Mujeres en el deporte, mujeres en el mundo
Han pasado muchos años desde aquel maratón de 1967 en el que la atleta Katherine Switzer lograra concluirlo con éxito, después de inscribirse solo con sus iniciales para poder tener un dorsal y correr bajo la presión de periodistas, que pronto se dieron cuenta que era una mujer, y de los organizadores de la carrera, que al verla intentaron, sin conseguirlo, que abandonara la misma.
A partir de ese momento, se organizaron muchas carreras, hasta lograr que en 1984 se incluyera el maratón femenino en las olimpiadas.
Desde aquellos años en los que temían que si las mujeres se dedicaban a los deportes de competición les pudiera crecer el bigote, desarrollárseles en exceso las piernas o se les cayera el útero, se han ido rompiendo todos esos prejuicios y estereotipos machistas y las mujeres han podido demostrar que pueden alcanzar cualquier meta, por imposible que parezca.
En nuestro país tenemos grandes deportistas que, a pesar del esfuerzo y de los éxitos que están consiguiendo, ya sea individualmente o en equipo (Carolina Marín esta misma semana ha quedado campeona del mundo en Bádminton, el equipo de hockey hierba en el mundial de Londres, el de natación sincronizada, el de waterpolo o, incluso, el de fútbol sub-19 quedando campeonas de Europa) las mujeres seguimos sin ser referentes en los programas de deportes de nuestras televisiones, que insisten en dar difusión a los deportes masculinos para mantener sus audiencias, dejando esos logros femeninos en un segundo plano.
El fútbol (el de hombres, claro, con sus hooligans incluidos) es el rey en todos los aspectos y se lleva la palma en cuanto a las excéntricas cifras que se manejan en los clubes, los escandalosos salarios de los futbolistas y amplísima comunicación mediática, seguido por el automovilismo y el motociclismo, en los que predomina también la presencia de pilotos con elevados ingresos y donde las mujeres han tenido que conformarse con ser meros adornos durante demasiados años.
Por si la invisibilidad de las mujeres en el deporte no fuera suficiente, la brecha salarial en el mundo deportivo es dramática, puesto que de entre los cien deportistas mejor asalariados, solo hay una mujer, la tenista Serena Williams, siendo abismales las diferencias en premios de los circuitos deportivos, y las cifras de los patrocinios para las deportistas son de escándalo, suponiendo solo un triste 0’4 % del total.
Y, pese a todo ello, a pesar de la precariedad, la falta de patrocinios y las dificultades, en el recientemente celebrado Tour de Francia, hemos tenido a trece mujeres fuertes, valientes y decididas, encima de sus bicicletas, pedaleando incansables, para reivindicar su presencia en el mundo del ciclismo.
Y tendrán que volver a demostrar que no se nos cae el útero por estar encima de un sillín, ni los ovarios van a sufrir problemas por ello… y aún pasarán más años hasta que se consiga que podamos competir en igualdad de condiciones en este y en otros campos… pero lo que queda claro es que debemos seguir estando y seguir reivindicando nuestro espacio, nuestros espacios, en el deporte y en el mundo… ese mundo patriarcal, al que todavía le queda grande que las mujeres estemos… y ganemos.