Inquieta espera de Ómicron
A las ya anticipadas columnas de días anteriores sobre: HIPERTRANSMISIBILIDAD; COVID PEDRIÁTICO; DESABASTECIMIENTOS ALÉRGENOS, etc. nos queda el buen sabor de la conducta ejemplar acreditada por la mayoría de la población, ante los eventuales comportamientos que nos deparará el patógeno durante las próximas jornadas.
Ya nos encontramos acostumbrados a las conmociones, en este caso. debido a las cifras de contagios que van saltando a las redacciones de los medios informativos, superando con creces las peores estimaciones inicialmente concebidas. (incidencia acumulada de 1.775 por cada 100.000 h.), mientras que otros indicadores que habitualmente acompañan, se mantienen altos o muy altos. como saturación en hospitales, que en estos momentos suponen presión media en ingresos, y presión alta en uci’s.
Supone también Intranquilidad, lo comentado días atrás en este Medio respecto a la hiper transmisibilidad amenazante del patógeno, mediante palabras de la Presidenta de la U.E en su viaje a Estonia, el pasado 29 de noviembre. exhortándonos “a prepararnos para lo peor”, actuándose respecto a dicha recomendación, a nuestro juicio de forma tardía por parte del ejecutivo en cuanto a advertencias diáfanas los ciudadanos.
En sentido contrario, nos consta la permanente abnegación de todo el personal sanitario, inclusive doblando turnos y jornadas de 48 horas de facultativos y auxiliares.
Volviendo de nuevo al comportamiento del patógeno, y según estudios internacionales, al reproducirse la situación actual dentro de similares características, según los expertos, resulta muy probable que aquellos pacientes con dosis completas o en menor medida, inoculados con una tercera de refuerzo, no asumirían un riesgo grave.
De hecho, en hospitales estadounidenses, fuentes habituales de avances, se producen menos hospitalizaciones que con la variante DELTA, concordantes con datos clínicos españoles.
No obstante, nuestros vecinos franceses, británicos italianos, alemanes, etc. caminan por la misma senda que España en cuanto a contagios se refiere, ya que ha transcurrido más de un mes desde que se detectara por primera vez el patógeno, sin tiempo material para frenarlo ante su potente fuerza expansiva.
Lo anterior constriñe planes de Noche Vieja y Año Nuevo, obligándonos a permanecer en nuestros domicilios y solicitud de más sacrificios solidarios para jóvenes y empresarios del sector ocio.
Hemos contemplado también la perspectiva de que puedan resultar también afectados, personal de sectores básicos esenciales, como Agua, Gas, Electricidad, Policía, Bomberos y otros.
En Austria y otros países se estudia la alternativa de preservar y aislar a personal voluntario completamente sanos, con el fin de qué ante un eventual empeoramiento de la situación, pudieran hacerse cargo de evitar colapsos en dichos sectores.
Se estudia la viabilidad de implantación, pero surgen voces discrepantes respecto a qué en los tres primeros sectores, la sugerencia parecería más identificada con intereses comerciales que con la salud pública.
En fin, cara a los primeros datos de 2022, esperamos que los Dioses nos ofrezcan mayores reflexiones solidarias por parte de los aun no vacunados, así como por parte de promotores y asiduos de fiestas heterodoxas.