La mirada social, por fin, en colegios e institutos
La publicación esta semana en el DOGV de la convocatoria de una bolsa de empleo específico para Educación Social, abre una ventana a la ilusión de ver cómo aquello por lo que se ha trabajado tanto, que es la inclusión en el sistema educativo de nuestra figura profesional, comienza a tomar forma.
Y es que, nuestras escuelas e institutos necesitan que educadoras y educadores sociales tengamos un espacio para colaborar con el resto de profesionales que ya están en el sistema y, juntas, trabajar en que todos y todas, niños, niñas y adolescentes tengan las mismas oportunidades de crecimiento personal, las mismas oportunidades de aprendizajes, las mismas oportunidades de alcanzar el éxito.
Personalmente, estoy bastante cansada de la expresión “fracaso escolar”, que pone el foco en la persona que no ha alcanzado superar las exigencias de la escuela, pero que no se plantea ese presunto fracaso como un fracaso colectivo. No es el individuo quien fracasa, sino la institución, que no ha sabido/podido entender las causas que han llevado a que esa persona quede excluida del sistema educativo.
Es necesario que aparezca la mirada social en la institución escolar para que se pueda realizar ese acompañamiento a quienes más dificultades presentan, para que la escuela se abra al entorno, para que las familias sientan los centros educativos como una extensión de sus hogares y, así, juntas, familias-institución escolar, poder remar en la misma dirección, conociéndose y reconociéndose como pilares imprescindibles para que los y las escolares lleguen a buen puerto, con las competencias y capacidades necesarias para poder afrontar los retos que esta sociedad cambiante, en permanente crisis y con diferentes conflictos abiertos, les va a presentar.
Estoy convencida que esta oportunidad va a marcar un antes y un después en los colegios e institutos de la Comunidad Valenciana, y que, como en las autonomías que ya existe la figura de educadores y educadoras sociales, se consolidará y crecerá, pues nuestra mirada es necesaria para atender las crecientes demandas y retos que se le plantean a la escuela.