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Por Miguel Ángel Bodí
Reinventar Burriana - RSS

¿Cuándo se jodió Burriana... para el PSOE?

    Aprovechando en este titular la famosa frase  “¿cuándo se jodió el Perú?” de un personaje de Mario Vargas Llosa en uno de sus libros más célebres, en este escrito se analizarán las diversas causas que han desembocado en que el PSOE haya perdido las elecciones municipales de hace unos días.

    La actual dirección del PSOE local haría muy bien en leer con detalle este artículo ya que, según dicen, todavía nadie llega a explicarse cómo no han obtenido la mayoría absoluta, a la que  seguían aspirando unos días antes de las elecciones.

    Si en la primera legislatura los ciudadanos valoraron positivamente la gestión realizada, con independencia de que hace cuatro años ayudara la ola nacional al PSOE local, en el punto más alto, en esta segunda legislatura han debido valorar lo contrario, ya que la gestión realizada ha dejado mucho que desear, a lo que se añade que la ola nacional estaba en el punto más bajo.

    En estos últimos años, los partidos del equipo de gobierno del PSOE y COMPROMÍS han seguido diferentes caminos. Estos últimos tenían muy claro que lo importante era tener contentos a sus militantes y simpatizantes, a lo que se dedicaron en estos años con múltiples actos culturales, sociales o festivos dirigidos a toda la ciudadanía pero principalmente a ellos, con lo que han seguido manteniendo su apoyo, incluso ha crecido en unos 200 votos más.

    En cambio, en el PSOE, a pesar de pregonar lo contrario,  en estos cuatro años nunca han estado con las personas, ya que no han tenido claro en ningún momento su público objetivo, el “este per a qui cull”, según el dicho popular. Su alcaldesa y concejales parecían estar en lo alto de un castillo, disfrutando de su casi mayoría absoluta, observando los problemas de sus “súbditos”, sin hacer caso a sus demandas, como ocurrió en los meses de la pandemia, en la que Burriana fue de las ciudades que menos ayudas otorgaron y más tarde lo hicieron. No en balde uno de los gurús del partido, muy cercano a la alcaldesa, ante las recurrentes peticiones de la oposición de ayudas para las  familias y negocios en ese especial momento, llegó a publicar en las redes sociales que “ahora no es el momento de gastar sino de guardar, por lo que pueda venir”, como si lo que pudiera venir no hubiese llegado ya.

    Después, cuando felizmente se estaba saliendo ya de la pandemia, llegaron a aprobar los bonos al comercio un año después que otras ciudades, después de meses diciendo que eran ilegales. También cuando, después de mucho retraso, llegaron  importantes ayudas desde otras instituciones, las hicieron suyas al 100% cuando solo llegaron a aportar desde el Ayuntamiento un escaso 15% e intentaron incluso  vender que eran los primeros en otorgarlas y en pagarlas, argumento que no convenció a casi nadie.

    Pero no sólo demostraron poca empatía en unos momentos tan difíciles como en la pandemia, sino durante toda la legislatura en temas tan importantes y delicados como Sant Gregori, en donde incomprensiblemente se pusieron al lado de la empresa y en contra de los propietarios, muchos incluso votantes suyos, llegando el esperpento hasta a embargar las cuentas bancarias de quienes no pagaban o no podían pagar las cuotas, cuando el propio Ayuntamiento era el primer acreedor de la empresa, incluso en la actualidad sigue debiendo más de 1.500.000€. Ese malestar de muchos propietarios provocó que se llegaran a instar más de 500 contenciosos y varias querellas, estando actualmente imputada la alcaldesa y el concejal de urbanismo en una de ellas. Ya veremos cómo salen del problema.

    La soberbia y prepotencia con la que han gobernado en estos años, la han seguido manteniendo hasta sus últimos días, como en el inicio a destiempo hace unas semanas de las obras de la Avenida Mediterráneo, cuando más afectaba a vecinos y de hosteleros, que manifestaron de muy diversas maneras sus razonables quejas, incluso con más de 1000 firmas en contra. Ya se han podido comprobar estas semanas los múltiples problemas que esta equivocada decisión ha ocasionado a vecinos y visitantes.

    Tampoco no han llegado a tener claro qué hacer con la ciudad, ni el modelo a aplicar ni el rumbo a seguir, a pesar de que la sociedad civil a través del Foro 2030 les ayudó con un documento de Plan Estratégico de Ciudad o con aportaciones en la propia coalición como los dos Planes Estratégicos de Turismo, de 2017 y de 2022. Si la zona marítima era lo más importante en lo que ponerse a trabajar, en estos 8 años nada se ha avanzado, tan solo el inicio precipitado de unas obras que tendrían que haberse aplazado a septiembre.

    En lugar de tener claro el camino a seguir, han preferido ir sobre la marcha tomando decisiones en función de las muchos recursos que todos los años cosechaban al ingresar puntualmente de los ciudadanos y organismos públicos, pero no gastar cuando estaba previsto por falta de gestión, pasando muchas inversiones de un año para otro. Lo habitual ha sido en estos años escuchar las numerosas excusas que han brindado ante el retraso de muchas actuaciones previstas, como “lo estamos estudiando”, “no me hacen caso en Madrid o en Valencia”, “la burocracia es muy lenta”, “el asunto es muy delicado”, “los trámites son muy farragosos”, “el contrato  viene del gobierno anterior”, “hoy no puedo dedicarme a ello que tengo dentista”, “los anteriores me lo han dejado muy difícil”, etc.

    A todo ello se añade el no haber sabido gestionar los verdaderos retos de la ciudad, dedicándose solo a la gestión de los asuntos del día a día, aunque, a la vista de los resultados,  de manera muy deficiente, como es el hecho evidente de la falta de limpieza en la ciudad, la falta de seguridad por el escaso número de policías, acentuada por la escasa iluminación en las calles, asuntos que no se han sabido resolver por medio de una eficaz gestión de los contratos o del presupuesto municipal.

    De los grandes retos de la ciudad, que el gobierno socialista prometió solucionar en sus programas electorales, casi ninguno se ha llevado a cabo: ni el proyecto de la Remodelación del Plá y del centro urbano, que está parado desde marzo de 2020 cuando se adjudicaron los premios a las tres propuestas ganadoras del concurso realizado y nada más se supo, incluso ni lo incluían en el programa electoral de 2023; ni la urbanización del Arenal, que a última hora pretendían iniciar sin pies ni cabeza, sin tener desarrollado un nuevo Plan Especial que definiera todos los usos de la zona después de haber dejado caducar en 2016  el del anterior gobierno; ni la reapertura del Museo de la Naranja o del Cardenal Tarancón; ni los prometidos Nuevo Llar Fallero o el edificio del Ambulatorio y  Multifuncional del Puerto; ni la adecuación del Parque de la Ribera del Clot, que más parece una selva que un paraje natural; ni aprobar el Plan para legalizar las viviendas de la Marjalería o incluso no haber sabido dar ninguna solución a los problemas que año tras año genera el Arenal Sound a muchos ciudadanos, limitándose a señalar que, si ellos siguieran gobernando, en el tema del festival seguiría todo igual.

    A esta evidente falta de respuesta a los problemas de la ciudad, se añaden las precipitadas actuaciones realizadas en el último año, que han sido todas muy controvertidas, como las polémicas líneas blancas para aparcar  en la calle Valencia, que duraron poco más que un telediario, la infinitas curvas del carril bici de la Ronda Pedro IV, objeto de numerosos memes en las redes sociales que incluso tuvieron repercusión en algún medio de comunicación nacional, o el peligro que entienden muchos ciudadanos que supone la ejecución deficiente de la pasarela del Clot, que más que un puente parece una presa y delante de la cual todo el equipo se llegó a fotografiar con orgullo días antes del día de la votación.

    Tendrían que haberse dado cuenta a tiempo de que todas estas actuaciones, cuando las publicitaban en las  redes sociales, recibían un montón de comentarios negativos de ciudadanos enfadados con su deficiente gestión, que iban a más conforme iban pasando los días, pero estaban muy ocupados aplaudiéndose entre ellos.

    Tampoco se supo apoyar en las muchas personas con conocimientos y experiencia en gestión municipal del partido, mediante la creación de una ejecutiva fuerte, como siempre había sido así,  que guiara y apoyara la gestión del grupo municipal de concejales y, en cambio, se prefirió elegir a todos sus miembros entre las personas afines o familiares de la alcaldesa y concejales, con lo que se cortó de raíz la capacidad de crítica desde el partido.

    Todo ello ha llegado a desembocar en que este gobierno socialista ha vivido estos años en una urna de cristal, rodeado solo de personas que aplaudían y jaleaban a la lideresa en todos sus actos, que se creían a pies juntillas cualquier argumento que se pregonaba y, como en el famoso cuento del rey desnudo, ésta vez ha tenido que ser no un niño sino todos los ciudadanos quienes les han advertido de su desnudez y de sus errores, por lo que han optado por un cambio, enviándolos a la oposición.

    A todo ello se añade que, elección tras elección, el equipo ha seguido siendo el mismo a pesar de sus más errores que aciertos, y que la campaña electoral ha sido muy pobre, no solo en propuestas sino también en presencia en las calles, pretendiendo dejar todo el protagonismo a un decadente carisma de la alcaldesa, como se demostró con toda su crudeza en la última semana al conocerse la repercusión tan negativa de sus múltiples decisiones equivocadas en la gestión del proyecto de Sant Gregori, que anularon los tribunales. Con todo, pues, aún pueden darse por muy satisfechos con el resultado obtenido, ya que el PSOE siempre mantiene una base muy fiel.

    Y ahora ya solo queda no engañarse en el solitario creyendo que son los ciudadanos los que se han equivocado y no ellos, hacer la crítica que toca, que lleguen a dimitir los responsables del desaguisado y renovarse para  intentar renacer más adelante, como siempre el PSOE local lo ha sabido hacer. Espero que esta vez, aunque pasen quizás demasiados años y muchos ni siquiera lo podamos ver, también se consiga.

    A quien corresponda, mucho ánimo en el empeño.

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