Diciembre 2022
Estos tres años nefastos, 2020, 2021 y 2022 los mantendremos en nuestra memoria colectiva como la trilogía del horror, en la que como en una leyenda bíblica hemos tenido de todo: plagas, catástrofes naturales con volcanes en erupción, lluvias torrenciales, fuegos arrasadores y guerras interminables, que se han sumado a las otras realidades que ya nos acompañan desde hace demasiado, y que no por estar en esta situación comprometida han desaparecido, sino que se han visto intensificadas.
Los procesos migratorios, con millones de personas huyendo del hambre, las guerras, las violencias y persecuciones de sus países de origen; la violencia de género, que solo en esta última semana se ha cobrado ocho víctimas mortales en nuestro país, 17 en diciembre, siendo el total de mujeres asesinadas de 87 durante el 2022; la precariedad a la que se enfrenta nuestra juventud o el tema del cambio climático, cada vez más real y cada vez menos reversible, son algunos de los problemas que se deben acometer de manera inmediata.
Pero quisiera centrarme en las mujeres asesinas por sus parejas o exparejas, porque me resulta especialmente necesario poner el foco en esas muertes, a las que se les dedican unos tristes segundos en los noticiarios.
Vemos de manera constante hablar de los asesinatos machistas con una insensibilidad que pasma. Si esas mujeres, en vez de ser mujeres anónimas, fueran policías estaríamos escuchando hablar de esas muertes como atentados contra la autoridad y el sesgo que se le daría a la noticia sería absolutamente preocupante. Si esas mujeres fueran personajes políticos todavía se produciría una mayor alarma social y se hablaría de crímenes de estado, con medidas especiales contra los asesinos, a quienes se les trataría como terroristas y se les impondrían medidas muy contundentes. Y si fueran futbolistas, tendríamos al país conmocionado, paralizado y en estado de shock durante semanas. Además de los debates interminables que tendríamos que soportar en todas las cadenas de televisión, con políticos, periodistas, criminólogos y otros expertos en la materia, analizando la situación y buscando soluciones para que no volviera a pasar…
Pues esta semana han sido OCHO las mujeres que han perdido la vida por sus parejas. OCHO. 8. O C H O. Diecisiete en este mes. Ochenta y siete en 2022.
Y, sin embargo, ¿cuánto se ha hablado de estas mujeres? Ya os lo digo yo: Nada. Lo justo para unos segundos en el informativo, dando la noticia de pasada y sin pararse a valorar qué es lo que está pasando para que esta lacra no acabe.
Así que decimos adiós al 2022 con el corazón encogido por todas ellas. Por Mª José, por Ángela, por Yaqueline, por Irina, por Mª del Carmen, por Rita, por Soraya, por Cristina, por Carmen, por Rebeca, por las que no ha trascendido su nombre… Por esas ochenta y siete mujeres brutalmente asesinadas.