Aznar soberbio. Una pregunta para el ex presidente
Haber ocupado el cargo de presidente del gobierno de España es algo importante. Haberlo hecho en un periodo de bonanza económica es una enorme suerte. Haber acabado su mandato a caballo de un ciclo económico que ha durado catorce años y contemplar desde fuera como aquel ciclo ha llegado a su fin con otro como presidente, contribuye a aumentar la autoestima.
Si de algo va sobrado Aznar es de soberbia y autoestima. Argumenta y con razón que durante su mandato, del 96 al 2004, el paro bajó del 22,9% al 11% y solo con ese dato le sobran razones para sentirse muy orgulloso de sí mismo, pero se excede en su ego al creer que los españoles tenemos la obligación de adorarle y que los historiadores y los poetas deben escribir para la posteridad, en loas y estrofas, lo que fue su mandato.(El dato contundente de que la economía española ya crecía el 2,1 en el 94 y el 2,9 en el 95 es algo que a Aznar y a los suyos no les interesa conocer).
Aznar se montó la semana pasada en la tribuna de Antena 3 y desde ese púlpito, herido por lo que él considera ataques a su persona, ha mordido a la “prensa hostil” que ha osado publicar manchas negras de su mandato. También quiso poner sobre las cuerdas al presidente que él puso.
¿Qué le pasa a Aznar? ¿Por qué se cabrea? A Aznar le pasa que ve ante sus narices a su superministro de Economía, autor del “mayor milagro económico de España”, cargando con la responsabilidad de haber mal gestionado Bankia, arruinando a 800.000 clientes tal como han afirmado banqueros de la talla de Fariné, González y Botín. Otro banquero, Miguel Blesa, íntimo amigo suyo, hundió Caja Madrid y el monstruo mafioso de los Correa-Bigotes, empezó a crecer a su lado con su apoyo o sin que él se diera cuenta.
Aupada por Gallardón, para ganarse a los aznaristas, la mujer de Aznar también está viviendo el fracaso de su gestión como alcaldesa y recibe el rechazo de los madrileños y de su partido. Es otro duro golpe para el ex presidente.
En medio de tantos fracasos, Aznar, al estilo de grandes emperadores percibe que se le derrumba todo y que conspiran contra él.
En sus días de esplendor convirtió la boda de su hija en un gran espectáculo al que acudieron desde Berlusconi al Rey, pasando por una larga lista de delincuentes, algunos ya condenados y otros imputados, que se movían a su alrededor con total soltura. Las imágenes de aquella boda, tan repetidas hoy por las televisiones, son el documento gráfico de dos docenas de corruptos estrechamente unidos al poder.
Era época de bonanza y no había problemas de dinero. Ahora sabemos que él recibió sobres, que su hija tuvo regalos muy caros. Entraba dinero en el partido y hasta el más tonto sabe para qué se hacen regalos a los políticos.
Durante el mandato de Aznar se sanearon las cuentas del estado vendiendo el patrimonio de todos: Telefónica, Repsol,… y el dinero llegaba al calor de un país orientado a la especulación inmobiliaria que finalmente ha estallado con otro en el poder.
La burbuja, impulsada por su Ley del Suelo, fue un sueño efímero.
Para mí Aznar ocupó un puesto importante en el momento oportuno y descabalgó de él también en el momento oportuno. Pero a ver quién le explica eso a quien vivió rodeado de fieles aduladores al grito de “España va bien”, mientras él paseaba con su Botella en las playas de Oropesa riendo los chistes de su amigo Carlos Fabra.
Aznar aplicó su neoliberalismo y vendió empresas y bajó impuestos. Es su ideario, con el que se podrá estar o no de acuerdo. Nada que reprocharle por eso.
Para mí, a pesar de lo mucho y muy grave de lo que recientemente va a saliendo a la luz (sea o no sancionable por la justicia), lo peor de su mandato no fue el Prestige, ni el Yak-42, sino su decida colaboración para invadir Irak, un país que hoy sigue sumido en el caos, con más de 100.000 muertos. Si Aznar fuera una persona con dos dedos de conciencia, debería recluirse en algún monasterio después de pedir perdón públicamente por las mentiras que contribuyó a difundir para que otros saquearan el país en busca de su petróleo.
Yo, le preguntaría a Aznar (el creador de 4,5 MM de puestos de trabajo) si la solución ahora para volver a crearlos, pasa por impulsar otra vez la construcción.
Menos humos Sr. Aznar. Yo en su lugar, tras ver a un país entero destruido y desangrado tendría remordimientos de conciencia y no me atrevería a dar consejos a nadie. También meditaría sobre los puestos de trabajo tan precarios que se crearon entonces.
Dije: "cargando con la responsabilidad de haber mal gestionado Bankia, arruinando a 800.000 clientes tal como han afirmado banqueros de la talla de Fariné, González y Botín" Dije eso y dicen eso, aunque a ud. le moleste y me tache de" falta de rigor y de una falsedad incalificables Rato no es culpalbe de todo lo ocurrido en Bkia, pero, en su mandato tomó la mala decisión de acudir a bolsa amañando unas perdidas con unos faldos beneficios. La salida a bolsa se hizo en calzador, y se presionó mucho a los clientes para que compraran acciones que nadie habría comprado de haber conocido la situación real de la empresa, que él sí debia conocer. A aquellos accionista que no sabian lo que era la bolsa ni una acción, les dijeron que debian pasar su dinero de plazo fijo a Bankia "porque el PF va a bajar el ineres y con accs de Bankia cobrara ud. divivdendos" ¿ Sabe los que les queda a quienes compraron acciones a 3,75 euros? Casi nada. Esa estafa la hizo Rato y solo Rato. Lo siento.