El transfuguismo NO está en los ojos del que mira
La Real Academia de la Lengua Española establece que tránsfuga es una "persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato". La definición es clara y meridiana, no da lugar a dudas. Pero, sin embargo, cuando las mayorías parlamentarias se ven afectadas, algunos cargos públicos prefieren interpretar la realidad a su gusto con tal de conseguir beneficios políticos cueste lo que cueste y caiga quien caiga.
Sabemos que no hay que recordar a la Vicepresidenta del Consell y alguna de sus diputadas lo que es el transfuguismo, ya que ellas fueron calificadas como trásfugas de Izquierda Unida. Su apoyo y el de su partido creemos que es más complicado de recabar.
Nos extraña tener que recordar al Señor Mata que es ser un trásfuga, ya que el PSOE ha sufrido en sus carnes este tipo de traiciones de forma recurrente, la más sonada fue "el Tamayazo" en la Comunidad de Madrid. Todavía recuerdo la cara de incredulidad del señor Simancas, y no era para menos.
Con un sistema político y una clase política con la reputación más baja de la democracia, todo debido a los desmanes de algunos integrantes de PSOE y PP en todos estos años, nos extraña que el PSPV no haya tomado nota y mantenga un doble rasero tan claro en relación al trasfuguismo. El PSPV está haciéndole un flaco favor al sistema político, a los partidos y en definitiva a la ciudadanía.
La estabilidad del sistema de partidos y de las formaciones políticas que lo conforman es clave para tener una buena salud democrática, que revierte indudablemente en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, y ayuda a la reducción de casos de corrupción.
Vistos los casos de corrupción que deambulan por los tribunales españoles, cabría esperar del PSPV una gran voluntad para limpiar y rejuvenecer el sistema de partidos. El voto en contra con sus socios de gobierno a la eliminación de los aforamientos este mismo mes en Les Corts, no es un paso en esa dirección. Como tampoco lo es contemplar ni un solo minuto tratar a un trásfuga como si de un redentor se tratase, y menos aun sabiendo que alguno de los excompañeros que se han marchado esta legislatura de Ciudadanos se han marchado de malas formas de más de una formación política, quedando claro que lo que les interesa es una cuota de poder, la poltrona y el cheque.
Estos trásfugas, han estado dos meses diciendo que no se marcharían del partido, mientras faltaban al respeto a muchos compañeros y al partido. Al final han tomado la decisión de irse. ¿Cuál es el motivo de este cambio? Esperemos que la demora no se haya debido a negociaciones con el Govern en relación al estatus que mantendrían como trásfugas. Ya que la postura de Ciudadanos ha sido la misma en todo momento.
Al final, los que van a pagar las consecuencias de esta situación forzada por los 4 trásfugas, si el PSPV no reacciona, van a ser los votantes que en su día les confiaron el voto cuando estaban dentro del proyecto de Ciudadanos. Lo pagaran en dos sentidos. Por un lado, la soberanía, verán como su voto es ninguneado por políticos que ni saben, ni han sabido jugar en equipo. Por otro lado, los costes económicos de la operación ya que, por no hacer nada, estos señores se van a embolsar una cuantiosa cifra durante los dos años que queda de legislatura.
