De Camps a Alberto Fabra
El llamado Honorable President, sin ver la red que le envolvía, consideraba ser “amigo del alma” de unos personajes impresentables, con los que compartía muchas cosas. “Es tan bonito lo nuestro” decía complacido.
Recordemos algunas pinceladas, desde mi punto de vista, de la forma de gobernar de Camps:
- Con nuestra elevadísima tasa de paro, salió diciendo: “El modelo de desarrollo de nuestra Comunidad es ejemplar y tendrá que ser imitado”.
- El TC dictó una sentencia obligándole a que sea más transparente y facilite los documentos de su gestión. Asómbrense lo que dijo al día siguiente del fallo: “Somos el gobierno más transparente”.
- Endeudados hasta las cejas y amontonando facturas, va y suelta: “El vicepresidente ha dado buena cuenta de que no existe ningún impago. Somos un gobierno solvente. Tan solvente que somos capaces de dar el mismo servicio al menor coste sin subir los impuestos”.
- Camps cerró 2010 con un déficit de 379 millones incumpliendo el 2,4 fijado por el Estado.
Francisco Camps, acorralado, se manifestaba diciendo que él se pagaba sus telas decoradas con etiquetas de prestigio y, en interpretaciones teatrales que a mi siempre me han parecido de pésimo actor secundario, afirmaba, moviendo los brazos de una a otra parte, que tenía “unas ganas locas, locas de aclarar todo ante el juez.” Algo que nunca ha hecho. Lo que sí ha hecho es ocuparse de aburrir a la justicia, recurso tras recurso, de la mano de Trillo; culpar al pobre sastre y hasta cambiar su número de cliente ¿Por qué actuó así si era tan inocente?
Todo le fue muy bien cuando el juez era “más que un amigo”. Todo se le complicó cuando se revisó el caso el TSJ y otros jueces dijeron, por unanimidad, que había que revisar una sentencia de mal becario sin rigor judicial.
Acorralado y sin salida cedió finalmente su asiento a un tal Alberto que escucha más que habla y cuando lo hace lo hace sin la arrogancia a la que nos tenía acostumbrados el llamado curita por la trama del Gürtel.
Alberto Fabra, en poco más de 24 horas ha respondido a las preguntas de los periodistas (a Camps le preguntaban por la crisis y respondía -si respondía- hablando de salchichas). Alberto ha mostrado disposición a enseñar los contratos del Gürtel que la oposición venía reclamando durante años. También se ha mostrado dispuesto a reunirse con la agrupación de afectados por el descarrilamiento del Metro de Valencia que ocasionó 43 muertos (Camps ha pasado de ellos como de la peste). Prefiero confiar en que el nuevo President cumplirá lo que ha prometido como candidato y en que desde el poder que ahora ostenta podrá hacer algo más por el paro de lo que hizo como alcalde de Castellón.
La herencia que Camps nos ha dejado ha sido nefasta: una televisión autonómica, manipulada (*) y arruinada; los embolados de Terra Mítica y Ciudad de la Luz; el escándalo del Brugal; dos grandes Cajas de Ahorros desaparecidas (una intentando respirar bajo el paraguas de Madrid y la otra en la UVI por culpa de nefastas inversiones y préstamos baratos -a veces al 0%- a políticos y amiguetes).
Pienso que Camps en su autocomplacencia vivía una realidad virtual, más allá incluso que ZP.
Bienvenido sea el nuevo estilo de hacer política de la mano de Alberto Fabra, aunque no hay solución inmediata a las escuelas con barracones, al elevadísimo endeudamiento, a las altísimas tasas de paro, a los excesos pagados en la Ciudad de Artes y de las Ciencias, a los pisos y solares sin vender, a recuperar dos Cajas de Ahorros valencianas, a los compromisos con dueños de coches de carreras y de barquitos de vela, a…
Oigo al PP defender ahora con pasión hipócrita a Camps, ya que el PP tenía en él a un personaje tan molesto como Carlos Fabra, y Rajoy, hace tiempo, decidió que se marchara para no destituirle, en su política de no hacer nada y dejar que el paso de los días fuera la medicina adecuada. (Espero que cuando llegue al poder actúe de otra forma a la hora de tomar decisiones).
No parece ser éste el momento de sacar defectos a Alberto, como el entorno publicitario del PP lo está haciendo con Rubalcaba. Tiempo habrá para hacerlo, de uno y de otro, con menos eslóganes y más argumentos.
De momento, sí parece claro que quienes han votado a Camps han meado fuera de tiesto.
(*) Cuando todos los informativos abrían con la noticia de la decisión del juez Flors de sentar en el banquillo a Camps y a tres de sus colaboradores, Canal 9 en su noticiero de las 14 horas del día 15, en 25 segundos, dijo literalmente: “El Juez Flors ha decidido finalmente abrir juicio oral por la llamada causa de los trajes. El magistrado ha tomado esta decisión, contra la que no se puede recurrir, tres días después de celebrar la audiencia preliminar en el T.S.J. de la CV. En la audiencia, los peritos llamados a declarar aseguraron al juez que es imposible demostrar que el presidente de la Generalitat no pagara los trajes, tal como mantiene la acusación. La defensa sostiene que no hay pruebas incriminatorias. El auto descarta abrir juicio oral por supuestas irregularidades administrativas. Desde el Consell se pide cautela a la hora de hacer declaraciones.” No se si cabe mayor manipulación informativa.
RADICALES.- Ciertamente el comunismo, con el noble propósito de defender a las clases trabajadoras, creó una gran cárcel llena de corruptelas y abusos de poder. De otro lado, del capitalismo sin límites y sin fronteras, surgieron las dictaduras más feroces y muchas injusticias con enormes desequilibrios.
No han desaparecido esos radicalismos y el lenguaje del odio germina de vez en cuando en algún cerebro atrofiado que a veces está en un árabe, otras en un talibán y algunas en un noruego creyente y educado.
Otras veces el radicalismo tiene formas tan duras como educadas: Son las empresas de Rating. Otras veces el radicalismo se llama Te Party y se reencarna en personas de principios inmutables.
Nada, ningún problema. Ayer estuve con Paquito y esta de PM. Ya le entrará la vena para deleitarnos.