compromete por escrito a canjear el Bono por un producto similar con un emisor solvente, lo cual le dignifia. -Al cabo de 4 meses, una vez pasada la marejada, se descuelga con un canje por Participaciones Preferentes de caracter perpetuo, es decir, para toda la vida, en contraste con la duración de 5 años del bono. -Yo me siento engañado por Banif, sobre todo por no cumplir con el compromiso escrito que suscribió conmigo, incumplimiento que es evidente y burdo para una persona con un mínimo de entendimiento. La calificación jurídica la darán los tribunales, única vía que me ha dejado Banif, aunque no sea mi deseo enfrentarme al poderoso Grupo Santander.