Cajas de ahorros, el último asalto
Fruto de años del buen hacer, de su solvencia y de su acercamiento a la gente, su prestigio aumentó de tal modo que los españoles han depositado en ellas más del 50 % del negocio bancario. Vistas desde fuera, en Europa, nunca se ha entendido demasiado bien lo que aquí eran las Cajas de Ahorros y se veía su gran implantación y apoyo popular como un fenómeno extraño. Desde dentro los bancos las miraban de reojo, buscando sin conseguirlo, estrategias para captar a su fidelizada clientela.
No sentó bien la “modernidad” a estas instituciones, ya que con la excusa de democratizarlas, los políticos fueron entrando en ellas en cada provincia y en cada Comunidad. Los políticos coparon sus órganos de poder. Modernizar las Cajas significaba que ellos, y solo ellos, eran los profesionales. Como profesionales se lanzaron a sacar leche de la lustrosa vaca y de paso también a orientar el crédito hacia sí mismos, empresas afines y allegados. Y ahí empezó la debacle ante la mirada cómplice del Banco de España que apoyó la desregularización bancaria siguiendo la moda neoliberal que ahora sabemos ha sido la causante de esta Gran Recesión, según ha concluido una comisión estadounidense formada por demócratas y republicanos.
El poder político, aquí, como en Andalucía, en Madrid o en Galicia, situó cada vez con mayor descaro a políticos del partido al frente de ellas que marcaban (además de atender las insaciables necesidades de Ayuntamientos, Diputaciones y gobiernos autónomos) dónde tenían que invertir sus recursos: Terra Mítica, aeropuerto, hospital privado, San Gregorio y la Santísima Especulación. Les indicaron también que la obra social de la que se ocupaban debía desmantelarse y el dinero colocarlo allí donde ellos indicaran.
Sin ir demasiado lejos, aquí hemos visto a Antonio Tirado guardarse su corralito de poder (para desde él, acceder a puestos bien remunerados como consejero en empresas del grupo) en la Fundació Caixa Castelló, tras entregar a la Caja en manos de los valencianos para salvarles y en el camino extraviar los fondos de pensiones de sus empleados. El que fuera alcalde de Castellón guardó para sí mismo su parcela de poder vitalicia mientras efectuaba una fusión (por donación) que el PP de Castellón recurrió ante los tribunales. Los jueces les dieron la razón y como la sentencia era papel mojado porque la donación ya era irreversible, llegaron a un pacto que es mejor no recordar y todos tan contentos.
En la última etapa, los valencianos con todo el poder en manos de uno del partido, Olivas, lo han hecho tan mal que han tenido que regalar el amasijo, cada vez más desnaturalizado a los madrileños (los catalanes que estaban y están muy saneados, ésos ni hablar, porque son catalanes y apestan). El paso siguiente es ayudar con más dinero del Estado a la nueva institución alejada de tierras valencianas ¡con lo que presume de valencianía el imputado y siempre trajeado Camps! para después, ya saneado, entregarlo al sector privado, que es lo que lleva años pidiendo la banca y lo que quería el mercado y la Europa que nos marca el paso.
Con el cierre por liquidación (transformación dicen) de esta caja y de todas las demás, los políticos: irresponsables, insaciables, ambiciosos e inútiles, habrán conseguido que el negocio bancario esté donde debía estar. Europa dejará de preocuparse de que unas raras y poderosas instituciones siguieran incrementando su cuota de mercado y gozaran de tan buena imagen y demostrada solvencia. En la partida de ajedrez los bancos han ganado por K.O.
Un réquiem por las Cajas de Ahorros. Sólo me cabe la satisfacción de contarles a Uds. lo vivido y desde aquí acusar a los responsables de este entierro a quienes nadie va a pedir explicaciones por haber arrinconado la prudencia y haber lanzado a las Cajas a una carrera desenfrenada de expansión del crédito (por la que sus altos dirigentes sacaron pecho y obtuvieron buenas gratificaciones). Por culpa de ellos y sobre todo de ellos, las Cajas en lugar de haberse movido de forma prudente y ser un gran parapeto contra la especulación, han hecho todo lo contrario y han echado aún mas leña al fuego en la carrera alocada de la burbuja inmobiliaria que finalmente les ha estallado en las manos a ellas y a todos.
Ahora, nosotros y no esos dirigentes, tenemos que pagar las consecuencias (es decir su saneamiento con más deuda). Mientras veremos desaparecer como tales unas entidades centenarias que fueron modélicas en apoyo a las familias y pymes y cuya principal obra social era ofrecer sus servicios bancarios hasta en pueblos de apenas 300 habitantes.
El sistema financiero con una concentración sin precedentes, está mermando día a día la competitividad. Y el pasado queda ahí, sin que nadie pida cuentas a nadie por lo ocurrido. La historia es historia y puede contarse de otro modo.
PENSIONES, Finalmente se han puesto de acuerdo para que los hoy jóvenes, futuros pensionistas, cobren la pensión de jubilación a los 65 años si han cotizado 38,5.
Si los jóvenes acaban sus estudios con veintitantos años (casi treinta) y a los cincuenta el mercado ya les rechaza por viejos que me explique alguien quién va a ser capaz de cumplir ese requisito.
El gestor "sobradamente preparado", e"l mejor ministro de economia", resulta que ayer fue varapaleado por el mismo FMI en un informa autocritico por no haber sabido prever la crisis mientRas ocupaba el cargo de máximo responasble de ese organismo de 2004 a 2007 y haber puesto como ejemplo a seguir Islandia y EEUU. Deduzco que van todos más perdidos que la una.