Actitudes impenetrables Hungría y Polonia como estados miembros U.E.
Bloqueo sin precedentes a fondos recuperación europea
No suelen ser tan extensos los desencuentros en negociaciones como el actual entre los protagonistas citados anteriormente, siempre y cuando nos encontremos seguros de que no existan algunas “bambalinas” desconocidas para la opinión pública.
Algunas de nuestras fuentes habituales aventuran cierta oscuridad legislativa en cuanto a la posibilidad legal de ¿hasta dónde? podría llegar la Institución Comunitaria a “desgarrar el velo de un Estado Soberano, sobre el respeto al Estado de Derecho”.
Sobre el papel la situación resultaría más que admisible para una Europa occidental, pero no olvidemos los ancestros e influencias que podrían todavía arrastrar cierta clase política de dichos países desde los tiempos del “Telón de Acero”.
Continúan nuestras fuentes opinando, qué no debemos olvidar la todavía influencia de la antigua Unión Soviética sobre los mismos, en lo que a derechos y otros puntos se refiere, así como la permisividad y laxitud que ha hecho gala Bruselas en recientes ampliaciones, muy alejadas de las practicadas en la Europa de los 6 o de los 12.
En algunas ocasiones, hemos manifestado que las altas esferas de Berlaymont, en cuanto a su silencio, tienen muchos rasgos Vaticanistas, y se trata de expresar un supuesto, el horizonte para los 27, (digo bien) en estos momentos debe ser brumoso, aunque al final se despejará. Eso sí, nunca sabremos el precio qué supondrá para unos y otros.
Mientras tanto, ya se van alineando opiniones, como por ejemplo la del belga: Guy Verhofstadt, actual eurodiputado, y antiguo primer ministro, en declaraciones a euronews, que aboga a tenor del ART.326 de la U.E (cooperación reforzada), la exclusión del Fondo de Recuperación de estos dos Países, alegando que perjudican a sus propios ciudadanos.
Veremos, si sobre el alambre de espino qué suponen las negociaciones actuales, similar a un “nudo gordiano”, en cuanto a dificultades inesperadas, alguien blande y descarga su espada como hizo el gran Alejandro Magno en su época, cuando se dirigía a conquistar el imperio persa, manifestando, según narración de Curcio Rufo: ES LO MISMO CORTARLO QUE DESATARLO...
Mientras tanto, a continuar sufriendo una vuelta de tuerca más, sin olvidarnos lo qué sucedió en la Grecia reciente de Varoufakis y Tsipras.