El camino son muchos Saraos Fest, no un Arenal Sound

En las recientes fiestas de Pascua la ciudad se ha visto sorprendida por una iniciativa novedosa del equipo de gobierno como ha sido el Sarao Fest, con un fin de semana de actuaciones musicales en la zona marítima.

Por el resultado obtenido parece que ha sido un éxito, ya que ha habido una afluencia notable de asistentes en la tarde noche de viernes y sábado, tanto locales como incluso de ciudades del entorno.

Siendo una celebración  con una participación de unos 4.000 ó 5.000 asistentes, los comercios y hosteleros del entorno han valorado notablemente la propuesta, por cuando, por lo que algunos comentaron, en algunos momentos no podían ni atender la gran demanda existente.

A la vista de un evento que seguro que va a ir a más en años venideros, sabiendo también que en unos meses vamos a tropezar de nuevo con un macrofestival que va por la 13ª edición y que año tras año ocasiona innumerables quejas a muchos ciudadanos y diversos colectivos, parece el momento de volver a razonar sobre la oportunidad de este tipo de eventos en nuestra ciudad.

En estas mismas líneas ya se ha comentado en más de una ocasión sobre la falta de proyección turística que un festival low cost como el Arenal Sound ofrece a nuestra ciudad. Ha quedado más que demostrado que no es cierto aquello que sus promotores nos intentaron vender en sus inicios en 2010 de que iba a ser un negocio redondo para la ciudad porque el evento iba a situarla  como referente turístico, que Burriana se llenaría de turistas por la gran repercusión mediática y por todos esos jóvenes que la descubrirían y que volverían de más mayores.

Pues bien, 15 años después ninguna mejora en la actividad turística se ha notado en la ciudad, seguimos igual que siempre o quizás peor, instalados en el quiero y no puedo, sin ninguna infraestructura adecuada y sin que Burriana sea reclamo más allá de esos más de 50.000 jóvenes venidos de toda España que disfrutan de su clima y de sus playas durante 5 días, que se dejan casi todos sus dineros y sus muchas ganas de fiesta solo en el interior del recinto del festival y que nada más aportan a la ciudad. Incluso la propia Asociación de Hostelería emitió un comunicado hace unos meses soslayando que están en contra de su celebración por lo poco que les aporta a sus negocios y los impedimentos de acceso  a los clientes de siempre por esta irreverente congregación juvenil debido a la saturación ocasionada durante esos días.

También la Asociación de Vecinos del Puerto emitió un comunicado en octubre del año pasado, dando cuenta de la decisión tomada por unanimidad en su Asamblea General en el que se manifestaban en contra del evento salvo que se modificasen muchas circunstancias, tantas que eliminarían el negocio a sus promotores, por lo que  no parece que puedan ser tenidas en cuenta.

Volviendo al momento actual, muy poco está trascendiendo hasta ahora a los ciudadanos sobre los cambios que el nuevo equipo de gobierno quiere impulsar respecto a su celebración y, además, muy poco pregunta la oposición, limitada claramente en sus decisiones por la permisividad sumisa que trasladaron cuando gobernaron, dejando hacer a sus promotores a lo largo de sus últimos años sin exigir prácticamente nada a cambio para la ciudad.

De lo pocas noticias que se han publicado de cara a la próxima edición, hace unas semanas el gobierno actual “agradecía” públicamente a la empresa la cesión gratuita de unos 1.000 m2 con los que ampliar la Avenida del Mediterráneo en las obras que se están ejecutando, de los 16.600 m2 de terrenos que el anterior gobierno dejó que adquirieran en 2017 en subasta pública, aunque quizás lo que debería de estar intentando es tratar de cumplir con la promesa electoral de “adquirir para el patrimonio de la ciudad la totalidad de esos terrenos en propiedad de una empresa privada, que deben de seguir siendo públicos”.

Pocos agradecimientos parece que merecen quienes se aprovechan en beneficio propio de las excelencias de una ciudad, que la estrujan hasta la extenuación y que suponen un freno evidente a su potencial turístico. Esperemos que el estudio recientemente contratado a la UJI sobre la repercusión económica, social y medioambiental del Arenal Sound refleje de veras todas las carencias que se advierten año tras año.

Conviene resaltar que estos problemas no solamente inciden en nuestra ciudad, ya que hace unos días la prensa se ha hecho eco de las quejas de Benicassim por el nuevo FIB, gestionado por la misma empresa que el Arenal Sound y con sus mismas características de festival low cost, con un negocio que no traspasa los límites de su recinto y que no llega al tejido económico y social de la ciudad.

Por otra parte, con los trámites iniciados para el desarrollo de la Urbanización del Arenal, quimera en la que llevamos ya más de 50 años desde que el Ayuntamiento lo adquirió en 1969,  en cuando ésta se pueda llevar a cabo el festival tal como ahora se entiende no va a poder realizarse, ya que va a chocar directamente con el impulso turístico y de servicios que se pretende dar a la zona marítima, no solo en los propios terrenos municipales del Arenal, sino incluso con los lindantes con la zona portuaria donde se celebra actualmente.

Con la ejecución de la urbanización del Arenal y la posibilidad de ubicar servicios, actividad hotelera o dotaciones de todo tipo, ya se ha comentado en este blog que se podría crear un recinto multifuncional donde celebrar cualquier evento, incluso festivales de todo tipo y en todo tiempo. Eso mismo consta también en el programa electoral del equipo de gobierno en el que se propone “crearemos la marca Burriana, ciudad de festivales, impulsando la celebración de nuevos festivales para desestacionalizar la llegada de turistas y mejora de la actividad económica local, valorando la ejecución de un nuevo recinto que permita la celebración de festivales, así como diferentes actos festivos y culturales en diversas épocas del año”.

El camino para llegar a que alguna vez Burriana pueda ser alguien en cuanto a la actividad turística va a ser duro, no cabe ninguna duda, pero ya de una vez habría de empezar, así como reflejarse en una estrategia clara, que solo indiciariamente se comienza a notar y que va a tener a muchos ciudadanos a favor y a algunos detractores interesados en que todo continúe igual.

Pero si todo continua igual, seguirá siendo un negocio para unos pocos, no para la ciudad, que seguirá sufriendo las consecuencias de una marabunta de jóvenes que lo inundan todo en la semana más importante de agosto, lo que impide que turistas de veras puedan venir a la ciudad a disfrutar de su costa, ya que incluso la playa tiene el acceso restringido no solo esa semana sino anteriores y posteriores.

Lo importante no ha de ser que a trancas y barrancas se siga año tras año con un festival que nada bueno aporta a la ciudad, sino que  Burriana pueda iniciar un camino anhelado durante años y que tiene mucho futuro debido a sus muchas excelencias como municipio de costa mediterránea.

No cabe duda de que programar muchos eventos como el Sarao Fest, incluso con 10.000 ó 15.000 asistentes, son el futuro, así como en un recinto de festivales propio que los permita sin las muchas molestias actuales.  De esta manera podrán convivir con la actividad social de la ciudad y repercutirán de veras en su tejido económico, para que Burriana pueda llegar a ser algún día un referente de una nueva realidad turística con sus playas y su zona marítima.

Habría que actuar cuanto antes para que el negocio no lo haga una empresa foránea, tan lejana como que su capital es estadounidense, que solo busca maximizar su beneficio particular aprovechándose de las muchas bondades de nuestras playas, sino que lo hagan los nuestros, nuestra ciudad, nuestros ciudadanos y nuestros comerciantes y hosteleros, que seguro que sabrán revertirlo en una ciudad mejor.

Ese es el camino a seguir, el de muchos Saraos Fest en un recinto propio de festivales.

A quien corresponda, mucho ánimo en el empeño.