Blesa y Olivas, personas de confianza
Días después de que el presidente del gobierno, ausente y perdido, intentara ser el nuevo adalid del optimismo lanzando, en el Congreso de Diputados, el mensaje de lo bien que están los índices macroeconómicos y de lo bien que funciona una reforma laboral que “ya da sus frutos.”
Días después de que Rajoy, alejado de la realidad, leyera el discurso optimista que le habían preparado, ha venido el ministro Margallo a decir, con toda crudeza, claridad y sinceridad, que “nadie sabe cómo salir de la crisis”.
Días después de escuchar a Rajoy y a Margallo, uno con falso optimismo y otro con realismo, al menos hemos tenido la satisfacción de saber que hay jueces (pese a la innegable politización de la justicia) que sí hacen su trabajo pese a las muchas trabas que reciben por parte de un poder político que les priva de medios materiales, para que se ahoguen entre montañas de papeles.
Miguel Blesa, a quien Aznar puso como persona de confianza apartando a un excelente profesional, con la única finalidad de controlar la 2ª mayor Caja de España y de que fuera dócil a los proyectos descabezados que le fueran presentando “elhijoputa” Gallardón y la Aguirre “liberalizadoradelopúblicodespuésdevaciarlo”, acaba de pasar su primera noche entre rejas por decisión judicial antes de comprar su pase pernocta.
Entre las propuestas más descabelladas de Blesa estuvo la de comprar el City Bank of Florida, en donde lo que menos importaba era el precio y sí llevarse hasta allí a su Consejo de Administración para que sindicalistas, representantes políticos y empresariales y otros muchos que habían logrado una plaza en el Consejo de Administración, se llevaran su sobre (como los de Bárcenas) y firmaran sin reparos unas actas redactadas en unos términos que, dicen ahora, no entendían.
Lo que ocurrió en Madrid, ocurrió también en nuestra Valencia de las flores de la luz y del amor. Aquí, un tal Olivas, al que la Asociación de Jubilados de Bancaja le hacía los honores y estuvo a punto de entregarle una medalla de oro creada específicamente para él, en agradecimiento al sobre (como los de Bárcenas) que Olivas entregaba a la Asociación cada año para cenas y por publicar una revistilla basura en la que el título debería haber sido: “Te alabamos señor”.
El tal Olivas, ya a punto de ir a acompañar a Blesa, hizo su papel y destituyó al banquero profesional de Bancaja que le decía: “No es viable dar un nuevo crédito al Valencia” “No se pueden seguir metiendo más billetes en Terra Mítica”,… en su lugar puso a otro que no le entorpeciera su labor y se prestara a ejecutar las órdenes que a él le pasaban unos políticos soñadores dispuestos a ofrendar nuevas glorias a España, glorias pagadas con dinero de unos miserables que confiaron en unas Cajas nacidas para guardar los ahorros, ayudar con pequeños créditos a los más humildes y combatir la usura.
Blesa y Olivas merecen ir a la cárcel, aunque su cárcel sea de oro, pero al lado de ellos deben ir los que saquearon desde el poder político a esas entidades hasta el punto de dejar arruinados a miles y miles de personas modestas.
Es tiempo de hacer justicia, de que pidan perdón por lo que han hecho y de empezar de nuevo partiendo de cero, refundándolo casi todo.
El padre Piquer no fundó el primer Monte de Piedad para que un nutrido grupo de falsos asesores, malos políticos y peores banqueros se chuparan a las Cajas con sobres (como los de Bárcenas) y planes de pensiones, ni para que arruinaran a los modestos ahorradores, ni para avalaran a chorizos como Jaume Matas o dieran mucho crédito a empresarios como Díaz Ferrán. La moral cristiana no consiste de poner a la religión como asignatura obligatoria sino en practicarla.
Voy a añadir a las respuesta que le han dado mis amigos que la contundencia contra Blesa-Olivas son los miles de estafados por la compra de preferentes y los miles y miles de engañados en la compra de acciones y el desastre de haberse cargado a la segunda y a la tercera Caja más importantes de España y las inversiones teledirigidas desde el poder y las peleas de los politicos por controlar la Comisión Ejecutiva y los 18,000 que entre todos hemos tenido que poner de deficit publico y... Sr. Bota, por favor, que independientemente de que les trinquen o no , que les condenen o les absuelvan, todo eso no tiene nombre y nadie. deberia defenderles ni justificarles.