elperiodic.com
SELECCIONA IDIOMA
Valencià
Por Santiago Ríos
Con todos mis respetos - RSS

Una semana para olvidar

    Ya es una costumbre nacional, el que en períodos festivos las semanas tengan diez días, pero no es este el caso que hoy nos ocupa. Me voy a situar entre la noche del 12 y la mañana del 22 de marzo, período de diez días en que la delincuencia se ha incrementado, otra vez en Burriana, de manera desmesurada.

    Conocedores los ladrones, de que las patrullas de policía local, habían comenzado a vigilar con mayor intensidad el casco urbano en detrimento de las zonas rurales, han acampado a sus anchas, delinquiendo como, donde y cuando han querido.

    Los ciudadanos que habitualmente somos víctimas de los cacos, hemos tenido que escalonar, a solicitud de la Guardia Civil, la presentación de las correspondientes denuncias, ante las colas que en el cuartel se han producido. “Esto no sabemos como lo vamos a acabar”, me decía un miembro de las fuerzas de seguridad y ese es el sentimiento de impotencia total que tenemos los que acumulamos denuncia tras denuncia, sin que cesen los robos ni que se recupere nada, salvo rarísima excepción, de lo que se nos esta sustrayendo.

    Sinceramente debo decirles que me resulta muy difícil, mantener la serenidad en todos estos casos y en los que me cuentan amigos y conocidos que ya somos multitud, humillados por el vandalismo desenfrenado que nos ha venido generado por una catarata de errores, de ambos bandos del bipartidismo político existente en nuestro país que no es el momento de entrar a analizar, ni les voy a enumerar por ser harto conocidos.

    Quizás he tardado demasiados días en relatarles un desagradable suceso, ocurrido en la propiedad de Pepe Ramos, pero pensé que como estábamos en fallas, no era el momento, ni era yo quién para ir a contarles tan malas noticias, pero con el bálsamo del tiempo que suaviza las expresiones, contiene la ira, reduce el sentimiento visceral y aumenta el raciocinio del cerebro, he pensado que ya ha llegado el momento de que ustedes lo sepan.

    La noche del 15 al 16 de marzo, una vez más, unos desalmados asaltaron la alquería de Pepe, llevándose cuatro gallinas. Como pensaron que con ello no quedaban suficientemente satisfechos, decidieron arrinconar a la burra que se encuentra preñada, en una pequeña estancia donde se guarda material diverso.

    Tomaron dos palas de hierro, una cuadrada y otra de forma redondeada, maltratando a golpes al pobre animal. Con la cuadrada le profirieron cortes y hendiduras en el lomo, en la parte superior de las patas traseras y con la redondeada, a modo de barrena, la introdujeron por donde debe nacer el pollino, causándole desgarros y heridas de diferente consideración.

    Abuelo y nieto, la mañana del 16, al ir a dar de comer a los animales, se encontraron con un nuevo espectáculo dantesco, propio de gente descerebrada y sin escrúpulos que se embriagan de sadismo, con este tipo de rituales injustificables. Curaron a la asustada y dolorida burra que aún mantenía sus partes, extremadamente dilatadas, mientras esperaban la llegada de un miembro del Seprona que les solicitó, para adjuntar a la denuncia, un informe veterinario de la agresión.

    Milagrosamente, pasada una semana, no se ha producido el aborto y el animal, como podrán ver en las fotografías adjuntas, va recuperándose satisfactoriamente, aunque rehuye a los desconocidos.

    Casualmente, coincidiendo en el tiempo, una representación de alcaldes de la comarca y miembros de la Diputación Provincial, se encontraban almorzando, invitados por la comisión de la falla Club 53, de lo cual se hizo eco la prensa provincial. La misma prensa que se le avisó del maltrato animal sucedido y que no apareció por la alquería.

    Confío al menos que entre viandas y copas, tuvieron tiempo de comentar la plaga de robos y continuos atropellos que en todos los pueblos y ciudades se están produciendo. ¿Cuándo se van a tomar medidas suficientes para acabar con tanta inseguridad?.

    Ya no puedo aceptar que se me diga que los robos se producen para saciar el hambre de los delincuentes. ¿Qué significado puede tener el maltrato animal? ¿Qué castigos merecen los que actúan de este modo? ¿Quién debe hacerse cargo de esta subespecie humana que ha invadido nuestra antaño pacífica existencia? ¿Ejecutan nuestros gobernantes todas las leyes a su disposición para salvaguardar los derechos de sus conciudadanos? ¿Cuándo van a comenzar a gobernar de una vez por todas y se olvidan definitivamente de hacer política de partido?.

    Parece ser que las 1309 firmas presentadas, han sido pocas para sensibilizar al equipo de gobierno, lo que me hace suponer que están a la espera de nuevas y más importantes manifestaciones de denuncia por parte de la ciudadanía. Pues si ese es su deseo que no les quepa la menor duda que los afectados están deseando manifestárselo y así lo van a hacer.

      

      


     

    Elperiodic.com ofrece este espacio para que los columnistas puedan ejercer eficazmente su derecho a la libertad de expresión. En él se publicarán artículos, opiniones o críticas de los cuales son responsables los propios autores en tanto dirigen su propia línea editorial. Desde Elperiodic.com no podemos garantizar la veracidad de la información proporcionada por los autores y no nos hacemos responsables de las posibles consecuencias derivadas de su publicación, siendo exclusivamente responsabilidad de los propios columnistas.
    comentarios 7 comentarios
    Vicentico
    Vicentico
    25/03/2010 07:03
    Una reflexión.

    No soy partidario de la pena de muerte. Han pagado algunas veces justos por pecadores, como todos sabemos. Mi reflexión es que, en vista de lo que vemos, la única solución para con esta gentuza, es darles el tratamiento que en Alemania se le dio a la banda Baden Meinhof (o algo así). Les dio por ahorcarse en la cárcel, como una epidemia y va y resulta que se acaba la cosa. Misterios sin resolver, pero que resolvieron otros misterios. Santi, en vista de que no hacen caso a las firmas, si hay que hacer una manifestación para que hagan caso, allí que estaremos, afilaremos un buen pito o una cacerola y por lo menos, daremos un poco polculo. Quien consiente todo lo que nos está pasando, es cómplice y no hay que ponerle paños calientes.

    Subir