Arenal Sound
Cualquier decisión de gobierno, lo que se denomina gobernar, difícilmente es aceptaba y aplaudida por todos. Sea cambiar la ubicación de un mercado, construir un parque o cambiar una escuela de sitio. Pero gobernar es tomar decisiones, arriesgar y aceptar las críticas de la ciudadanía. Utilizando este altavoz sin censura que elperiodic.com pone en mis manos, voy a decir lo que pienso sobre la movida que acaba de cerrar sus puertas.
Dije que cualquier decisión es siempre controvertida porque tiene sus pros y sus contras. En el caso que nos ocupa del festival denominado Arenal Sound no ha dejado indiferente a nadie.
Como cualquier actividad que se mueve en el campo del turismo, una movida como la que acabamos de vivir ocasiona muchos problemas en accesos, en cierre de espacios, en incremento del tráfico, en aglomeraciones, en ruidos, etc. etc. Con razón se quejarán de esos inconvenientes quienes han ido de Burriana a su pisito del mar para recibir algo de aire fresco, darse un paseíto, hacer la siesta e intentar descansar acostándose pronto. Para justificar sus quejas, entre la montaña de gente que ha venido, no es difícil resaltar que “vi a dos tirados en el suelo o a tres dando gritos en medio de la calle o a uno ¡con una pinta!”.
Otro punto de vista es que esta ciudad necesita, desde tiempos remotos, que se haga algo por el turismo, ya que tenemos un puerto y unas playas, un entorno natural tan extraordinario como el Clot de la Mare de Deu y grandes espacios que deben aprovecharse para que el turismo, que es la primera riqueza de España. Riqueza, que dicho sea de paso, cuidan todos los países, desde Arabia Saudí hasta EE UU, pasando por Tailandia, Mali o Nueva Zelanda. ¿Por qué razón una ciudad como la nuestra ha vivido siempre al margen de esa actividad que genera tantos puestos de trabajo y deja un extenso reguero de billetes que cada turista va depositando por allí por donde pasa? Hay varias razones, pero no es el propósito de este comentario detenerme en ellas.
Un espectáculo como el que acabamos de vivir nos ha traído menos visitantes de los esperados, pero ha traído gente, dejándonos hileras de euros (no demasiados porque todo el mundo está en crisis) en bares, horchaterías, panaderías, supermercados, taxistas, etc.etc. y detrás de todo eso puestos de trabajo.
No es descabellado pensar que algunos de los visitantes descubrirán Burriana gracias al festival y que más de uno volverá a veranear; alguno se comprará un piso aquí y bastantes regresaran a visitarnos cuando pasen cerca para recordar aquellos días felices, aquel amor, aquel baño nocturno, aquella canción… Algunos habrán parado en un restaurante a tomarse una lubina a la sal, habrán comido una longaniza aplastada picante que no recordaran si se llamaba “¿coets o coentets?”, habrán descansado en la horchatería de Lolín a tomarse un original granizado de naranja o unos bocadillitos y una cerveza, mirando el mar, en la esquina privilegiada de Bómbora en el Grao. En el almacén privado de cada uno los recuerdos quedarán grabados para siempre.
El Ayuntamiento, que se ha encontrado con Arenal Sound tiene el mérito de haber sabido decir que sí y de haber facilitado que, con mucho o menos éxito del esperado, pueda celebrarse.
Cerrado el telón, es el momento de que la Corporación se responda sobre la continuidad de la convocatoria y analice si dispone de una infraestructura adecuada. Tras el análisis llegará a la conclusión de que evidentemente no la hay. A partir de ahí, pensar si están en disposición de facilitarla. ¿Es posible habilitar un espacio adecuado para espectáculos y favorecer la instalación, en el entorno de la ciudad, de campings y hoteles? Agotado el modelo de consumo de suelo que de la mano de la LRAU y la LUV tan solo ha facilitado la especulación del suelo para construir viviendas y chalets ¿No sería mejor para la ciudad desarrollar servicios que favorezcan la llegada de turistas para crear riqueza y empleo permanentes?. No es cuestión de dinero, es cuestión de prioridades y de apostar con decisión a favor del sector. Si hay dinero en abundancia (casi 1.000 millones de pesetas) para reformar un teatro ¿Cómo no tiene que haberlo para facilitar la instalación de campings u hoteles que atraen gente y crean puestos de trabajo? Gobernar es decidir. ¿Apostamos por el turismo de calidad? ¿Facilitamos que los 500 “maquinistas” que quieran prolongar sus vacaciones tras el evento dispongan de un lugar adecuado o estamos trayendo gente que se divierte y baña aquí y luego se va a dormir a un hotel de Castellón o de Benicasim?.
Dos apuntes finales sobre dos experiencias cercanas:
1.- El FIB en Benicasim no tuvo unos principios fáciles. En Ayuntamiento de forma decidida, sin trabas burocráticas construyó un recinto adecuado, a donde ahora acuden 120.000-200.000 personas que la población espera ansiosa a que lleguen a pasear sus tarjetas de crédito por las tiendas. No llegan tan boyantes como antaño, pero llegan.
2.- En Benidorm acaba de celebrarse el Low Cost en su primera edición. La ocupación hotelera, de campings y de apartamentos ha superado el 20%. Uno de los operadores, TUI, sólo él ha acercado a la capital turística de Alicante a 4.000 personas.
De éstas experiencias y las negativas del pasado, en el que 100 millones de pesetas, de presupuesto municipal para no se sabe qué, sirvieron para muy poco, debe aprovecharse el momento para hacer una reflexión profunda y, de una vez, que el consistorio haga una apuesta decidida por el turismo que, mal que pese, es la única salida que le queda a esta ciudad.
Finalmente dos palabras para agradecer a quienes se han atrevido a promover una inversión de tal envergadura con el alto sacrificio económico que supone. Ojalá el próximo año encuentren patrocinadores de nivel y el negocio les resulte rentable.
Roberto, pense com tu que el Paya es important . Clar que si! Em referia a que n´hi han prioritats i que els politics tenen diners per a tot el que volen.