OPINIÓN
Abriré las puertas de Onda al turismo
19/01/2011
-
El alcalde de Onda y sus socios de gobierno vuelve a equivocarse al decidir no acudir a FITUR, la segunda feria de turismo más importante del mundo y la primera de nuestro país..
Y se equivocan porque Onda debe convertir el turismo en un sector productivo para los ondenses. Tenemos muchas posibilidades para convertir a Onda en referente turístico nacional: castillo, casco antiguo, parajes naturales, museos y tradiciones.
Pero en los últimos años no se han hecho bien las cosas y hay muchos aspectos por mejorar. Desde hace años, estamos esperando que se apliquen las soluciones propuestas por la Universidad de Valencia para resolver las carencias que en estos momentos tiene Onda.
El equipo de gobierno debería haber empezado a invertir hace tiempo en la conservación del casco antiguo, en el mantenimiento de espacios públicos, en calles peatonales, en soterrar los cables de luz y mejorar la red de alcantarillado, en crear más plazas de aparcamiento, en desarrollar una mayor oferta de ocio y más diversificación del mismo y en la preparación de nuestros jóvenes para el sector servicios.
Todavía no se ha iniciado la elaboración del Plan Integral del Casco Histórico de Onda, solicitado por vecinos y asociaciones locales, y no podemos esperar más tiempo. Es el momento de apostar por el casco histórico, que es nuestra principal seña de identidad.
Si en mayo soy el nuevo alcalde, trasladaré la oficina de turismo junto a la Iglesia de la Sangre, por su alto interés histórico-artístico, e inmersa en pleno casco antiguo y peatonalizaré toda esta zona, con tal de servir de reclamo turístico y fomentar el comercio en la población.
A partir de mayo, en Onda abriremos las puertas de los turistas, no les daremos un portazo, como hace ahora el tripartito, al decidir no acudir a la segunda feria de turismo más importante del mundo y la primera de España.
Y se equivocan porque Onda debe convertir el turismo en un sector productivo para los ondenses. Tenemos muchas posibilidades para convertir a Onda en referente turístico nacional: castillo, casco antiguo, parajes naturales, museos y tradiciones.
Pero en los últimos años no se han hecho bien las cosas y hay muchos aspectos por mejorar. Desde hace años, estamos esperando que se apliquen las soluciones propuestas por la Universidad de Valencia para resolver las carencias que en estos momentos tiene Onda.
El equipo de gobierno debería haber empezado a invertir hace tiempo en la conservación del casco antiguo, en el mantenimiento de espacios públicos, en calles peatonales, en soterrar los cables de luz y mejorar la red de alcantarillado, en crear más plazas de aparcamiento, en desarrollar una mayor oferta de ocio y más diversificación del mismo y en la preparación de nuestros jóvenes para el sector servicios.
Todavía no se ha iniciado la elaboración del Plan Integral del Casco Histórico de Onda, solicitado por vecinos y asociaciones locales, y no podemos esperar más tiempo. Es el momento de apostar por el casco histórico, que es nuestra principal seña de identidad.
Si en mayo soy el nuevo alcalde, trasladaré la oficina de turismo junto a la Iglesia de la Sangre, por su alto interés histórico-artístico, e inmersa en pleno casco antiguo y peatonalizaré toda esta zona, con tal de servir de reclamo turístico y fomentar el comercio en la población.
A partir de mayo, en Onda abriremos las puertas de los turistas, no les daremos un portazo, como hace ahora el tripartito, al decidir no acudir a la segunda feria de turismo más importante del mundo y la primera de España.
Elperiodic.com ofrece este espacio para que los columnistas puedan ejercer eficazmente su derecho a la libertad de expresión. En él se publicarán artículos, opiniones o críticas de los cuales son responsables los propios autores en tanto dirigen su propia línea editorial. Desde Elperiodic.com no podemos garantizar la veracidad de la información proporcionada por los autores y no nos hacemos responsables de las posibles consecuencias derivadas de su publicación, siendo exclusivamente responsabilidad de los propios columnistas.