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Por Santiago Ríos
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Los juegos florales de la ciudad de Burriana

    Nuestra ciudad, siempre se ha destacado por una constante actividad artístico cultural, durante el pasado siglo XX, fuera de lo común, en comparación con las otras del entorno. Casualmente cae en mis manos, un ejemplar del Diario de la Mañana del domingo 15 de septiembre de 1929. Periódico independiente de Castellón, cuyo director era Manuel Bellido Rubert. Dicho diario había nacido en el mes de abril del mismo año y tenía sus oficinas en la calle Cervantes, número 32, de la capital. Constaba de 8 páginas y las 1, 2 y 8, las dedica en exclusiva a la exaltación de los II Juegos Florales que habían tenido lugar en la ciudad de Burriana.

    Por su valor histórico, repleto de curiosidades y personajes, aunque ligeramente extractado por su largo contenido, voy a comentar y transcribir literalmente, lo que en el se relataba.

    Retrospectiva. La noche del viernes día 13, quedará grabada en los anales históricos de la bella cuidad de la Plana, como una fecha trascendental y emotiva. Trascendental porque es la iniciación de una fase esplendorosa de la juventud de vanguardia burrianense, encarnada en esos entusiastas muchachos de “L’Astella” que nació por un motivo humorístico y ha culminado en ese magno y asombroso certamen intelectual y valencianista. Emocional porque es una recordación del pasado, porque es la herencia tradicional de aquella célebre “Grillera burrianense”, cuna de poetas, crisol de intelectuales, donde se forjaron y formaron los mismos que hoy, por una divina expresión, intervienen en esta santa cruzada de las letras valencianas: Manuel Peris, Bautista Tejedo y José Calzada Carbó.

    La Grillera se autodenominaba como agrupación científico-artístico-literaria y como tal organizaba eventos y certámenes en los inicios del siglo XX. La imprenta de Antonio Peña Llacer, es la encargada de la impresión  de los trabajos premiados en el Certamen Extraordinario, celebrado por la agrupación, el día 10 de febrero de 1901. En 1987, Ediciones Histórico Artísticas, S.A. que dirigía Juan Arnau Saera, gracias a la gentileza de Juan Domingo Peris, reedita en facsímil la mentada publicación. En ella aparece la poesía premiada con la flor natural, obra de José Calzada Carbó y los distintos trabajos, tanto de poesía como en prosa, entre los que se encuentran el propio Antonio Peña Llacer, Vicente Marco, Juan Bautista Tejedo, José Cantos Olleta, Modesto Segarra, Mariano Selma Escobedo, Joaquín Pastor y Benito Más Románs, como galardonados con los premios mayores y otros que reciben accésit y menciones honoríficas. Hay que resaltar que ese año fue nombrada reina de la fiesta, la señorita Isabel Péris Peyrat.

    El acto. El Teatro Oberón, donde se celebró esta magnífica velada, presentaba el aspecto de las grandes solemnidades. Remozado y orlado con rojigualdas tonos, flores y ramaje a granel, daba la sensación de una espléndida sala de fiestas. El escenario convertido en Salón del Trono, artísticamente engalanado, era una verdadera maravilla decorativa. Alfombras magníficas, doseles preciosistas y flores a un lado y a otro del trono. La organización de la parte escenográfica, obra también de los jóvenes de “L’Astella”, fue un alarde de buen gusto y distinción.
    Los efectos de luz sabiamente dispuestos por nuestro buen amigo el popular e inteligente electricista Vicente Mercé, secundado por sus sobrinos Manuel y Vicente, completaban el precioso efecto. Una gran franja con los benditos colores de la enseña patria, arrancaba desde el escenario y seguían por los palcos en forma de simbólicos brazos.
    Este era el bello marco donde habían de manifestarse nuestros poetas y escritores. Burriana, la tres veces coronada y eternamente única, rodeaba con una corona de laurel su escudo. ¡Que también en los torneos literarios, en las luchas por la cultura y la poesía se ciñe el laurel de la victoria!.
    Momentos antes de dar comienzo el acto, se hallaba el salón de butacas, palcos y entrada general, completamente llenos. Todas las clases sociales se habían congregado en el teatro, dispuestos a presenciar esta segunda fase de los tradicionales “Jochs Florals” burrianenses. Bellísimas mujeres, eran notas de color y de aroma, realzando el solemne espectáculo. Los sencillos hombres de las “blusas negras” eran otro motivo simbólico de la velada. Aquellas y éstos son los dos factores esenciales de la prosperidad y rango de Burriana. Aquellas, por su hermosura; éstos por su entereza y laboriosidad.
    Lo más distinguido de la población, elemento oficial y pueblo se habían dado cita en el “Oberón”.


    Sumergiéndonos en esta catarata de adjetivos, ensalzando la ciudad y sus habitantes, llama poderosamente la atención como describe el anónimo corresponsal a la clase no intelectual, “Los sencillos hombres de las blusas negras”. El norteamericano James Augustus Michener, en la introducción de su libro “Iberia, viajes y reflexiones sobre España” que trata de sus andanzas en la década de los años 20, por nuestro país, editado por primera vez en 1968, narra su llegada a la playa de Burriana (El Grao) y también no cesa en elogios ensalzando, entre otras cosas, a la clase trabajadora burrianense, portadora de la blusa negra que tanto le había impactado.

    A las diez aproximadamente se dejaron oír los airosos sones de la Marcha de la Ciudad y el Ayuntamiento en corporación, con su joven alcalde don Vicente Enrique Mingarro y el concejal señor Calbet llevando la “senyera” burrianense, e invitados y Comisión organizadora, entraron en el pasillo de butacas, subiendo por las alfombradas escalinatas, al escenario, estallando una ovación ensordecedora. La brillante banda municipal “Filarmónica Burrianense” amenizó esta solemne entrada.
    El señor Alcalde, entre una cálida ovación da por comenzado el acto y seguidamente concede la palabra al presidente de la “Peña L’Astella”, el joven José María Cantavella, uno de los formidables paladines de esta memorable noche con sencillez y soltura, dirige la palabra al público, saludando en nombre de la Peña a las dignísimas autoridades e invitados.
    Tiene varios y emocionantes párrafos para describir el porque de estos “Jochs Florals”, narra las vicisitudes y trabajos que les costó la noble empresa, pero al fin –dice profundamente inspirado- hemos podido llegar a la consecución de nuestros juveniles propósitos con este solemne acto, para que la patria y el mundo entero sepan de lo que son capaces los burrianenses.
    Esto es un cultivo intelectual –termina emocionado- y nosotros hemos abierto el surco para echar en él la simiente que fructifique esa siembra de cultura y revalorización de nuestro pueblo y que todos sepan quién es Burriana y su juventud. El público aplaudió entusiasmado al joven orador.


    No cabe mayor fanfarronería, ni en menor espacio escrito, con el atrevimiento añadido en aquellos tiempos, osando publicar tales palabras en un diario de Castellón, siendo consciente de la rivalidad existente, entre ambas ciudades que tan bien reflejó Michener en su libro Iberia, inclinándose a favor de la nuestra.

    El secretario de “L’Astella” lee después el fallo hasta la adjudicación de la Flor Natural. Abre la plica y proclama el nombre de don Manuel Peris Fuentes, autor de la poesía “Urbs lustratis” premiada con la Flor Natural”. El poeta premiado recibe el preciado galardón entre una ensordecedora salva de aplausos. La banda municipal deja oír de nuevo los marciales sones de la Marcha de la Ciudad al ir la representación del poeta premiado en busca de la Reina y de su Corte de Honor. Se desborda el entusiasmo y emoción del público, cuando la joven y poética Reina, precedida de su Corte juvenil, hace entrada en el salón. Fina Boix Monrabal y sus cortesanas, van acompañadas de los simpáticos jóvenes de “L’Astella”.
    Una vez en el escenario el señor Alcalde proclama Reina de la Fiesta a la bellísima y encantadora señorita burrianense, pura y linda como un ángel del Señor, Finita Boix Monrabal que lleva como Corte de Honor a su áurea realeza literaria, las hermosísimas señoritas, la trigueña y señorial Dorotea Félis, la no menos preciosísima figurita de Sévres Elsa Forner, la negraza y juncal Consuelito Granell, de ojos carbunclos, la muñequita de oro y de espuma Carmencita Félis y la morenita graciosa de los románticos tirabuzones Doloretes Enrique. Los lindos pajes de la Reina son dos verdaderos “cibelots” Ramoncito Boix y Ramón Traver.


    Los familiares, amigos y conocidos de las personas aquí mencionadas, lógicamente por respeto a sus memorias, habrán esbozado una sonrisa con la lectura de la enfática crónica. Hoy la hubiéramos calificado de cursi y petulante, pero aquellos eran otros tiempos, en los que no existía la televisión, habían muy pocos aparatos de radio y entre otras cosas estaban faltos de acontecimientos sociales que pudieran ser las comidillas de improvisadas reuniones, en los soportales de las casas. La imaginación se desbordaba y los pocos que sabían leer y escribir, eran los encargados de divulgar lo que decía la prensa. “Quasi res porta el diari”.

    La joven y elegantísima Reina, vestía un bello traje de seda, tan blanco como su alma y su cara, tan egregio como la diadema de pedrería que era pobre entre las guedejas de oro de la regia cabecita. Su Corte de Honor era también una sublime expresión de castidad y de belleza con la nítida blancura de sus trajes. El estrado aparece en estos momentos solemne. La Reina en su trono, aparece radiante de belleza. Fina Boix es como las Reinas de los cuentos de hadas, buena y hermosa. Las princesitas de los bucles de oro y de azabache son el complemento de Su Majestad Burriana. Fina Boix ha robado el azahar a las ramas y el dorado color a las naranjas. Nunca mejor proclamada una Reina Burrianense.
    A la derecha de la Reina y su Corte están sentados los integrantes de la “Peña L’Astella, José María Cantavella, Manuel Ríos Marchancoses, Evaristo Urios Planelles, Vicente Mingarro Enrique, Vicente Boix Monraval, Evaristo Boix Ripollés, Amado Fortea Esteve y Vicente Enrique Serra. En lugar preferente el joven y virtuoso mantenedor Fray Juan Albentosa, Padre Franciscano, el ilustre presidente de “Lo Rat Penat”, don Manuel González Martí, el poeta premiado don Manuel Peris Fuentes, don José María Giménez, director de la revista “Cultura Valenciana”; don Manuel Borja, presidente de la Unión Patriótica de Cullera; doctor don Ramón Arnau, presbítero, en representación del señor cura párroco; las “cortesanas” señoritas Felis, Forner, Granell; los pajes, a los pies de la Reina, los dos maceros del magnífico Ayuntamiento y a la parte izquierda, don Jaime Ferrer y Vercher, representante de la Sociedad de Publicaciones y miembro del Jurado; el teniente de Carabineros, don José Molina; el joven alcalde de la Ciudad, don Vicente Enrique Mingarro; los señores tenientes de alcalde y concejales don Vicente Doménech, don José Ramón Agramunt, don Pedro Fortea, don Pascual Agrait, don Pascual García, don Bautista Enrique, don Ernesto Blanch, don José Calbet, don José Ramón Giménez y el culto secretario municipal don Bautista Tejedo. A espaldas del señor alcalde la “senyera” burrianense.
    El Salón del Trono ofrece un efecto grandioso por la valiosa personalidad que en el orden patrio, militar, social, literario y bello representan. El poeta laureado lee su hermoso trabajo entre calurosos aplausos.


    La narración, aunque extensa, es un documento fidedigno de la importancia que tenían las personas, con relación a los cargos sociales y políticos que ocupaban. Hay que recordar la escasa escolarización de la población, en el primer tercio del siglo pasado, lo que convertía rango de importancia, a todo aquel que había tenido la posibilidad de acudir a la escuela y más aún si había cursado enseñanzas técnicas, superiores o universitarias. La cultura y el conocimiento, eran un signo de riqueza que abría las puertas para la posibilidad de un cargo público y eso era algo que se reflejaba, tanto en los periódicos como en las escasas publicaciones de la época.

    El alcalde abre las plicas de los premios extraordinarios que dan el siguiente resultado:
    Viola d’or: a Fray José de Jesús María C.D.
    Englantina d’or: al poeta don José Calzada Carbó que lee la bella poesía arrancando frenéticas ovaciones.
    Poesía festiva: a dos Bautista Tejedo Beltrán que también declara como el sabe, el trazo magnífico de su poético ingenio, siendo ovacionado tan emocionalmente que hay espectador que llora. ¡Que grande eres Batistet!.
    La banda municipal dirigida por el maestro Ibáñez ejecuta una de las obras de su repertorio en el intermedio. Se da lectura al resto del fallo y el señor Alcalde abre todas las plicas de los premios extraordinarios que se asignan por el siguiente orden:
    Del Magnífico Ayuntamiento de esta ciudad, a don Agustín Rodríguez Serra Presbítero.
    De don Vicente Enrique Mingarro, Alcalde de la ciudad, a don José Calzada Carbó.
    De don Joaquín Balaguer, Cura Ecónomo, a don Vicente Fandos Aymerich.
    De la Asamblea local de la Cruz Roja Española, al doctor don José María Guinot Galán, Presbítero.
    De don Manuel Miralles Franch, Vicecónsul del Uruguay, a don Rafael Llobat Ferrer.
    Del Banco Español de Crédito, a don Benito Traver García, Presbítero.
    Del Círculo de U. P. Al Rdo. P. Tomás P.
    De la Sociedad “Lo Rat Penat de Valencia” a don Eduardo Buil.
    De don Francisco Roca, director de las Escuelas Nacionales Graduadas, a don Antonio Richard Iñigo.
    Del Círculo Frutero, a don Manuel Peris Fuentes.
    De la Sociedad de Exportadores de Levante, a don José Calzada Carbó.
    De la Sociedad de Tiro de Palomo, a don Bautista Ríos Granell.
    Del Sindicato Agrícola Obrero, a don Francisco Griñena Quiles.
    De la Sociedad Artística Mus, a don José Ferrer.
    De los señores Notarios de esta ciudad, a don Vicente Gimeno Michavila.
    Del Muy Ilustre Sr. Don Vicente P. Nadal, Canónigo de Tortosa, al doctor don José María Guinot Galán, Presbítero.
    De don Vicente Sales Musoles, a la señorita Teresita Montoliu.
    De don Manuel Peris Fuentes, a la señorita Rosita Enrique.
    De don Evaristo Boix Ripollés, a don Agustín Rodríguez Serra, Presbítero.
    De la “Peña Congreso”, a don Joaquín Tuixans Pedregosa.
    De la Sociedad Valenciana de Publicaciones, a don Jesús Morante Borrás.
    De la “Penya L’Astella”, organizadora de este certamen, a don José Calzada Carbó.
    Todos los señores premiados fueron aplaudidos al serles entregados los diplomas correspondientes. Después de la lectura de plicas, siguió otro notable intermedió por la Banda


    Cabe destacar dos hechos significativos tras la lectura de los premios. La implicación de la familia eclesiástica, en la sociedad cultural del momento y el número de mecenas, tanto entidades como particulares que colaboraron con los juegos, en la concesión de los distintos diplomas y galardones. ¿Sería factible, en nuestros días la organización de un certamen literario, con una respuesta similar por parte de todos los estamentos mencionados?. Ayuntamiento, iglesia, asociaciones culturales, entidades financieras, comercios y particulares, en ese momento determinado, ayudaron a engrandecer nuestro patrimonio, convirtiéndose sin saberlo en una cultural y brillante página de la historia de Burriana.

    La crónica continúa con la reproducción del discurso del mantenedor del acto, el Rvdo. P. Juan Albentosa y de algunos de los trabajos premiados. Curiosos son los tres espacios publicitarios que se incluyen: La droguería y perfumería de la Virgen de la Merced, cuyo propietario, según he podido averiguar a través de la Guía Tiris de 1931,  era Bautista Llopis Fuentes, situada en la Calle Luis Oliveros, 38 que posteriormente se llamaría Sol y Ortega, luego José Iturbi y ahora Carrer la Tanda, donde como indica el anuncio “Además de contar con un gran surtido de toda clase de drogas y perfumes, esta Casa vende también el acreditado VINO REALON de las Bodegas de Alcoy, con más de 80 años de crecientes éxitos. VINO FINO DE MESA. Clarete selecto, botella 0’85. Blanco brillante, ídem 0’95. Rebajas a los grandes consumidores.” Así redactado, con la mentalidad actual, no pasaría la censura popular.

    También la fábrica de hielo, de agua completamente potable, con producción diaria de mil barras de Ernesto Fenollosa Moros, en la Calle Santo Domingo (junto al trinquete) y el anuncio de Salvador Tormo, constructor de las Máquinas Tormo para limpiar, pulir y clasificar naranja. Las más sólidas y económicas, cuyo taller se encontraba en el camino de Villarreal, 18 y el despacho en la calle San Agustín, 9.

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    comentarios 2 comentarios
    velo
    velo
    15/05/2014 01:05
    Estupendo

    Estupendo si que quede gen tan competent i explendida

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