El Club de Roma y el cambio climático
Es comprensible que haya personas qué, por sus circunstancias personales, no tengan un conocimiento amplio del por qué, y las consecuencias del cambio climático. Me refiero a las personas que la vida no les ha dado la oportunidad de tener estudios. Por el contrario, es incomprensible, que haya personas, con buenos estudios, una buena situación económica que les permite dedicar tiempo a lo que quieran, que jamas han prestado atención al cambio climático, porque piensa que no les afecta. Hay otras, que creen que si se hiciera caso a los defensores del medio ambiente, viviríamos en cavernas. Lo más grave, de los ignorantes de la necesidad de respetar el medio ambiente, y de los negacionistas del cambio climático, es que algunas de esas personas ocupan puestos de responsabilidad en importantes empresas o instituciones de gobierno, por lo que tomam decisiones que afectan directamente, para bien, o para mal, al clima.
Explicare por qué resulta inadmisible que en 2022, haya autoridades e importantes ejecutivos, con grandes estudios, que nieguen la existencia del cambio climático. En la primavera de 1968 un pequeño grupo de personas, de científicos y políticos crearon el Club de Roma. Se trata de una organización no gubernamental fundada en Roma, cuyos miembros estaban preocupados por asegurar la salud del planeta a largo plazo. Ese Club encargó el conocido informe "Los límites al crecimiento” publicado en 1972, que ha tenido varias actualizaciones. En ese informe se advertía que los recursos del planeta son limitados, por consiguiente, el desarrollo tiene sus limites. Ello dio lugar al inicio del movimiento político en defensa del medio ambiente. Las predicciones del informe original fueron consideradas en su día como alarmistas. Pero en 2014 fueron revisadas por la Universidad de Melbourne, y comprobaron que casi todas las previsiones se han cumplido con mucha exactitud. El último de los informes realizado por el Club de Roma, hace “Una proyección para los próximos 40 años" y sigue insistiendo en la necesitad de limitar el crecimiento para frenar el cambio climático.
En 1998, asistí a un conferencia de un europarlamentario. Expuso que según un estudio de la Agencia de Medio Ambiente Europea, para que todos los habitantes de la India, alcanzaran el consumo medio de Cataluña, se necesitarían de todos los recursos naturales del Planeta. Así las cosas, saqué cuatro conclusiones: el planeta no dispone de recursos suficientes para garantizar el consumo medio de un país desarrollado, a todos los habitantes del planeta; para mantener el consumo de los países desarrollados hay que mantener en un consumo precario y de subsistencia, a miles de millones de personas, tanto en el mundo desarrollado como subdesarrollado; el desarrollo ilimitado e incontrolado que muchos practican, conlleva el agotamiento de los recursos naturales; el uso incontrolado de los recursos naturales produce un cambio climático con efectos nocivas para las especies que lo pueblan.
El año 1996, interpuse la primera demanda en defensa del medio ambiente. Hasta 2016, que me jubilé, he participado en distintos procesos judiciales, en defensa de los ecosistemas y la flora y fauna más representativas del medio ambiente. En esos procesos, sobre todo, en los primeros años, junto los ecologistas que representaba, he sufrido burlas, insultos, injurias e intromisiones ilegitimas al honor, de la sociedad civil, de los promotores, de los medios de comunicación, de la administración local, autonómica, central, de los Tribunales y la fiscalia, etcétera. Hay que reconocer, que en todas partes hay excepciones. De todos ellos, los que mayor odio han expresado al movimiento ecologistas, por defensar lo que ahora dice la comunidad científica internacional, la Unión Europea y Naciones Unidad, son los abogados y arquitectos que viven de proyectos depredadores de flora y fauna importante para el medio ambiente. Que nadie espere que alguno de ellos, pida disculpa por ello.
Como ejemplo de los efectos del cambio climático, cabe recordar la Cumbre del Clima, celebrada el pasado 2919, donde las sociedades médico - científicas y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), expusieron que la contaminación atmosférica causa 7 millones de muertes en todo el mundo. De ellas, en España mueren más de 10.000 personas al año por contaminación. Según la OMS 9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) alerta de que en España el 35 % de la población respira aire contaminado. El Instituto de Salud Carlos III, confirma que se producen en torno a 10.000 muertes al año relacionadas con los contaminantes atmosféricos. En 2021 en una investigación de la Universidad de Harvard, en colaboración con la de Birmingham, la de Leicester y el College London, concluyó que una de cada cinco muertes en el mundo está causada por la contaminación atmosférica provocada por el uso de combustibles fósiles, como el carbón, la gasolina o el gasóleo. Lo estudios de 2021 calculan que en España unas 44.600 personas mayores de 14 años mueren cada año en España debido a la contaminación. A pesar de ello, se sigue insultando a los ecologistas.
Hace poco se publicaba que en los primeros 4 meses del años, ya hemos consumido los recursos que somos capaces de generar. Eso significa que consumimos los recursos de tres planeas al año, por consiguiente, a los jóvenes les dejaremos un mundo peor al que nosotros recibimos. Nuestro desarrollo social y económico no puede realizarse a costa de la futuras generaciones. La transición eco-social hacía un modelo sostenible no es un capricho sino una necesidad. Los actuales habitantes del planeta, no somos propietarios sino usufructuarios, por lo que tenemos el deber de dejar un planeta habitable. A quienes siguen negando el cambio climático les tendría que dar la llama de los incendios, y las olas de calor, donde yo dijera hasta, que reconocieran la evidencia. Las autoridades deben ponerse al día, de lo que es evidente desde la fundación del Club de Roma.