Acaba de aparecer un mausoleo con los restos de Adolf Hitler

Vallekaidoscofen es el nombre de un reducido islote rocoso, poco conocido, situado a algo más de 300 millas de la costa norte de Alemania.

Aunque la noticia acaba de conocerse, el gobierno alemán sabía desde hace mucho tiempo, que allí, en ese islote, hay un enorme mausoleo, con una inmensa cúpula en la que están reflejadas escenas de la vida de los nazis y una capilla, que lleva el nombre de Colgamuroch, en donde un puñado de monjes benedictinos siguen rezando y elevan sus plegarias, acompañados de algunos fieles, por el alma de Adolf Hitler, cuyos restos ocupan un lugar privilegiado dentro del complejo funerario, desmintiendo así la falsa creencia de que el cuerpo del dictador había sido incinerado y sus cenizas repartidas por el Rhein.

El mausoleo fue levantado por famélicos prisioneros para mayor gloria del dictador y guarda sus restos y los de 30.000 víctimas del horror nazi que descansan amontonados con quienes fueron sus verdugos. Unos están identificados para que sea reconocida su gloria por la Historia y por los que allí acuden; otros son tan solo montones de huesos sin identificar que fueron recogidos de diferentes campos de tortura para llenar de contenido al macabro recinto.

Tan pronto como la noticia acaba de ser conocida por los medios de difusión, los primeros en reaccionar con indignación han sido los gobiernos de EEUU e Israel que se han manifestado diciendo que “es intolerable que las víctimas del holocausto estén al lado de su verdugo” “que hay que sacar cuanto antes al dictador de ese espacio para devolver un poco de dignidad a las víctimas”.

Una propuesta en tal sentido ha sido elevada al consejo de la ONU y la Asamblea General ha mostrado su apoyo unánime y urgente a una resolución denunciando que se “honre a un dictador acompañado de sus verdugos junto con sus miles de víctimas” y abogando por “enterrar en otro lugar a Adolfo Hitler.”

Asociaciones cívicas de todo el mundo, unidas a familiares de muertos por el holocausto, han levantado también sus voces contra quienes defienden al dictador con argumentos tan sibilinos como que “atender a los familiares de las víctimas supone remover el pasado”,”que hay que dejar la historia tal como fue” o que “hay otros temas más importantes de los que ocuparse como por ejemplo el paro o la crisis”.

Aquí en España todos los partidos políticos, también el PP como no podía ser de otra forma, han votado en las Cortes Generales una resolución, en la línea de lo acordado en Naciones Unidas, en la que se insta a Alemania a que con la mayor urgencia traslade a otro lugar los restos de Adolf Hitler.

El Partido Popular ha votado a favor de la propuesta presentada en el Congreso de Diputados. Mariano Rajoy lo ha explicado con estas palabras: “Nos sumamos en el Congreso a favor de esta propuesta porque es justa. ¿Cómo podíamos no estar de acuerdo con la demanda de cualquier padre de una niña asesinada, de que no sea enterrada junto a su asesino? Es de sentido común “¿Consideraría alguien justo -ha añadido el líder del PP- que en la tumba de un guardia civil asesinado por ETA se depositaran los restos de su asesino?”